Todos los días y a cada hora, en los hospitales de México y el mundo, miles de médicos y personal de la salud enfrentan la batalla contra el virus SARS-COV2.
Como parte de este reconocimiento, Laboratorios Carnot, empresa mexicana con 78 años de existencia, hace un homenaje a los médicos y los acompaña en su lucha con la donación de insumos que sirven para su protección, actualización y con equipos que ayudarán a salvar la vida de más mexicanos.
El director comercial de la compañía, Juan Pablo Mañón, explicó que “En el frente de esta batalla, aquí estamos” es una muestra del apoyo y solidaridad que nuestra empresa tiene con los médicos del país. Queremos estar cerca de ellos hoy, de frente a este virus, apoyándolos con el material de seguridad, ya que son quienes combaten directamente la epidemia y luchan por la salud de todos los mexicanos”.
La donación que realizan consiste en 60 ventiladores para hospitales públicos y privados que tienen áreas COVID y que es una iniciativa en colaboración con otras empresas farmacéuticas integrantes del Consejo Farmacéutico Mexicano; más de medio millón de cubrebocas y gel antibacterial; 1,200 suscripciones a plataformas digitales para que médicos y pacientes mantengan consultas virtuales y una serie de webinars para capacitar a los profesionales de la salud sobre el virus SARS-COV2 y los nuevos hallazgos para enfrentar la enfermedad.
Sigue la danza de las cifras y la autoridad sanitaria hace verdaderos malabares para explicar el crecimiento de la curva de contagio, casos nuevos y muertes por COVID-19 y ahora estimó que los fallecimientos por la pandemia podrían llegar a 30 o 35 mil, para la tercera semana de octubre, fecha proyectada para el fin de la contingencia.
Justo cuando se reportan más de 12 mil 500 defunciones y más de 106 mil casos de contagios acumulados, y la población asfixiada por la crisis económica abandona el “quedateencasa” y se arriesga a salir, solo con la protección de un cubrebocas de elaboración pirata, la autoridad se resiste a admitir las fallas en el manejo de cifras y amenaza con investigar el presunto mal manejo de actas de defunción.
El anuncio causó sospechosismo entre la población que lo percibió como el ya trillado recurso de “échale la culpa a otro” o un descarado intento de buscar chivos expiatorios. En caso de que estas muertes no hayan sido registradas correctamente, no necesariamente responde a algún avieso interés, podría deberse a la falta de pruebas para corroborar el diagnóstico de COVID-19, que por cierto, la propia autoridad sanitaria ha escatimado y se ha empeñado en decir que no hacen falta.