/ martes 22 de octubre de 2019

Comunidades sanas y seguras propuesta ante las adicciones en jóvenes

Uno de los grandes temas y problemas que hay en el país son las adicciones en los jóvenes, que cada día se suman al mundo de las drogas. Tenemos que reconocerlo, ellos están en una situación de vulnerabilidad frente al crimen organizado.

Las adicciones no solo afectan al núcleo familiar, sino provocan problemas sociales y de inseguridad. Es importante generar políticas integrales como Comunidades Sanas y Seguras que en algún momento se aplicó en Medellín, Colombia.

Ningún esfuerzo es suficiente para hacer frente al problema de adicciones en los jóvenes. De acuerdo a datos del gobierno federal, en México hay 2.2 millones de consumidores de sustancias adictivas, de los cuales 230 mil son niños, niñas y adolescentes.

Por esta razón, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado prioridad a este tema, a través de la Estrategia Nacional para Combatir el problema de las Adicciones, la cual anunció recibirá apoyos sin precedentes.

Una de las propuestas que podría sumarse a esta estrategia sería el programa Comunidades Sanas y Seguras, la cual tiene como principal detonador la participación de los habitantes de las distintas comunidades o colonias, ya sea padres de familia, maestros, autoridades educativas, representantes de cultos religiosos, comerciantes, empresarios, locatarios de mercados públicos, entre otros, con el fin de hacer un frente común para cuidar a los jóvenes.

Para impulsar políticas públicas encaminadas a la prevención del delito, se integran redes vecinales que serán capacitadas en materia de adicciones y violencia intrafamiliar. En forma paralela, las autoridades de seguridad pública mantienen mesas de trabajo con la población, con el fin que los habitantes de la colonia o barrio denuncien el tipo de delitos y, al mismo tiempo, conozcan la problemática en la zona.

Por su parte, la autoridad impulsa distintas medidas de seguridad como Senderos Seguros, que es una estrategia que contempla caminos vigilados por los mismos vecinos y policías, comerciantes y padres de familia para evitar que sean abordados por delincuentes.

A través de operativos de vigilancia en primarias y secundarias, los estudiantes tendrán una mayor seguridad y así evitar a los narcomenudistas.

La situación no es fácil en materia de seguridad pública, más aún en las colonias con mayores niveles de marginalidad. Tenemos que promover la salud de las personas y de sus comunidades, fortalecer el tejido social y generar la participación ciudadana para trabajar a favor de la prevención y atención de las adicciones.

Uno de los grandes temas y problemas que hay en el país son las adicciones en los jóvenes, que cada día se suman al mundo de las drogas. Tenemos que reconocerlo, ellos están en una situación de vulnerabilidad frente al crimen organizado.

Las adicciones no solo afectan al núcleo familiar, sino provocan problemas sociales y de inseguridad. Es importante generar políticas integrales como Comunidades Sanas y Seguras que en algún momento se aplicó en Medellín, Colombia.

Ningún esfuerzo es suficiente para hacer frente al problema de adicciones en los jóvenes. De acuerdo a datos del gobierno federal, en México hay 2.2 millones de consumidores de sustancias adictivas, de los cuales 230 mil son niños, niñas y adolescentes.

Por esta razón, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado prioridad a este tema, a través de la Estrategia Nacional para Combatir el problema de las Adicciones, la cual anunció recibirá apoyos sin precedentes.

Una de las propuestas que podría sumarse a esta estrategia sería el programa Comunidades Sanas y Seguras, la cual tiene como principal detonador la participación de los habitantes de las distintas comunidades o colonias, ya sea padres de familia, maestros, autoridades educativas, representantes de cultos religiosos, comerciantes, empresarios, locatarios de mercados públicos, entre otros, con el fin de hacer un frente común para cuidar a los jóvenes.

Para impulsar políticas públicas encaminadas a la prevención del delito, se integran redes vecinales que serán capacitadas en materia de adicciones y violencia intrafamiliar. En forma paralela, las autoridades de seguridad pública mantienen mesas de trabajo con la población, con el fin que los habitantes de la colonia o barrio denuncien el tipo de delitos y, al mismo tiempo, conozcan la problemática en la zona.

Por su parte, la autoridad impulsa distintas medidas de seguridad como Senderos Seguros, que es una estrategia que contempla caminos vigilados por los mismos vecinos y policías, comerciantes y padres de familia para evitar que sean abordados por delincuentes.

A través de operativos de vigilancia en primarias y secundarias, los estudiantes tendrán una mayor seguridad y así evitar a los narcomenudistas.

La situación no es fácil en materia de seguridad pública, más aún en las colonias con mayores niveles de marginalidad. Tenemos que promover la salud de las personas y de sus comunidades, fortalecer el tejido social y generar la participación ciudadana para trabajar a favor de la prevención y atención de las adicciones.