/ martes 26 de marzo de 2024

OPINIÓN POR MARÍA TERESA CASTELL | Violencia Electoral

Apenas empezó el proceso electoral 2024, y los actos de violencia, intimidación y acoso por parte de Morena, no se hicieron esperar.

Ya son varios los candidatos y candidatas, principalmente del Partido Acción Nacional, quienes hemos denunciado este acoso durante nuestros recorridos, que en ocasiones han detonado en enfrentamientos verbales, llegando incluso a agresiones físicas.

En mi caso particular, desde el inicio de la campaña (viernes 1° de marzo), mi equipo y yo fuimos interceptados por golpeadores, esto en la Alameda de Toluca. Incluso al movernos hacia otro punto del Distrito, para evitar cualquier tipo de confrontación, estas personas nos siguieron, lanzando sus respectivas dosis de insultos, calumnias y descalificaciones. Es decir, está más que claro que el oficialismo tiene miedo de perder y tiene que pagar a este tipo de personas para intimidar, manejándose como la mafia que son.

Es tanto el nivel de acoso y las agresiones, que tuve que solicitar la protección a candidatos y candidatas que ofrece el INE, así como lo han hecho 78 aspirantes más en todo el país. Esta situación es tan alarmante, que estamos observando ya los síntomas de una elección que podría tornarse la más violenta de la historia si no se toman cartas en el asunto.

Ya vimos como 12 candidatos de Chiapas tuvieron que bajarse de la contienda o como en Puebla y otras demarcaciones de Estado de México igual se dieron actos de violencia, jóvenes de Acción Juvenil fueron golpeados por gente de Clara Brugada en Ciudad de México, y podría seguir, en lo que es un evidente modus operandi de morena para amedrentarnos.

En el caso concreto de la Ciudad de México, es bien sabido que el actual Jefe de Gobierno, al que por cierto nadie eligió, es conocido por ser un vil porro, en toda la extensión de la palabra, y ha mandado en decenas de ocasiones a golpeadores, incluso a policías, para reventar los actos de campaña de la oposición.

Al observar los datos de la consultora Integralia, nos damos cuenta de la magnitud del problema, y es que de septiembre del año pasado, a febrero de 2024, se contabilizaron 182 incidentes de violencia política, teniendo a 238 víctimas, es decir, 1.3 víctimas por día.

Y por supuesto, las agresiones se concentran en las entidades donde Morena gobierna. ¿Para eso querían el poder? Verdaderamente quisiera decir que esto solo es parte de una estrategia sucia de Morena, pero la realidad va más allá; bien se podría afirmar que esta ola de violencia electoral responde a los intereses del narco, con el que el partido guinda se ha aliado. Al día de hoy, se contabilizaron 19 aspirantes asesinados por el crimen organizado; porque no se alinearon con sus exigencias, o porque no cedieron a trabajar para ellos. Y contabilizando a los funcionarios públicos y familiares a los políticos perseguidos, la cifra aumenta a 36 ejecutados, según datos del informe Votar entre balas, de la organización civil Data Cívica.

Hoy, el partido en el poder ha trasladado esos ciclos de violencia a las calles, a las familias mexiquenses, fomentando aún más la polarización, en el sexenio más violento de la historia moderna de México. Gracias a López, que desde la mañanera se ha dedicado a pregonar el divisionismo, vemos como familias enteras se han fracturado por pensar distinto, convirtiéndonos en enemigos de quién no aplauda a su régimen.

Pareciera que volvimos al régimen del viejo PRI del siglo pasado, donde los opositores eran aplastados por la maquinaria del Estado, y en el peor de los casos, asesinados. Por eso es que nosotros estamos apostando a la paz y al diálogo, para volver a ser esa sociedad unida, que no se agacha ante ningún político de cuarta, y que tampoco está dispuesta a alabar a nadie.

El cambio viene, y viene de la mano con una reestructuración social, acompañada de mano firme contra esos que nos violentan, nos golpean o nos matan, por el simple hecho de ejercer nuestros derechos democráticos. Si no ponemos atención, y dejamos que Morena y sus ideologías perversas sigan avanzando, pronto no tendremos ni libertad ni democracia que defender.


