/ martes 15 de diciembre de 2020

La imperiosa necesidad de tener un Poder Legislativo sin mayorías absolutas

Hace 82 años, la Constitución de 1938 dictó el principio de separación de poderes a través de su artículo 49, el cual decía que la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y que no podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona.

A la distancia, hoy tenemos un Poder Legislativo poco independiente del Poder Ejecutivo, lo que pone en riesgo a la democracia. La causa principal es que Morena cuenta con una mayoría aplastante que obedece ciegamente al Presidente de la República, lo que no ayuda a los tan necesarios contrapesos y al debate en temas trascendentes para el país.

En la historia de nuestro país, podemos mencionar varios momentos históricos que demuestran el interés de algunos gobernantes por tener todo el poder, por encima de la ley suprema que es la Constitución. Si el Poder Ejecutivo controla la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, cuenta con suficiente capacidad para ver aprobados sus proyectos, sus leyes y reformas Constitucionales. Entonces, ¿dónde queda el equilibrio de poderes?, ¿y la democracia? ¿y respeto a la voluntad ciudadana?

Los contrapesos en la Cámara de Diputados, Senado de la República y en los Congresos locales son indispensables para garantizar la gobernabilidad en el país.

En los últimos dos años, hemos sido testigos de algunos excesos por parte de Morena y obediencia ciega a lo que dicte el Poder Ejecutivo, lo que no siempre conviene a la ciudadanía y más en estos momentos de pandemia que se necesita escuchar la voz de todas y todos, no solo de unos cuantos, no solo del quienes están en el partido en el poder.

En las elecciones del próximo año, quienes votan tienen la oportunidad de cambiar esta situación, se necesitan contrapesos, que la composición en las Cámaras sea más plural, lo que seguramente ayudará a la toma de decisiones a favor de la población y no de unos cuantos.

Los grupos parlamentarios de oposición han librado verdaderas batallas en los órganos legislativos, han detenido una que otra reforma o iniciativa de ley que atenta contra la democracia, en otras ocasiones han apoyado aquellas que significan un cambio a favor de ciertos sectores de la población, pero la mayoría de veces solo han sido testigos de acciones que ponen en riesgo la separación de poderes.

Este tema es tan trascedente que hace unos días, el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció un proyecto para frenar el objetivo de Morena que es volver a tener la mayoría en el Congreso con una sobre representación. Piensa aplicar dos filtros para que se cuenten los votos por coalición y no sólo de manera individual. Sin duda, no debemos de perder vista que por el bien de la democracia y la gobernabilidad, se requieren contrapesos en el Poder Legislativo y cambiar esta situación, está en manos de los ciudadanos.


Hace 82 años, la Constitución de 1938 dictó el principio de separación de poderes a través de su artículo 49, el cual decía que la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial, y que no podrán reunirse dos o más de estos poderes en una sola persona.

A la distancia, hoy tenemos un Poder Legislativo poco independiente del Poder Ejecutivo, lo que pone en riesgo a la democracia. La causa principal es que Morena cuenta con una mayoría aplastante que obedece ciegamente al Presidente de la República, lo que no ayuda a los tan necesarios contrapesos y al debate en temas trascendentes para el país.

En la historia de nuestro país, podemos mencionar varios momentos históricos que demuestran el interés de algunos gobernantes por tener todo el poder, por encima de la ley suprema que es la Constitución. Si el Poder Ejecutivo controla la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, cuenta con suficiente capacidad para ver aprobados sus proyectos, sus leyes y reformas Constitucionales. Entonces, ¿dónde queda el equilibrio de poderes?, ¿y la democracia? ¿y respeto a la voluntad ciudadana?

Los contrapesos en la Cámara de Diputados, Senado de la República y en los Congresos locales son indispensables para garantizar la gobernabilidad en el país.

En los últimos dos años, hemos sido testigos de algunos excesos por parte de Morena y obediencia ciega a lo que dicte el Poder Ejecutivo, lo que no siempre conviene a la ciudadanía y más en estos momentos de pandemia que se necesita escuchar la voz de todas y todos, no solo de unos cuantos, no solo del quienes están en el partido en el poder.

En las elecciones del próximo año, quienes votan tienen la oportunidad de cambiar esta situación, se necesitan contrapesos, que la composición en las Cámaras sea más plural, lo que seguramente ayudará a la toma de decisiones a favor de la población y no de unos cuantos.

Los grupos parlamentarios de oposición han librado verdaderas batallas en los órganos legislativos, han detenido una que otra reforma o iniciativa de ley que atenta contra la democracia, en otras ocasiones han apoyado aquellas que significan un cambio a favor de ciertos sectores de la población, pero la mayoría de veces solo han sido testigos de acciones que ponen en riesgo la separación de poderes.

Este tema es tan trascedente que hace unos días, el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció un proyecto para frenar el objetivo de Morena que es volver a tener la mayoría en el Congreso con una sobre representación. Piensa aplicar dos filtros para que se cuenten los votos por coalición y no sólo de manera individual. Sin duda, no debemos de perder vista que por el bien de la democracia y la gobernabilidad, se requieren contrapesos en el Poder Legislativo y cambiar esta situación, está en manos de los ciudadanos.