/ domingo 7 de noviembre de 2021

Ojalá no haya una cuarta ola

Hace exactamente una semana, al menos un millón de personas atiborraron Paseo de la Reforma, Juárez y hasta el Zócalo, para presenciar el tradicional (¿?) desfile de Día de Muertos, que no es otra cosa que el legado de la producción de James Bond que filmó en la capital hace unos años.

A la gente, y al gobierno también, pareciera que se les olvidaron los 300 mil muertos y los millones de contagiados de Covid-19, pues no tomaron la revisión siquiera de que un evento de esa naturaleza, después de tanto tiempo de confinación, estaría tan concurrido que no habría manera de tomar siquiera 10 centímetros de distancia entre una persona y otra.

Y así fue, desde las primeras horas de la mañana hubo quien se aventuró a apartar sus lugares en pleno camellón de Reforma no importando que faltaran hasta cuatro horas para que iniciara el magno evento, ahí desayunó y almorzó con tal de no tener que jalonearse por un pedacito de espacio para ver el desfile.

La vialidad terminó por cerrarse, la gente abarrotó tres, cuatro o hasta seis filas de grosor a partir de las rejas, todo para presenciar el desfile, por supuesto ya para este momento la gran ausente fue la sana distancia, pero no fue lo único que faltó, pues se vio a muchísimas personas retirarse el cubrebocas, unos para la foto y otros porque ya “están vacunados”. ¡Vaya irresponsabilidad!

Era imposible de contar cuantas personas se comunicaban entre ellas, casi encima de otras, sin cubrebocas, a gritos sin importar ya las cifras de la pandemia o incluso, los muertos que posiblemente fueron de su familia a causa del contagio, total, “de algo se han de morir” decían.

Eventos de este tipo, el retiro de restricciones en los aforos de los eventos deportivos y demás medidas, de orden económico más que de salud, nos van a encaminar a lo que sucedió el fin de año pasado, una serie de contagios que tuvo que frenar el movimiento de la capital y del país entero.

En ese entonces, la irresponsabilidad de miles costó muchísimas vidas, y miles de contagios, es real que ahora la población adulta en la capital se encuentra casi en su totalidad vacunada, lo que preocupa es que las víctimas de la cuarta ola sean a los que se rehúsan a vacunar, los niños.

No es de tanta ciencia saber que si el virus encuentra resistencia en los adultos, va a atacar a quienes están desvalidos por la negativa del gobierno a vacunar a quienes no votan. Al tiempo.


Hace exactamente una semana, al menos un millón de personas atiborraron Paseo de la Reforma, Juárez y hasta el Zócalo, para presenciar el tradicional (¿?) desfile de Día de Muertos, que no es otra cosa que el legado de la producción de James Bond que filmó en la capital hace unos años.

A la gente, y al gobierno también, pareciera que se les olvidaron los 300 mil muertos y los millones de contagiados de Covid-19, pues no tomaron la revisión siquiera de que un evento de esa naturaleza, después de tanto tiempo de confinación, estaría tan concurrido que no habría manera de tomar siquiera 10 centímetros de distancia entre una persona y otra.

Y así fue, desde las primeras horas de la mañana hubo quien se aventuró a apartar sus lugares en pleno camellón de Reforma no importando que faltaran hasta cuatro horas para que iniciara el magno evento, ahí desayunó y almorzó con tal de no tener que jalonearse por un pedacito de espacio para ver el desfile.

La vialidad terminó por cerrarse, la gente abarrotó tres, cuatro o hasta seis filas de grosor a partir de las rejas, todo para presenciar el desfile, por supuesto ya para este momento la gran ausente fue la sana distancia, pero no fue lo único que faltó, pues se vio a muchísimas personas retirarse el cubrebocas, unos para la foto y otros porque ya “están vacunados”. ¡Vaya irresponsabilidad!

Era imposible de contar cuantas personas se comunicaban entre ellas, casi encima de otras, sin cubrebocas, a gritos sin importar ya las cifras de la pandemia o incluso, los muertos que posiblemente fueron de su familia a causa del contagio, total, “de algo se han de morir” decían.

Eventos de este tipo, el retiro de restricciones en los aforos de los eventos deportivos y demás medidas, de orden económico más que de salud, nos van a encaminar a lo que sucedió el fin de año pasado, una serie de contagios que tuvo que frenar el movimiento de la capital y del país entero.

En ese entonces, la irresponsabilidad de miles costó muchísimas vidas, y miles de contagios, es real que ahora la población adulta en la capital se encuentra casi en su totalidad vacunada, lo que preocupa es que las víctimas de la cuarta ola sean a los que se rehúsan a vacunar, los niños.

No es de tanta ciencia saber que si el virus encuentra resistencia en los adultos, va a atacar a quienes están desvalidos por la negativa del gobierno a vacunar a quienes no votan. Al tiempo.


ÚLTIMASCOLUMNAS
domingo 12 de diciembre de 2021

Fiestas sin exceso de confianza

Jose Melton

domingo 05 de diciembre de 2021

Nueva variante, nuevos retos

Jose Melton

domingo 28 de noviembre de 2021

Se acerca la fecha

Jose Melton

domingo 21 de noviembre de 2021

Vacuna a cuentagotas

Jose Melton

domingo 07 de noviembre de 2021

Ojalá no haya una cuarta ola

Jose Melton

domingo 31 de octubre de 2021

Como si no pasara nada

Jose Melton

domingo 24 de octubre de 2021

Al viejo estilo

TEORÍA PRÁCTICA

Jose Melton

domingo 17 de octubre de 2021

Semáforo ¿Verde?

Jose Melton

domingo 10 de octubre de 2021

El llamado enérgico

Jose Melton

domingo 03 de octubre de 2021

¿Y el resto para cuándo?

Jose Melton

Cargar Más