La autora es María Teresa Castell, diputada federal @teresacastellmx


Apenas empezó el proceso electoral 2024, y los actos de violencia, intimidación y acoso por parte de Morena, no se hicieron esperar.

Ya son varios los candidatos y candidatas, principalmente del Partido Acción Nacional, quienes hemos denunciado este acoso durante nuestros recorridos, que en ocasiones han detonado en enfrentamientos verbales, llegando incluso a agresiones físicas.

En mi caso particular, desde el inicio de la campaña (viernes 1° de marzo), mi equipo y yo fuimos interceptados por golpeadores, esto en la Alameda de Toluca. Incluso al movernos hacia otro punto del Distrito, para evitar cualquier tipo de confrontación, estas personas nos siguieron, lanzando sus respectivas dosis de insultos, calumnias y descalificaciones. Es decir, está más que claro que el oficialismo tiene miedo de perder y tiene que pagar a este tipo de personas para intimidar, manejándose como la mafia que son.

Es tanto el nivel de acoso y las agresiones, que tuve que solicitar la protección a candidatos y candidatas que ofrece el INE, así como lo han hecho 78 aspirantes más en todo el país. Esta situación es tan alarmante, que estamos observando ya los síntomas de una elección que podría tornarse la más violenta de la historia si no se toman cartas en el asunto.

Ya vimos como 12 candidatos de Chiapas tuvieron que bajarse de la contienda o como en Puebla y otras demarcaciones de Estado de México igual se dieron actos de violencia, jóvenes de Acción Juvenil fueron golpeados por gente de Clara Brugada en Ciudad de México, y podría seguir, en lo que es un evidente modus operandi de morena para amedrentarnos.

En el caso concreto de la Ciudad de México, es bien sabido que el actual Jefe de Gobierno, al que por cierto nadie eligió, es conocido por ser un vil porro, en toda la extensión de la palabra, y ha mandado en decenas de ocasiones a golpeadores, incluso a policías, para reventar los actos de campaña de la oposición.

Al observar los datos de la consultora Integralia, nos damos cuenta de la magnitud del problema, y es que de septiembre del año pasado, a febrero de 2024, se contabilizaron 182 incidentes de violencia política, teniendo a 238 víctimas, es decir, 1.3 víctimas por día.

Y por supuesto, las agresiones se concentran en las entidades donde Morena gobierna. ¿Para eso querían el poder? Verdaderamente quisiera decir que esto solo es parte de una estrategia sucia de Morena, pero la realidad va más allá; bien se podría afirmar que esta ola de violencia electoral responde a los intereses del narco, con el que el partido guinda se ha aliado. Al día de hoy, se contabilizaron 19 aspirantes asesinados por el crimen organizado; porque no se alinearon con sus exigencias, o porque no cedieron a trabajar para ellos. Y contabilizando a los funcionarios públicos y familiares a los políticos perseguidos, la cifra aumenta a 36 ejecutados, según datos del informe Votar entre balas, de la organización civil Data Cívica.

Hoy, el partido en el poder ha trasladado esos ciclos de violencia a las calles, a las familias mexiquenses, fomentando aún más la polarización, en el sexenio más violento de la historia moderna de México. Gracias a López, que desde la mañanera se ha dedicado a pregonar el divisionismo, vemos como familias enteras se han fracturado por pensar distinto, convirtiéndonos en enemigos de quién no aplauda a su régimen.

Pareciera que volvimos al régimen del viejo PRI del siglo pasado, donde los opositores eran aplastados por la maquinaria del Estado, y en el peor de los casos, asesinados. Por eso es que nosotros estamos apostando a la paz y al diálogo, para volver a ser esa sociedad unida, que no se agacha ante ningún político de cuarta, y que tampoco está dispuesta a alabar a nadie.

El cambio viene, y viene de la mano con una reestructuración social, acompañada de mano firme contra esos que nos violentan, nos golpean o nos matan, por el simple hecho de ejercer nuestros derechos democráticos. Si no ponemos atención, y dejamos que Morena y sus ideologías perversas sigan avanzando, pronto no tendremos ni libertad ni democracia que defender.


La autora es María Teresa Castell, diputada federal @teresacastellmx