/ viernes 29 de septiembre de 2023

Comercio Mundial VS “Seguridad Nacional”

Por Marinieves García-Manzano

La globalización o mundialización se refiere al proceso de integración comercial y financiera que se ha dado a lo largo de la historia, desde el Siglo XV hasta nuestros días. Este proceso incluye la transferencia tecnológica y la migración laboral, y aunque sus resultados en términos políticos o culturales pueden ser discutibles, es un hecho que ha beneficiado la forma de vida de muchísimas personas alrededor del mundo al poner a su disposición bienes y servicios asequibles provenientes de cualquier otro país, desde un call center en Costa Rica que atiende a toda Hispanoamérica, hasta un coche armado en México con componentes de distintos lugares del mundo que se distribuye a todo el planeta.

Pero parte fundamental del éxito de la mundialización pasa necesariamente por el comercio internacional, el cual desde las restricciones impuestas por Occidente a Rusia se ha fragmentado en dos bloques claramente marcados en el que uno depende de la hegemonía de los Estados Unidos y el dólar, y otro que se define en las acciones que están tomando los BRICS y sus aliados, como el dejar de hacer transacciones a través del dólar y las instituciones financieras occidentales.

El más reciente episodio de esta guerra entre ambos bandos, en detrimento del comercio internacional y los beneficios de la mundialización, es la restricción anunciada por China hace unos días a la exportación de galio y germanio, metales clave para la fabricación de microchips utilizados en diversos artículos de uso diario como cafeteras, teléfonos, computadoras y automóviles, hasta armamento de guerra. China produce más del 90% del galio que se consume en el mundo y casi el 70% del germanio, y anunció esta restricción con el objeto de salvaguardar la “seguridad nacional” en represalia a las medidas tomadas por Joe Biden contra sus empresas tecnológicas, también por motivos de “seguridad nacional”.

Rusia no se ha quedado atrás y acaba de anunciar que prohibirá indefinidamente la exportación de gasolina y diésel de alta calidad, dejando sin ninguna restricción a los combustibles con alto contenido de azufre, haciendo que los futuros de gasóleo de calefacción subieran un 5% la semana pasada.

Las restricciones impuestas por China y Rusia afectarán principalmente a los consumidores occidentales que sufriremos un desabasto de productos electrónicos, y particularmente a los europeos, quienes tendrán que pagar aún más por prender un poco la calefacción para no congelarse este invierno.

Para finalizar, me parece importante distinguir la globalización del globalismo, este último término acuñado recientemente para describir el proceso político y de adoctrinamiento cultural impulsado por grupos de élites occidentales que desde organizaciones internacionales como el Foro Económico Mundial buscan terminar con la soberanía de los Estados e imponer estructuras supranacionales de gobernanza mundial, en detrimento de la democracia y la libre toma de decisiones nacional. Pero de esto hablaremos otro día.

Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves

Por Marinieves García-Manzano

La globalización o mundialización se refiere al proceso de integración comercial y financiera que se ha dado a lo largo de la historia, desde el Siglo XV hasta nuestros días. Este proceso incluye la transferencia tecnológica y la migración laboral, y aunque sus resultados en términos políticos o culturales pueden ser discutibles, es un hecho que ha beneficiado la forma de vida de muchísimas personas alrededor del mundo al poner a su disposición bienes y servicios asequibles provenientes de cualquier otro país, desde un call center en Costa Rica que atiende a toda Hispanoamérica, hasta un coche armado en México con componentes de distintos lugares del mundo que se distribuye a todo el planeta.

Pero parte fundamental del éxito de la mundialización pasa necesariamente por el comercio internacional, el cual desde las restricciones impuestas por Occidente a Rusia se ha fragmentado en dos bloques claramente marcados en el que uno depende de la hegemonía de los Estados Unidos y el dólar, y otro que se define en las acciones que están tomando los BRICS y sus aliados, como el dejar de hacer transacciones a través del dólar y las instituciones financieras occidentales.

El más reciente episodio de esta guerra entre ambos bandos, en detrimento del comercio internacional y los beneficios de la mundialización, es la restricción anunciada por China hace unos días a la exportación de galio y germanio, metales clave para la fabricación de microchips utilizados en diversos artículos de uso diario como cafeteras, teléfonos, computadoras y automóviles, hasta armamento de guerra. China produce más del 90% del galio que se consume en el mundo y casi el 70% del germanio, y anunció esta restricción con el objeto de salvaguardar la “seguridad nacional” en represalia a las medidas tomadas por Joe Biden contra sus empresas tecnológicas, también por motivos de “seguridad nacional”.

Rusia no se ha quedado atrás y acaba de anunciar que prohibirá indefinidamente la exportación de gasolina y diésel de alta calidad, dejando sin ninguna restricción a los combustibles con alto contenido de azufre, haciendo que los futuros de gasóleo de calefacción subieran un 5% la semana pasada.

Las restricciones impuestas por China y Rusia afectarán principalmente a los consumidores occidentales que sufriremos un desabasto de productos electrónicos, y particularmente a los europeos, quienes tendrán que pagar aún más por prender un poco la calefacción para no congelarse este invierno.

Para finalizar, me parece importante distinguir la globalización del globalismo, este último término acuñado recientemente para describir el proceso político y de adoctrinamiento cultural impulsado por grupos de élites occidentales que desde organizaciones internacionales como el Foro Económico Mundial buscan terminar con la soberanía de los Estados e imponer estructuras supranacionales de gobernanza mundial, en detrimento de la democracia y la libre toma de decisiones nacional. Pero de esto hablaremos otro día.

Twitter: MarinievesGM @gm_marinieves