/ domingo 14 de abril de 2024

OPINIÓN POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS | Ejemplaridad vs extorsiones

@guerrerochipres


La realidad de la extorsión es muy distinta en cada entidad y alcaldía, donde las estrategias y la intención de aplicar las mejores prácticas muestran la capacidad de gestión ante delitos de alto impacto.

¿Es posible contener y, en un escenario ideal, reducir a sus mínimas posibilidades uno de los ilícitos más extendidos por Latinoamérica?

Sostengo esa posibilidad. Se puede hacer y hay ejemplos de ello. En la Central de Abasto, el mercado más grande de América Latina, con 500 mil personas en sus pasillos todos los días, la extorsión presencial se ha reducido prácticamente a cero desde el año pasado.

Apertura en la atención de la denuncia, garantía a las víctimas, disposición para investigar, perseguir y desmantelar a los operadores de este delito han sido esenciales.

Lo ha hecho su administradora Marcela Villegas, como lo hizo desde Iztapalapa —la alcaldía más poblada de la Ciudad de México— la exalcaldesa y ahora candidata puntera a la jefatura de gobierno, Clara Brugada, al impulsar una campaña para la denuncia ciudadana anónima.

Esta demarcación tiene una tasa de 4.8 extorsiones por cada 100 mil habitantes. Iztacalco y Cuauhtémoc encabezan las alcaldías de CDMX con mayor tasa, con 12.4 y 11.1, respectivamente.

A nivel nacional, los municipios con mayor tasa son Cuautla, Morelos (95.5); San Mateo Atenco, Estado de México (73.3); Tecomán, Colima (51.4); Salvatierra, Guanajuato (49.5), y Toluca (46.4).

La extorsión registrada nacionalmente ha crecido 18 por ciento en el primer bimestre de este año comparada con el mismo periodo de 2019, mientras en CDMX registra una baja de 65.4 por ciento.

En estados como Guanajuato, Michoacán, Campeche y Sonora el delito subió más de mil por ciento. Y Estado de México, Guanajuato, Veracruz, Nuevo León y Jalisco concentran dos de cada tres denuncias.

Como Jefa de Gobierno de CDMX, la ahora candidata presidencial Claudia Sheinbaum señaló y enfrentó sistemáticamente a grupos delictivos dedicados a la extorsión presencial o digital, como los “gota a gota” —un esquema de préstamos y cobranza ilegítima contra comerciantes— o los “montadeudas”, que ofrecen préstamos fáciles y rápidos, cobrados por medios extorsivos.

En continuidad a esa política, Martí Batres ha impulsado la persecución y detención de generadores de violencia vinculados a extorsiones, cobro de piso, secuestros y homicidios. Las recientes capturas de líderes de una organización delictiva de alto impacto son un ejemplo.

Desde la capital nacional se ha diseñado un modelo contra la actividad extorsiva: herramientas en apoyo a la denuncia —como la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano—, prevención, disposición de autoridades e inteligencia policial.

@guerrerochipres


La realidad de la extorsión es muy distinta en cada entidad y alcaldía, donde las estrategias y la intención de aplicar las mejores prácticas muestran la capacidad de gestión ante delitos de alto impacto.

¿Es posible contener y, en un escenario ideal, reducir a sus mínimas posibilidades uno de los ilícitos más extendidos por Latinoamérica?

Sostengo esa posibilidad. Se puede hacer y hay ejemplos de ello. En la Central de Abasto, el mercado más grande de América Latina, con 500 mil personas en sus pasillos todos los días, la extorsión presencial se ha reducido prácticamente a cero desde el año pasado.

Apertura en la atención de la denuncia, garantía a las víctimas, disposición para investigar, perseguir y desmantelar a los operadores de este delito han sido esenciales.

Lo ha hecho su administradora Marcela Villegas, como lo hizo desde Iztapalapa —la alcaldía más poblada de la Ciudad de México— la exalcaldesa y ahora candidata puntera a la jefatura de gobierno, Clara Brugada, al impulsar una campaña para la denuncia ciudadana anónima.

Esta demarcación tiene una tasa de 4.8 extorsiones por cada 100 mil habitantes. Iztacalco y Cuauhtémoc encabezan las alcaldías de CDMX con mayor tasa, con 12.4 y 11.1, respectivamente.

A nivel nacional, los municipios con mayor tasa son Cuautla, Morelos (95.5); San Mateo Atenco, Estado de México (73.3); Tecomán, Colima (51.4); Salvatierra, Guanajuato (49.5), y Toluca (46.4).

La extorsión registrada nacionalmente ha crecido 18 por ciento en el primer bimestre de este año comparada con el mismo periodo de 2019, mientras en CDMX registra una baja de 65.4 por ciento.

En estados como Guanajuato, Michoacán, Campeche y Sonora el delito subió más de mil por ciento. Y Estado de México, Guanajuato, Veracruz, Nuevo León y Jalisco concentran dos de cada tres denuncias.

Como Jefa de Gobierno de CDMX, la ahora candidata presidencial Claudia Sheinbaum señaló y enfrentó sistemáticamente a grupos delictivos dedicados a la extorsión presencial o digital, como los “gota a gota” —un esquema de préstamos y cobranza ilegítima contra comerciantes— o los “montadeudas”, que ofrecen préstamos fáciles y rápidos, cobrados por medios extorsivos.

En continuidad a esa política, Martí Batres ha impulsado la persecución y detención de generadores de violencia vinculados a extorsiones, cobro de piso, secuestros y homicidios. Las recientes capturas de líderes de una organización delictiva de alto impacto son un ejemplo.

Desde la capital nacional se ha diseñado un modelo contra la actividad extorsiva: herramientas en apoyo a la denuncia —como la Línea de Seguridad o Chat de Confianza, 55 5533 5533, del Consejo Ciudadano—, prevención, disposición de autoridades e inteligencia policial.