/ martes 27 de julio de 2021

Zedillo y Peña Nieto

En el arribo al poder de Andrés Manuel López Obrador, es factible aplicar la teoría de las concausas del derecho penal.

Lo anterior consiste en que el desenlace de un hecho es consecuencia de uno previo.

Más claro: si López Obrador no hubiera sido jefe de gobierno, difícilmente habría alcanzado la Presidencia de la República.

El tema viene al caso porque el próximo domingo se llevará a cabo la consulta para determinar si son sometidos a juicio los ex presidentes de México.

Dos ex mandatarios jugaron un papel preponderante para que López Obrador ascendiera al poder primero como jefe de gobierno y después como Presidente.

Se trata de dos priistas. El primero fue Ernesto Zedillo, quien en todo momento era calificado por su esposa Nilda Patricia Velasco como un Presidente demócrata.

Y para muchos también lo fue, sólo es cuestión de revisar la cascada de opiniones en el tuit del dirigente de Morena, Mario Delgado, donde se lanza contra Zedillo.

Y no es para menos, con Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas pudo ser jefe de gobierno, durante la primera ocasión que hubo elecciones en la Ciudad de México, desterrando la figura de regente.

Después, en el 2000, López Obrador pudo ser candidato gracias a Zedillo, debido a que no cumplía con el requisito de residencia en la capital del país.

Mágicamente, la entonces delegada en Coyoacán, Laura Itzel Castillo le allanó el trámite el político de Tabasco. Y aunque su caso fue impugnado, finalmente logró la candidatura y después el triunfo.

A la distancia, en 2018 otro Presidente le ayudó a López Obrador a ganar la presidencia, sin mayores conflictos.

Las versiones van y vienen en el mundillo de la política, en el sentido de que Enrique Peña Nieto contribuyó a que triunfara Andrés Manuel.

“El PRI operó votos para López Obrador, por eso se mantiene el pacto con Peña Nieto”, se lo dijo el priista Ulises Ruiz al reportero Fernando del Collado para Latinus.

Y fue más lejos el ex gobernador de Oaxaca: “El PRI operó más de 10 millones de votos” para López Obrador.

¿Y hoy qué pasa? López Obrador ha volcado una descomunal campaña para someter a juicio a los ex presidentes, incluidos Zedillo y Peña Nieto.

La teoría de las concausas, no tiene pierde: si Zedillo no hubiera sido demócrata, López Obrador no habría llegado a la jefatura de gobierno.

Y en 2018, sin el apoyo de Peña Nieto, el hoy Presidente no sería el inquilino de Palacio Nacional.

Las cosas como son. No hay un atisbo de agradecimiento, sólo deseos de venganza.

PROSPECCIÓN… Este martes 27 de julio, la Cámara de Diputados realizará un homenaje luctuso al coordinador del PRI en San Lázaro, René Juárez Cisneros, quien falleció este lunes por la mañana. El priista fue gobernador de Guerrero y presidente de su partido.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx

En el arribo al poder de Andrés Manuel López Obrador, es factible aplicar la teoría de las concausas del derecho penal.

Lo anterior consiste en que el desenlace de un hecho es consecuencia de uno previo.

Más claro: si López Obrador no hubiera sido jefe de gobierno, difícilmente habría alcanzado la Presidencia de la República.

El tema viene al caso porque el próximo domingo se llevará a cabo la consulta para determinar si son sometidos a juicio los ex presidentes de México.

Dos ex mandatarios jugaron un papel preponderante para que López Obrador ascendiera al poder primero como jefe de gobierno y después como Presidente.

Se trata de dos priistas. El primero fue Ernesto Zedillo, quien en todo momento era calificado por su esposa Nilda Patricia Velasco como un Presidente demócrata.

Y para muchos también lo fue, sólo es cuestión de revisar la cascada de opiniones en el tuit del dirigente de Morena, Mario Delgado, donde se lanza contra Zedillo.

Y no es para menos, con Zedillo, Cuauhtémoc Cárdenas pudo ser jefe de gobierno, durante la primera ocasión que hubo elecciones en la Ciudad de México, desterrando la figura de regente.

Después, en el 2000, López Obrador pudo ser candidato gracias a Zedillo, debido a que no cumplía con el requisito de residencia en la capital del país.

Mágicamente, la entonces delegada en Coyoacán, Laura Itzel Castillo le allanó el trámite el político de Tabasco. Y aunque su caso fue impugnado, finalmente logró la candidatura y después el triunfo.

A la distancia, en 2018 otro Presidente le ayudó a López Obrador a ganar la presidencia, sin mayores conflictos.

Las versiones van y vienen en el mundillo de la política, en el sentido de que Enrique Peña Nieto contribuyó a que triunfara Andrés Manuel.

“El PRI operó votos para López Obrador, por eso se mantiene el pacto con Peña Nieto”, se lo dijo el priista Ulises Ruiz al reportero Fernando del Collado para Latinus.

Y fue más lejos el ex gobernador de Oaxaca: “El PRI operó más de 10 millones de votos” para López Obrador.

¿Y hoy qué pasa? López Obrador ha volcado una descomunal campaña para someter a juicio a los ex presidentes, incluidos Zedillo y Peña Nieto.

La teoría de las concausas, no tiene pierde: si Zedillo no hubiera sido demócrata, López Obrador no habría llegado a la jefatura de gobierno.

Y en 2018, sin el apoyo de Peña Nieto, el hoy Presidente no sería el inquilino de Palacio Nacional.

Las cosas como son. No hay un atisbo de agradecimiento, sólo deseos de venganza.

PROSPECCIÓN… Este martes 27 de julio, la Cámara de Diputados realizará un homenaje luctuso al coordinador del PRI en San Lázaro, René Juárez Cisneros, quien falleció este lunes por la mañana. El priista fue gobernador de Guerrero y presidente de su partido.

Twitter: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx