/ domingo 18 de abril de 2021

Recuperación de empleos y coronavirus

Por Edgar F. Garza Ancira

Consejero de empresas y consorcios de carácter multinacional, así como Fundador de la asociación civil Dime y Juntos lo Hacemos

Debido a la pandemia, en México se perdieron 1 millón 117 mil 583 puestos de trabajo formales, siendo abril el mes más crítico con 555 mil 247 despidos, seguido de mayo con 344 mil 526, marzo 130 mil 593, junio 83 mil 311 y julio 3 mil 907.

Los trabajadores informales fueron de los sectores más afectados por el desempleo y la nula percepción de ingresos durante el cierre de actividades. Pero también fue el grupo que más rápido pudo recuperar puestos de ocupación.

Para tratar de mitigar los efectos negativos en los estratos más desfavorecidos, el Estado implantó medidas de apoyo como 1 millón de créditos de 25 mil pesos a comerciantes y microempresarios, cuatro meses de apoyo para menores de edad con discapacidad, cuatro meses de apoyo a los adultos mayores y para jóvenes construyendo el futuro 3 mil 748 pesos mensuales, entre otras ayudas.

Los jóvenes, los adultos mayores con trabajos formales y los puestos de ocupación de bajos ingresos, fueron los que experimentaron el impacto más fuerte y su crecimiento al igual que el de las mujeres, sigue mostrando una tasa de recuperación del empleo sino estancada, sí muy menor.

Entre agosto y noviembre se crearon 555 mil empleos, pero se dio nuevamente una desaceleración en la creación de puestos, debido a la suspensión de actividades económicas no esenciales por el aumento de contagios por COVID-19 del mes de diciembre, modificándose la tendencia al alza en el primer trimestre del 2021, al contabilizarse 251 mil 977 nuevos empleos de los cuales, el 54% correspondieron a empleos permanentes y el resto a eventuales.

Sin embargo, sigue percibiéndose incertidumbre por la pandemia que dificulta realizar proyecciones que incentiven y fomenten la inversión y por consiguiente el recuperar fuentes de empleo.

La mayoría de los sectores productivos siguen enfrentando complicaciones para generar ventas, elevar producción y generar ganancias, lo que dificulta pronosticar en cuánto tiempo habrá una recuperación real de la economía. A lo anterior se suma que la reactivación del empleo depende del despliegue de la vacuna contra el coronavirus y que permita generar confianza entre todos los sectores.

Se requiere diseñar e instrumentar políticas públicas orientadas al mercado laboral, que corrijan las distorsiones impuestas por la crisis sanitaria, que brinden asistencia y apoyo a los sectores productivos clave, que son los que tienen mayor impacto en la generación de empleo.

Además, debe inducirse el acercamiento entre la oferta con la demanda de trabajo, a través de mayores opciones de capacitación y certificación de habilidades que proporcionen herramientas necesarias para la obtención del empleo y la generación de estrechos vínculos entre los centros educativos y las empresas.

Por Edgar F. Garza Ancira

Consejero de empresas y consorcios de carácter multinacional, así como Fundador de la asociación civil Dime y Juntos lo Hacemos

Debido a la pandemia, en México se perdieron 1 millón 117 mil 583 puestos de trabajo formales, siendo abril el mes más crítico con 555 mil 247 despidos, seguido de mayo con 344 mil 526, marzo 130 mil 593, junio 83 mil 311 y julio 3 mil 907.

Los trabajadores informales fueron de los sectores más afectados por el desempleo y la nula percepción de ingresos durante el cierre de actividades. Pero también fue el grupo que más rápido pudo recuperar puestos de ocupación.

Para tratar de mitigar los efectos negativos en los estratos más desfavorecidos, el Estado implantó medidas de apoyo como 1 millón de créditos de 25 mil pesos a comerciantes y microempresarios, cuatro meses de apoyo para menores de edad con discapacidad, cuatro meses de apoyo a los adultos mayores y para jóvenes construyendo el futuro 3 mil 748 pesos mensuales, entre otras ayudas.

Los jóvenes, los adultos mayores con trabajos formales y los puestos de ocupación de bajos ingresos, fueron los que experimentaron el impacto más fuerte y su crecimiento al igual que el de las mujeres, sigue mostrando una tasa de recuperación del empleo sino estancada, sí muy menor.

Entre agosto y noviembre se crearon 555 mil empleos, pero se dio nuevamente una desaceleración en la creación de puestos, debido a la suspensión de actividades económicas no esenciales por el aumento de contagios por COVID-19 del mes de diciembre, modificándose la tendencia al alza en el primer trimestre del 2021, al contabilizarse 251 mil 977 nuevos empleos de los cuales, el 54% correspondieron a empleos permanentes y el resto a eventuales.

Sin embargo, sigue percibiéndose incertidumbre por la pandemia que dificulta realizar proyecciones que incentiven y fomenten la inversión y por consiguiente el recuperar fuentes de empleo.

La mayoría de los sectores productivos siguen enfrentando complicaciones para generar ventas, elevar producción y generar ganancias, lo que dificulta pronosticar en cuánto tiempo habrá una recuperación real de la economía. A lo anterior se suma que la reactivación del empleo depende del despliegue de la vacuna contra el coronavirus y que permita generar confianza entre todos los sectores.

Se requiere diseñar e instrumentar políticas públicas orientadas al mercado laboral, que corrijan las distorsiones impuestas por la crisis sanitaria, que brinden asistencia y apoyo a los sectores productivos clave, que son los que tienen mayor impacto en la generación de empleo.

Además, debe inducirse el acercamiento entre la oferta con la demanda de trabajo, a través de mayores opciones de capacitación y certificación de habilidades que proporcionen herramientas necesarias para la obtención del empleo y la generación de estrechos vínculos entre los centros educativos y las empresas.