/ viernes 19 de enero de 2024

PODER CIUDADANO | ¡Ya ciérrale!

Años, décadas, que venimos escuchando que se nos acaba el agua en el Valle de México. Campañas van y campañas vienen, sin lograr que los ciudadanos hagamos real conciencia sobre el ahorro del agua, y que nuestros gobernantes realicen las inversiones necesarias para eficientar su dotación en todas las Alcaldías de la Ciudad de México.

Uno de los pocos políticos que de forma seria y sensata está abordando tremenda problemática, es el Senador Gabriel García, el conocido Senador del Barrio, vecino de Iztapalapa.

Su propuesta se basa en una nueva Ley General de Aguas en el Senado, imprescindible para cimentar las bases de un cambio de paradigma. ¿En qué consiste y por qué es importante?

Plantea el Senador por Morena, que lo que hace distinta esta Ley es, en principio, que el eje rector es la preponderancia del Derecho Humano al Agua, en ese sentido resulta fundamental, pues le otorga una condición de universalidad y de no distinción o discriminación. Es decir, un cambio de paradigma.

En cuanto a la sobreexplotación, el Senador Gabriel García nos dice que esta Ley permite vigilar que no se extraiga agua por arriba del volumen de recarga natural, además de la urgente necesidad ya de revisar las concesiones, y de manera contundente el No al Fracking, a la minería tóxica, y a megaproyectos destructivos.

Como ejemplo de esta sobreexplotación nos da a conocer el Senador que desde 1972 la Ley Federal de Aguas establece la facultad de otorgar concesiones a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, con lo que hasta 1992 se otorgaron 2,000 títulos de concesión, mientras que en 1992 la Ley de Aguas Nacionales, estableció la facultad de las gerencias estatales y regionales de otorgar concesiones, con lo que de 1992 a enero del 2020 se otorgaron ¡514,684 títulos y permisos entre 361,600 usuarios!

Y váyase para atrás, ¡solamente el 1% de usuarios usufructúa la quinta parte del agua del país! 3,304 empresas, asociaciones civiles o personas físicas tiene la concesión de 13,208 mm3 (22% del agua concesionada), en su mayoría en acuíferos sobreexplotados.

Por ello, ha sido contundente el Senador Gabriel García al señalar que esta Ley exige una revisión de esas concesiones. Y también propone la figura de las Contralorías Ciudadanas: supervisión ciudadana, esto porque actualmente existe un desperdicio de al menos 40% del vital líquido.

Esta Ley también resalta la necesidad de una Inversión en Infraestructura para evitar que en su trayectoria por las tuberías, el agua se contamine, pues termina mezclada con aguas negras. Fomentar el tratamiento y re uso de agua residual, para verterla, tratarla y de esta forma poder recuperar el ciclo natural del agua re inyectándola hacia los mantos acuíferos, donde pertenecen, Es urgente que CONAGUA actualicé la disponibilidad de agua en el país. Se tenga esta Reforma a la Ley, para ser más estrictos en el otorgamiento de permisos y derecho de agua.

Una Nueva Ley de Aguas, además de plantear soluciones acorde a nuestra época, que no solamente se limiten a buscar más extracciones en el manto acuífero subterráneo, sino que se hagan propuestas encaminadas al cambio de mentalidad sobre el uso y aprovechamiento del vital líquido, es lo que propone Gabriel García, y vaya que coincidimos.

Años, décadas, que venimos escuchando que se nos acaba el agua en el Valle de México. Campañas van y campañas vienen, sin lograr que los ciudadanos hagamos real conciencia sobre el ahorro del agua, y que nuestros gobernantes realicen las inversiones necesarias para eficientar su dotación en todas las Alcaldías de la Ciudad de México.

Uno de los pocos políticos que de forma seria y sensata está abordando tremenda problemática, es el Senador Gabriel García, el conocido Senador del Barrio, vecino de Iztapalapa.

Su propuesta se basa en una nueva Ley General de Aguas en el Senado, imprescindible para cimentar las bases de un cambio de paradigma. ¿En qué consiste y por qué es importante?

Plantea el Senador por Morena, que lo que hace distinta esta Ley es, en principio, que el eje rector es la preponderancia del Derecho Humano al Agua, en ese sentido resulta fundamental, pues le otorga una condición de universalidad y de no distinción o discriminación. Es decir, un cambio de paradigma.

En cuanto a la sobreexplotación, el Senador Gabriel García nos dice que esta Ley permite vigilar que no se extraiga agua por arriba del volumen de recarga natural, además de la urgente necesidad ya de revisar las concesiones, y de manera contundente el No al Fracking, a la minería tóxica, y a megaproyectos destructivos.

Como ejemplo de esta sobreexplotación nos da a conocer el Senador que desde 1972 la Ley Federal de Aguas establece la facultad de otorgar concesiones a la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, con lo que hasta 1992 se otorgaron 2,000 títulos de concesión, mientras que en 1992 la Ley de Aguas Nacionales, estableció la facultad de las gerencias estatales y regionales de otorgar concesiones, con lo que de 1992 a enero del 2020 se otorgaron ¡514,684 títulos y permisos entre 361,600 usuarios!

Y váyase para atrás, ¡solamente el 1% de usuarios usufructúa la quinta parte del agua del país! 3,304 empresas, asociaciones civiles o personas físicas tiene la concesión de 13,208 mm3 (22% del agua concesionada), en su mayoría en acuíferos sobreexplotados.

Por ello, ha sido contundente el Senador Gabriel García al señalar que esta Ley exige una revisión de esas concesiones. Y también propone la figura de las Contralorías Ciudadanas: supervisión ciudadana, esto porque actualmente existe un desperdicio de al menos 40% del vital líquido.

Esta Ley también resalta la necesidad de una Inversión en Infraestructura para evitar que en su trayectoria por las tuberías, el agua se contamine, pues termina mezclada con aguas negras. Fomentar el tratamiento y re uso de agua residual, para verterla, tratarla y de esta forma poder recuperar el ciclo natural del agua re inyectándola hacia los mantos acuíferos, donde pertenecen, Es urgente que CONAGUA actualicé la disponibilidad de agua en el país. Se tenga esta Reforma a la Ley, para ser más estrictos en el otorgamiento de permisos y derecho de agua.

Una Nueva Ley de Aguas, además de plantear soluciones acorde a nuestra época, que no solamente se limiten a buscar más extracciones en el manto acuífero subterráneo, sino que se hagan propuestas encaminadas al cambio de mentalidad sobre el uso y aprovechamiento del vital líquido, es lo que propone Gabriel García, y vaya que coincidimos.