Apenas hace una semana se abrieron las escuelas para iniciar el nuevo ciclo escolar y las autoridades señalaron con bombo y platillo que el regreso había Sido un éxito, pero hubo muchas cosas que no se dijeron, empezando porque muchas escuelas ni siquiera tienen agua, luz o incluso líneas telefónicas; pero, además, faltó información, pues ni maestros ni directivos saben aún el proceso a seguir.
Y es que aún no se sabe si el regreso será obligatorio o no, tampoco cuántos podrán volver y mucho menos cuántos podrán volver, pues la infraestructura de las escuelas no está ni cerca de ser la adecuada para la contingencia que se vive en México y en el mundo, incluso hay escuelas tan chicas que en sus salones no cabe ni la cuarta parte del grupo, porque eso sí, los grupos son grandes.
Son los mismos maestros los que tienen que buscar la manera de que sus alumnos tengan clases, pero sin riesgos a los menores, pero también a los docentes que, ellos mismos dicen, les pusieron la vacuna menos efectiva con tal de volver a clases, aunque no haya condiciones, de volver "llueva, truena o relampaguee" como lo ordeno el gobierno federal.
Los docentes saben que hay peligro de contagio con los alumnos pues, aunque se dice que a los niños no les va mal, no hablan del riesgo para los papás, abuelas, tíos y las familias de los maestros, esos no están contemplados en la estrategia, si es que hubiera una, para prevenir enfermos; pareciera más un experimento para saber cuántos y quiénes sobreviven que un regreso seguro a las aulas.
A esto tenemos que sumarle que no muchos, si no es que casi todos los papás han optado por un modelo híbrido e incluso, solo a distancia, entonces quiere decir que no está llevando a sus hijos a la escuela, lo que quiere decir que el éxito que tanto presumen las autoridades se mide con 30 o 40 alumnos por plantel, ni el 10 por ciento de la población promedio de cada escuela, es decir que nos están haciendo grandes las cifras con algo que ni siquiera podría usarse para medir el éxito o fracaso. El chiste se cuenta solo.
Es imposible hablar de un exitoso regreso a clases cuando ni siquiera hay manera de saber, sin mentiras y exageraciones, que las escuelas están en condiciones, sin saber los protocolos a seguir y si las autoridades de los planteles están en condiciones de volver con las precariedades que se acentúan en los planteles, la falta de servicios básicos serán una constante hasta que se decida el gobierno federal a invertir en la mejora de las aulas.
Mientras, la responsabilidad seguirá siendo de los maestros y los padres de familia, pues como cínicamente dijo el primer mandatario, todos tenemos que cooperar, pero nadie sabe exactamente en qué va a apoyar el gobierno federal, prácticamente dice vamos a hacerlo juntos y se va a hacer a un lado, como quien dice solo va a posar para la foto y meterlo en su informe, que, por cierto, fue el informe de los otros datos.
