/ martes 10 de marzo de 2020

¿Qué sigue después del 8M y 9M?

Las mujeres mexicanas demostraron lo que es unidad, solidaridad, coraje de defender sus derechos y exigir justicia. Lo que hemos vivido en los últimos dos días, la marcha y después el paro, no solo es un fenómeno social sin precedentes, es un movimiento histórico que difícilmente se olvidará.

Ahora la pregunta es ¿qué sigue después de éstas manifestaciones?, pues yo creo que a todos nos corresponde proponer políticas públicas y acciones que demuestren la voluntad de cambiar la lamentable realidad que vivimos día a día cuando se reporta un feminicidio o una muerte por violencia de género.

A todos nos lastima esta situación, la violencia en contra de las mujeres. No podemos pasar por inadvertida esta triste realidad, no es posible que el pasado domingo en pleno Día de la Mujer asesinaran a cinco mujeres en los estados de Guanajuato, Michoacán, Veracruz, Coahuila y Quintana Roo.

Hay indignación y coraje, y con justa razón por esta situación que vive no solo nuestro país, sino que se presenta a nivel mundial.

El 8 de Marzo no fue un día para felicitar a las mujeres sino para recordarnos que tienen derechos y deben ser respetados. No es una concesión, es una obligación del Estado y de todos, así que hay que estructurar acciones y políticas públicas para hacer frente a esta situación, pero también hay que educar a nuestros hijos para que respeten a sus compañeras.

Ellas nos dieron una gran lección. El domingo eran “ríos” de mujeres que caminaban sobre Reforma hacia el Zócalo; ayer se veían vacíos muchos lugares, no había mujeres en escuelas y en algunos centros de trabajo.

La gran mayoría de esas mujeres, hijas, madres, abuelas, maestras, funcionarias, legisladoras, empresarias, comerciantes, estudiantes, nos pidieron a gritos acabar con la violencia de género y eso es lo que tenemos que hacer todas y todos desde nuestras trincheras.

Las mujeres mexicanas demostraron lo que es unidad, solidaridad, coraje de defender sus derechos y exigir justicia. Lo que hemos vivido en los últimos dos días, la marcha y después el paro, no solo es un fenómeno social sin precedentes, es un movimiento histórico que difícilmente se olvidará.

Ahora la pregunta es ¿qué sigue después de éstas manifestaciones?, pues yo creo que a todos nos corresponde proponer políticas públicas y acciones que demuestren la voluntad de cambiar la lamentable realidad que vivimos día a día cuando se reporta un feminicidio o una muerte por violencia de género.

A todos nos lastima esta situación, la violencia en contra de las mujeres. No podemos pasar por inadvertida esta triste realidad, no es posible que el pasado domingo en pleno Día de la Mujer asesinaran a cinco mujeres en los estados de Guanajuato, Michoacán, Veracruz, Coahuila y Quintana Roo.

Hay indignación y coraje, y con justa razón por esta situación que vive no solo nuestro país, sino que se presenta a nivel mundial.

El 8 de Marzo no fue un día para felicitar a las mujeres sino para recordarnos que tienen derechos y deben ser respetados. No es una concesión, es una obligación del Estado y de todos, así que hay que estructurar acciones y políticas públicas para hacer frente a esta situación, pero también hay que educar a nuestros hijos para que respeten a sus compañeras.

Ellas nos dieron una gran lección. El domingo eran “ríos” de mujeres que caminaban sobre Reforma hacia el Zócalo; ayer se veían vacíos muchos lugares, no había mujeres en escuelas y en algunos centros de trabajo.

La gran mayoría de esas mujeres, hijas, madres, abuelas, maestras, funcionarias, legisladoras, empresarias, comerciantes, estudiantes, nos pidieron a gritos acabar con la violencia de género y eso es lo que tenemos que hacer todas y todos desde nuestras trincheras.