/ domingo 28 de noviembre de 2021

Se acerca la fecha

Estamos a un par de días de que inicie formalmente el último mes del 2021, un año marcado por la crisis epidemiológica y el acentuamiento de una crisis ya existente y persistente en el país, la económica, además de una severa crisis social, un último mes en el que se verá si realmente el 2020 dejó una lección o simplemente no se aprendió.

En este último mes se verá si de verdad se tomó conciencia sobre el alza en los contagios como lo ocurrió en 2020 e iniciaremos el 2022 con el semáforo epidemiológico en rojo; si el gobierno aprendió sobre el confinamiento preventivo o si de plano a todos les valdrá un pepino y se tomará como si ya la pandemia hubiera terminado, como lo señaló el inquilino de Palacio Nacional.

Por supuesto que hablar de una crisis económica postpandemia habla de algo que ya pasó, si, en efecto, la crisis económica que vive México es parte de la mundial y sí, es grave, pero eso no significa que la recuperación también vaya a ser en cascada, pero al parecer, este gobierno espera que así sea. Habrá que estar preparados.

Tal parece que para 2022 tampoco habrá estímulos para quienes generan empleos, tampoco para quienes pagan impuestos y mucho menos para quienes tienen apenas para vivir, pero si habrá para todos los beneficiarios de programas sociales recursos suficientes, nada tendrá que ver con que sea un año electoral y de consulta ciudadana.

Tampoco habrá recorte en la construcción de la Refinería y mucho menos al Aeropuerto y el Tren Maya, para eso también habrá recursos, y para eso hay que ahorcar a quienes apenas sobreviven, es decir, a los trabajadores con impuestos que no deberían existir, como el que nos cobran por trabajar.

Porque algo es claro, para el inquilino de Palacio Nacional no le molesta la mafia del poder, en realidad le molestaba que la mafia de gobiernos pasados no fuera la suya, porque estas semanas han desfilado por el recinto muchos empresarios que no precisamente habrán ido para pactar el pagar sus deudas ante hacienda.

En tanto, los trabajadores y las empresas que no son afines, pagaremos impuestos en 2022 hasta por las tandas, por ahorros y hasta por el billete que nos encontremos en la calle porque eso si, hacienda estará más pendiente de lo que haremos los que ganamos unos pesos y no sobre los que ganan millones cada hora y mucho menos para esos que son amigos del presidente.


Estamos a un par de días de que inicie formalmente el último mes del 2021, un año marcado por la crisis epidemiológica y el acentuamiento de una crisis ya existente y persistente en el país, la económica, además de una severa crisis social, un último mes en el que se verá si realmente el 2020 dejó una lección o simplemente no se aprendió.

En este último mes se verá si de verdad se tomó conciencia sobre el alza en los contagios como lo ocurrió en 2020 e iniciaremos el 2022 con el semáforo epidemiológico en rojo; si el gobierno aprendió sobre el confinamiento preventivo o si de plano a todos les valdrá un pepino y se tomará como si ya la pandemia hubiera terminado, como lo señaló el inquilino de Palacio Nacional.

Por supuesto que hablar de una crisis económica postpandemia habla de algo que ya pasó, si, en efecto, la crisis económica que vive México es parte de la mundial y sí, es grave, pero eso no significa que la recuperación también vaya a ser en cascada, pero al parecer, este gobierno espera que así sea. Habrá que estar preparados.

Tal parece que para 2022 tampoco habrá estímulos para quienes generan empleos, tampoco para quienes pagan impuestos y mucho menos para quienes tienen apenas para vivir, pero si habrá para todos los beneficiarios de programas sociales recursos suficientes, nada tendrá que ver con que sea un año electoral y de consulta ciudadana.

Tampoco habrá recorte en la construcción de la Refinería y mucho menos al Aeropuerto y el Tren Maya, para eso también habrá recursos, y para eso hay que ahorcar a quienes apenas sobreviven, es decir, a los trabajadores con impuestos que no deberían existir, como el que nos cobran por trabajar.

Porque algo es claro, para el inquilino de Palacio Nacional no le molesta la mafia del poder, en realidad le molestaba que la mafia de gobiernos pasados no fuera la suya, porque estas semanas han desfilado por el recinto muchos empresarios que no precisamente habrán ido para pactar el pagar sus deudas ante hacienda.

En tanto, los trabajadores y las empresas que no son afines, pagaremos impuestos en 2022 hasta por las tandas, por ahorros y hasta por el billete que nos encontremos en la calle porque eso si, hacienda estará más pendiente de lo que haremos los que ganamos unos pesos y no sobre los que ganan millones cada hora y mucho menos para esos que son amigos del presidente.


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