Lesionarlas dolosamente es el delito contra las mujeres que más se denuncia en México, al menos lo fue de forma acumulada de enero a agosto de 2020, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), que se obtienen de las procuradurías o fiscalías estatales.
El dato es significativo porque es posible que, cuando se habla de violencia hacia la mujer en el interior de la familia, pueda resultar el precedente de otros delitos de mayor consecuencia, entre estos el feminicidio. Es decir, el México golpeador precede al México Feminicida.
Es ahí donde debiéramos tener los ciudadanos, pero sobre todo las mujeres, por parte del Estado, una verdadera y eficaz estrategia de prevención del delito: facilitar las formas de denuncia; involucrar a agentes de la sociedad como la iniciativa privada, organizaciones de la sociedad civil y toda a aquella institución que pueda sumarse, activamente, a prevenir. Y, sobre todo, destinar recursos a acciones puntuales en los estados y municipios donde más ocurrencia tiene la violencia contra las mujeres.
Debido a que se trata de un entorno privado, la violencia que se ejerce contra las mujeres por conocidos o parejas sentimentales, incluso por otros familiares hombres o amigos con quienes habitan y conviven, es muy compleja de detener al interior de esos hogares. Muchas veces ocurre silenciosamente, es decir, sin que las mujeres puedan hacerlo del conocimiento de sus propios familiares y mucho menos de la autoridad.
A principios de este año, en el marco del movimiento #Niunamenos el corporativo Soriana de México anunció que a través de sus sucursales en el país podría auxiliar a mujeres y niñas que se sintieran en riesgo.
Es decir, podrían solicitar ayuda a sus empleados y empleadas, llamar por teléfono o cargar su celular para contactar a sus familiares o solicitar servicios de emergencia si así lo requirieran.
En ese mismo mes, otros medios reportaron que Kia Acapulco y Honda Puebla también apoyarían del mismo modo e igualmente lo anunciaron numerosos negocios en la Ciudad de México e incluso el grupo un grupo de motociclistas conocido como Unbroken Heads MC.
Sin embargo, esta disposición de las empresas se quedó un tanto al aire, sin que alguna Cámara empresarial o los gobiernos aprovecharan la oportunidad para tomar más en serio esta disponibilidad e impulsar a otros corporativos a hacer lo mismo.
De manera que valdría la pena tomar en cuenta esta ayuda e incorporarla como parte de la estrategia de prevención a nivel nacional, estatal o municipal.
Hay que considerar que, si bien el informe estadístico señala que el feminicidio representa el1 por ciento del total de posibles delitos en los que las mujeres fueron víctimas, algunas organizaciones civiles insisten en debatir sobre la oportunidad y la calidad de esta información y la del INEGI que es la segunda fuente oficial sobre estadística criminal en nuestro país, por cuestiones de subregistros y de cifra negra, es decir, los delitos que habrían ocurrido pero que no llegan a una denuncia y mucho menos a una carpeta de investigación y por ende muchísimo menos a un proceso judicial.
En tasa por cada 100 mil mujeres, los estados de Morelos, Colima, Nuevo León, Nayarit y Veracruz son los cinco con mayor incidencia de feminicidios. Cabe destacar que 14 de 32 estados, es decir, el 44% de las entidades están por arriba o muy por arriba de la tasas nacional, destacadamente Morelos y Colima aparecen con datos que duplican y más la media nacional en este delito, considerado en tasa de presuntos delitos de feminicidio por cada 100 mil habitantes
