Una de las características más destacadas de la CuatroTe es la facilidad con la que se desdicen de las cosas, ayer, con la saturación hospitalaria casi al punto de colapso y los contagios al por mayor, las autoridades prefirieron ya no tomar en cuenta el semáforo que contradecir al dueño de todos y decir que nuevamente pasábamos a rojo.
Es real que la responsabilidad sobre el confinamiento no es del gobierno, tampoco es el mismo el que va a estar tras nosotros para que nos pongamos el cubrebocas, tampoco es que vayan a revisar que nos lavemos las manos, pero por supuesto, tampoco está apoyando en nada para que esto pueda suceder.
De entrada, no hay aliciente para que quienes tienen algún negocio puedan cerrar y quedarse en casa, tampoco hay apoyos para que los trabajadores no asalariados puedan quedarse en casa, y no, no es que se regale el dinero, pero si se pueden dar facilidades en cuestión fiscal, pero ahí si el gobierno no puede dejar de recibir ni un peso de los impuestos, porque eso pone en riesgo la operación de los programas sociales.
Y no, insisto, no es que haya que regalar, pero si se puede apoyar un poco al posponer el pago de impuestos, ojo, no es condonarlos, solo es retrasar el pago un poco para que el poco dinero que tengan los empresarios, desde micros hasta grandes, sirva para pagar los sueldos completos y promover que los empleados se queden en casa.
También, hay que señalarlo, existen en el país los que ya están hartos del encierro y prefieren salir a abarrotar las plazas, y los centros comerciales que quedarse en casa, prefieren arriesgar su salud que estar confinados, contra eso, no hay mucho que pueda hacer, porque si hay algo que caracteriza a los mexicanos es que pueden ser muy unidos, pero también muy egoístas.
Este egoísmo es el que vemos en las plazas, en las calles del centro de la capital, a quienes andan por la calle sin cubrebocas y sin siquiera guardar la distancia correcta, ya no por evitar contagio, sino por dejar el espacio vital, esos que definitivamente no van a cambiar, esos que a más de un millón de contagios siguen sin creer que exista el virus.
Desde este espacio, vuelvo a reconocer el trabajo de quienes están en primera línea, los paramédicos que a diario luchan contra un virus que cada vez cobra más vidas, que cada día se lleva más y más profesionales de la salud.