En los 60s, el médico neurofisiólogo español José Manuel Rodriguez Delgado inventó un aparato que se implantaba en el cerebro y por medio de un control remoto controlaba las emociones del receptor. Uno de sus experimentos más impresionantes fue cuando de la mano de El Cordobés le implantó un estimulo-receptor a Lucero, un novillo de 250 kilos, al que controlaba sus embestidas con un control remoto anulando de manera inmediata su agresividad cuando pulsaba el botón. El New York Times llevó el experimento a su portada calificándolo como “la más espectacular demostración llevada a cabo de la modificación deliberada del comportamiento animal mediante el control externo del cerebro”.
Durante la Guerra Fría el Dr. Rodríguez colaboró con la CIA y la Marina de los Estados Unidos en “Pandora” un proyecto de control mental que tenía como objetivo desarrollar tecnologías que permitieran controlar a los soldados enemigos en el campo de batalla a través de la generación de campos electromagnéticos.
El objetivo de controlar el cerebro humano ha sido retomado por Elon Musk, dueño también de la conocida marca de autos eléctricos Tesla, quien ha anunciado la semana pasada que comenzará a implantar chips en cerebros humanos en 2022. Mediante la implantación de los microchips de Neuralink en el cerebro, éste puede conectarse directamente a una computadora, tal como lo muestra un video recientemente publicado donde se ve cómo conectan la mente de un chimpancé a un celular con el que mejoran su capacidad de jugar un elemental juego de computadora.
En miras de que el avance de la neurotecnología pueda incidir en el cerebro sin necesidad de una interfase física, es decir únicamente a partir de las ondas cerebrales como lo planeaba el proyecto “Pandora”, Chile ha sido el primer país en legislar para proteger la integridad mental de sus ciudadanos con relación al avance de la inteligencia artificial, es decir que el cerebro no pueda ser intervenido sin su consentimiento y únicamente para fines pro vida, pro humanidad, pro libertad y pro autonomía.
Chile ya modificó su Constitución para elevar los neuroderechos a la categoría de derechos humanos, y hace apenas 10 días el Senado aprobó el proyecto de Ley sobre Regulación de Neuroderechos y Neurotecnologías impulsado por el Senador Girardi quien señaló que esta iniciativa es “la primera ley que va a regular las neurotecnologías directas que hoy ya industrializan empresas como Neuralink de Elon Musk que desarrolló un interfaz cerebro-cerebro y máquina- cerebro que puede aumentar las capacidades intelectuales, pero también puede leer emociones, el inconsciente y, al mismo tiempo, ‘escribir’ o introducir en la mente humana odios, amores, pensamientos, historias de vida. Parece ciencia ficción, pero no lo es"
Y no querido lector, no es ciencia ficción…
Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves
