/ martes 27 de abril de 2021

Propinas que subsidian salarios

Ahora que el gobierno de la 4T, habla de acabar con simulaciones en el sector laboral. Empleados de restaurantes, bares y hoteles piden a la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, se trabaje en una reforma que regule las prácticas ilegales derivadas de la costumbre de subsidiar salario y prestaciones con propinas en varios sectores.

Porque a los consumidores se les ha cargado la mano de “completar el salario” de las personas que trabajan en esos giros comerciales. Situación que sucede en gasolineras, con los valet parking y otros negocios.

La gratificación voluntaria se convirtió en modo de subsistencia de miles de familias, y desde hace varias décadas abrió las puertas a la informalidad y omisión de los patrones.

“Pero no legaliza la acción, lo que ha hecho es normalizarla, lo que lleva a que estén en total desprotección, como ahora que miles de ellos quedaron en total desprotección por la pandemia”, dice el abogado laboral Pablo Franco.

No existen cifras oficiales sobre el número de personas que perciben propinas por sus actividades laborales, pero una gran cantidad de trabajadores que perciben hasta un salario mínimo estarían dentro de este segmento.

En el 2004 hubo un intento de presentar una iniciativa para regular esa situación, en beneficio de meseros, garroteros, chefs, ayudantes. Sin embargo, en la Cámara de Diputados ni siquiera transitó, porque el PRD dijo que con ello se echarían a los empresarios encima, recordó el ex diputado Pablo Franco.

A través de redes sociales estos trabajadores denuncian que la industria restaurantera no ofrece salarios dignos y empleos libres de abuso, los que realmente los subsidian para salir con su gasto familiar son los clientes.

Dicen que México es un país “propinero”. La población tiene el hábito de gratificar a una persona que brinda un servicio para compensar lo poco que gana nominalmente, pero hay muchas que no tienen sueldo o pagan porque los dejan trabajar. En algunos lugares tienen que decir: “su propina es mi sueldo”.

Un grupo de trabajadores platicó con Doble Efecto sobre la precariedad laboral que se vive en los restaurantes. “Ganamos un salario mínimo, lo que ayuda son las propinas”. Demandan a la STPS revisar este esquema y poner atención a los abusos que ocurren en este giro comercial.

EN ESE TENOR. La propina en México no es obligatoria, así lo avala la Ley Federal de Protección al Consumidor. Esta gratificación es más bien, una forma de reconocer el buen servicio brindado por el personal y por el restaurante.

Ahora que el gobierno de la 4T, habla de acabar con simulaciones en el sector laboral. Empleados de restaurantes, bares y hoteles piden a la Secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, se trabaje en una reforma que regule las prácticas ilegales derivadas de la costumbre de subsidiar salario y prestaciones con propinas en varios sectores.

Porque a los consumidores se les ha cargado la mano de “completar el salario” de las personas que trabajan en esos giros comerciales. Situación que sucede en gasolineras, con los valet parking y otros negocios.

La gratificación voluntaria se convirtió en modo de subsistencia de miles de familias, y desde hace varias décadas abrió las puertas a la informalidad y omisión de los patrones.

“Pero no legaliza la acción, lo que ha hecho es normalizarla, lo que lleva a que estén en total desprotección, como ahora que miles de ellos quedaron en total desprotección por la pandemia”, dice el abogado laboral Pablo Franco.

No existen cifras oficiales sobre el número de personas que perciben propinas por sus actividades laborales, pero una gran cantidad de trabajadores que perciben hasta un salario mínimo estarían dentro de este segmento.

En el 2004 hubo un intento de presentar una iniciativa para regular esa situación, en beneficio de meseros, garroteros, chefs, ayudantes. Sin embargo, en la Cámara de Diputados ni siquiera transitó, porque el PRD dijo que con ello se echarían a los empresarios encima, recordó el ex diputado Pablo Franco.

A través de redes sociales estos trabajadores denuncian que la industria restaurantera no ofrece salarios dignos y empleos libres de abuso, los que realmente los subsidian para salir con su gasto familiar son los clientes.

Dicen que México es un país “propinero”. La población tiene el hábito de gratificar a una persona que brinda un servicio para compensar lo poco que gana nominalmente, pero hay muchas que no tienen sueldo o pagan porque los dejan trabajar. En algunos lugares tienen que decir: “su propina es mi sueldo”.

Un grupo de trabajadores platicó con Doble Efecto sobre la precariedad laboral que se vive en los restaurantes. “Ganamos un salario mínimo, lo que ayuda son las propinas”. Demandan a la STPS revisar este esquema y poner atención a los abusos que ocurren en este giro comercial.

EN ESE TENOR. La propina en México no es obligatoria, así lo avala la Ley Federal de Protección al Consumidor. Esta gratificación es más bien, una forma de reconocer el buen servicio brindado por el personal y por el restaurante.