Hace unos días, los directivos de grandes compañías tecnológicas como Meta y TikTok, testificaron ante la Comisión Judicial del Senado de Estados Unidos sobre el impacto que tienen estas plataformas en los adolescentes.
Estas comparecencias atrajeron una atención mediática significativa, pues evidenciaron los riesgos a los que están expuestas las personas jóvenes en el mundo digital: el cyberbullying, el grooming, el sexting y la adicción a las redes son solo algunas de las amenazas a las que pueden estar expuestas, dejándolas vulnerables al aislamiento, la depresión y, en el peor y más doloroso de los escenarios, al suicidio, como quedó evidenciado con los casos de las familias de las víctimas que estuvieron presentes en las comparecencias del Senado estadounidense.
En México esta realidad no nos es ajena, especialmente considerando que el 92.4% de la población de 12 a 17 años utiliza internet, de acuerdo con la última Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Usos de Tecnologías de la Información en los Hogares del INEGI.
Los casos sobre acoso en redes sociales son cada vez más alarmantes. Recientemente, alumnas del Instituto Politécnico Nacional denunciaron a un estudiante que utilizó Inteligencia Artificial para crear imágenes con contenido íntimo. Este no es un caso aislado, el Frente Nacional para la Sororidad dio a conocer que ha brindado acompañamiento a cinco mujeres que han sido víctimas de violaciones a su intimidad mediante la difusión de contenido íntimo alterado o falsificado a través de la tecnología.
El uso intensivo de redes sociales aparejado del desarrollo frenético de tecnologías como la Inteligencia Artificial, plantea importantes desafíos para nuestra sociedad. Por ello, resulta fundamental generar conciencia en las generaciones más jóvenes sobre el uso responsable de las redes sociales, al tiempo de acompañarlas y guiarlas durante su desarrollo.
Sin embargo, eso no es suficiente. Hace falta que las autoridades en la materia mejoren no solo los mecanismos para la denuncia de este tipo de actos, garantizando que no revictimicen a las personas afectadas, sino que también exista para las víctimas la garantía de justicia y no repetición. Porque, lo sabemos, muchos de este tipo de delitos no son denunciados y, del porcentaje que se denuncia, muy pocos concluyen en una sanción para el victimario.
No debemos temerle al uso de las nuevas tecnologías, pero tampoco podemos ignorar los potenciales peligros que conllevan. Trabajemos juntos, sociedad y autoridades, para un futuro seguro en la red para nuestras generaciones más jóvenes. Con ello, hagamos lo que nos corresponde.
Mtra. Laura Lizette Enríquez Rodríguez
Comisionada Ciudadana del INFO CDMX
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