/ miércoles 17 de abril de 2024

SIN PROTOCOLO | La denuncia

El Presidente Andrés Manuel López Obrador externó su apoyo incondicional al ministro en retiro Arturo Zaldívar.

Sin más, el mandatario calificó como una “venganza” la investigación anunciada por la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña.

En tono por demás de burla, el Presidente dijo que a esa investigación le dieron celeridad “justicia pronta y expedita” contra Zaldívar.

Lo atribuyó a que se inició el proceso en contra del ex presidente del máximo tribunal, por formar parte de la campaña de Claudia Sheinbaum.

Pero el fondo es mayúsculo, el anuncio de Piña Hernández va camino a destapar la cloaca de la corrupción auspiciada desde la alta responsabilidad de Zaldívar.

¿Pruebas? La denuncia radica en acusaciones en su contra por presionar, intimidar, extorsionar, acosar a jueces, juezas, magistrados y magistradas.

Además de Zaldívar están en el ojo del huracán sus principales operadores Carlos Antonio Alpízar Salazar, Netzaí Sandoval Ballesteros y Edgar Manuel Bonilla del Ángel.

En esto entra otro personaje que manejó los hilos del poder la primera parte de este gobierno, Julio Scherer Ibarra, en su calidad de consejero Jurídico.

A Scherer se le atribuye haber maniobrado para operar el arribo de Zaldívar a la presidencia del Poder Judicial.

Incluso la denuncia de Piña precisa que Zaldívar y sus colaboradores operaban a favor del gobierno de López Obrador litigios contra el Tren Maya, el Aifa y la cancelación del Aeropuerto de Texcoco.

Más graves resultan las presiones a jueces y magistrados para evitar liberaciones de presuntos narcotraficantes o acelerar sus extradiciones.

Sobra decir que todo nació desde Palacio Nacional, donde también se fraguó la estrategia en contra de los adversarios del régimen cuatroteista.

Las víctimas o chivos expiatorios son por todos conocidos; la maquinaria de la venganza disfrazada de justicia se puso en marcha desde el inicio del presente gobierno.

Es el caso del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, con quien el fiscal Alejandro Gertz negoció su libertad a cambio de implicar a otros personajes en el caso de la corrupción de Odebrech.

Otro caso emblemático es la detención del abogado Juan Collado, a quien Scherer le pidió vender Caja Libertar para poder salir de la cárcel.

La detención de Rosario Robles, tuvo siempre el tufo de venganza desde Palacio Nacional, diferencias que nacieron desde el paso de Robles y López Obrador por la jefatura de gobierno.

Un caso tampoco resuelto por este gobierno, es la desaparición de los 43 normalista, pero encarceló al ex procurador Jesús Murillo Káram. De nuevo el fufo de venganza.

Y lo más acabado, fue la detención y extradición de Genaro García Luna, ex brazo derecho de Felipe Calderón, el político más odiado por López Obrador.

Lo anterior, es parte de lo que debe aclararse y en lo que necesariamente tuvieron que ver juzgadores.

La cloaca de la corrupción está por destaparse.

PROSPECCIÓN… El Instituto Nacional Electoral eligió a los moderadores del tercer debate presidencial para el próximo 19 de mayo: Luisa cantú, Elena Arcila y Javier Solórzano.

X: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx

El Presidente Andrés Manuel López Obrador externó su apoyo incondicional al ministro en retiro Arturo Zaldívar.

Sin más, el mandatario calificó como una “venganza” la investigación anunciada por la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña.

En tono por demás de burla, el Presidente dijo que a esa investigación le dieron celeridad “justicia pronta y expedita” contra Zaldívar.

Lo atribuyó a que se inició el proceso en contra del ex presidente del máximo tribunal, por formar parte de la campaña de Claudia Sheinbaum.

Pero el fondo es mayúsculo, el anuncio de Piña Hernández va camino a destapar la cloaca de la corrupción auspiciada desde la alta responsabilidad de Zaldívar.

¿Pruebas? La denuncia radica en acusaciones en su contra por presionar, intimidar, extorsionar, acosar a jueces, juezas, magistrados y magistradas.

Además de Zaldívar están en el ojo del huracán sus principales operadores Carlos Antonio Alpízar Salazar, Netzaí Sandoval Ballesteros y Edgar Manuel Bonilla del Ángel.

En esto entra otro personaje que manejó los hilos del poder la primera parte de este gobierno, Julio Scherer Ibarra, en su calidad de consejero Jurídico.

A Scherer se le atribuye haber maniobrado para operar el arribo de Zaldívar a la presidencia del Poder Judicial.

Incluso la denuncia de Piña precisa que Zaldívar y sus colaboradores operaban a favor del gobierno de López Obrador litigios contra el Tren Maya, el Aifa y la cancelación del Aeropuerto de Texcoco.

Más graves resultan las presiones a jueces y magistrados para evitar liberaciones de presuntos narcotraficantes o acelerar sus extradiciones.

Sobra decir que todo nació desde Palacio Nacional, donde también se fraguó la estrategia en contra de los adversarios del régimen cuatroteista.

Las víctimas o chivos expiatorios son por todos conocidos; la maquinaria de la venganza disfrazada de justicia se puso en marcha desde el inicio del presente gobierno.

Es el caso del ex director de Pemex, Emilio Lozoya, con quien el fiscal Alejandro Gertz negoció su libertad a cambio de implicar a otros personajes en el caso de la corrupción de Odebrech.

Otro caso emblemático es la detención del abogado Juan Collado, a quien Scherer le pidió vender Caja Libertar para poder salir de la cárcel.

La detención de Rosario Robles, tuvo siempre el tufo de venganza desde Palacio Nacional, diferencias que nacieron desde el paso de Robles y López Obrador por la jefatura de gobierno.

Un caso tampoco resuelto por este gobierno, es la desaparición de los 43 normalista, pero encarceló al ex procurador Jesús Murillo Káram. De nuevo el fufo de venganza.

Y lo más acabado, fue la detención y extradición de Genaro García Luna, ex brazo derecho de Felipe Calderón, el político más odiado por López Obrador.

Lo anterior, es parte de lo que debe aclararse y en lo que necesariamente tuvieron que ver juzgadores.

La cloaca de la corrupción está por destaparse.

PROSPECCIÓN… El Instituto Nacional Electoral eligió a los moderadores del tercer debate presidencial para el próximo 19 de mayo: Luisa cantú, Elena Arcila y Javier Solórzano.

X: @JoelSaucedo

saucedosj@yahoo.com.mx