Por Teresa Castell
Justo en los desastres que lamentablemente azotan al país, es donde vemos la verdadera cara de la 4T, y es que la terrible sequía que hoy azota al 60% del país tiene nombre y apellido: Andrés Manuel López Obrador.
Con emergencias de esta naturaleza, López se gastó el dinero correspondiente al Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), y por eso vimos las terribles imágenes de miles de damnificados desamparados, dejados a su suerte.
Y a pesar del problema del agua, todavía sin escrúpulos le recortó a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) el 12% de su presupuesto respecto al año pasado, es decir, de los 71,600 millones de pesos disponibles para 2023, este año solamente habrá 62,600 millones de pesos, 9 mil menos.
Además, en 2023 la CONAGUA presentó un subejercicio de casi mil 500 millones de pesos, es decir, dinero que no gastó en lo que debería haberlo hecho, ni tampoco reportaron el destino de estos recursos. Típico de el régimen de opacidad que ha instaurado López.
Por supuesto que este dinero faltante irá a parar a sus caprichos, o a los sobres amarillos de su familia, porque para el inquilino de Palacio es más importante financiar la campaña de Claudia, que atender a los millones de mexicanos afectados por la falta de agua.
Esta alarmante situación no solo afecta al Estado de México, del cual soy representante, sino que Aguascalientes, Chihuahua, la Ciudad de México, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Querétaro, San Luis Potosí y Sinaloa, presentan algún nivel de afectación del 100% en sus territorios.
Es decir, más de 45 millones de ciudadanos con carencia de agua, y eso sin contar las afectaciones económicas, ya que varios de los estados donde hay sequía dependen de actividades agrícolas y pecuarias.
Y es que el problema no es generado solamente por la falta de agua, sino por el enorme descuido de la infraestructura por parte de las autoridades federales. Al fiel estilo de la 4T, dejando de dar mantenimiento para justificar sus dichosos “ahorros”.
No hay que pasar por alto que tener agua es un derecho fundamental ya reconocido en nuestra Constitución Política, pero como siempre eso no le importa a López, pues es sabido que este gobierno se caracteriza por violar nuestros derechos, porque la autoridad moral y política valen más que los mexicanos.
En fin, preparémonos para un año sin dinero y sin estrategia para hacerle frente a los estragos de una de las más severas sequías en la historia de México.
Si no resolvemos este problema lo más pronto posible, el futuro de las familias mexicanas estará en peligro, todo por un presidente autoritario que juró defender a cada persona en el país, pero que doble cara como es, les dio la espalda a todos.
Con un tema como el agua, cada minuto cuenta, cuando se acabe no habrá soluciones inmediatas ni mucho por hacer, desde los campos hasta nuestras mascotas van a morir y hoy sabemos que quienes están en el poder son incapaces de resolverlo, es por ello que requerimos urgentemente cambiar de rumbo, dejar las improvisaciones y poner en los lugares estratégicos a verdaderos expertos que puedan tomar acciones desde ahora y no cuando sea demasiado tarde.
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