/ domingo 18 de julio de 2021

Grupo élite de mujeres atenderá violencia y feminicidios

Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador informó a través de la Secretaria de Seguridad Ciudadana, Rosa Isela Rodríguez, la formación del grupo especial de la Guardia Nacional para atender la violencia de género y los feminicidios, centró la decisión en la urgente necesidad de enfrentar este terrible flagelo que desde el pasado han padecido las mujeres en México.

Los gobiernos estatales y federales anteriores carecían de interés por esclarecer y detener estos crímenes que mantienen en la zozobra a las mujeres. Ello propició que la escalada de violencia aumentase y con ello el número de casos de asesinatos de jóvenes, adultas y niñas se multiplicó.

Hoy sabemos que el grupo de élite está integrado por 100 mujeres capacitadas para realizar investigaciones, coadyuvar con los ministerios públicos, realizar trabajos de inteligencia y acciones encubiertas. Es así que con este arsenal de recursos se combate y responde a las exigencias de prevención y aplicación de esa justicia que fue negada por largo tiempo.

Es aplaudible el acierto de crear este grupo especializado que evidencia los buenos resultados del trabajo conjunto de la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública y Atención Ciudadana. Hay confianza en que se continuará fortaleciendo esta iniciativa, puesto que a lo largo del territorio nacional existe el reto de llevar a cabo esta labor titánica; una batalla a contra corriente frente al incesante clamor de los familiares de las víctimas.

Paralelamente a esos esfuerzos, también se tiene que contemplar la urgente necesidad de sensibilizarnos para seguir educando a toda la sociedad en los principios del respeto irrestricto a las mujeres, niñas, niños y jóvenes.

Visibilizar la normalización de la violencia de género, tan enraizada en las costumbres y hábitos de convivencia cotidiana, se da a través de iluminar todos esos lugares y ambientes donde se optó por callar o subestimar el dolor y las heridas físicas o emocionales de las víctimas.

En nuestras casas, lugares de trabajo o ambientes sociales diversos, se debe fortalecer el respeto a las mujeres y la no violencia.

No sólo en las calles solitarias o sin luminarias se encuentran los agresores confiados a ser impunes porque no haya quien los señale o los ponga en evidencia, ese es uno de los orígenes de los casos de violencia sufrida por mujeres como Fernanda Olivares “Poly”. Ahí, gracias a la indignación de mucha gente se pudo lograr dar con el feminicida y hacer justicia.

Mexico requiere cultivar en niños y niñas la cultura de la paz, provocar en los jóvenes el sentimiento de empatía y lograr que como adultos se elija conciliar en lugar de controlar, sojuzgar o violentar.

Es reconocible contar con una fuerza disuasiva, profesional y organizada, empero es mejor lograr una sociedad menos violenta.

Cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador informó a través de la Secretaria de Seguridad Ciudadana, Rosa Isela Rodríguez, la formación del grupo especial de la Guardia Nacional para atender la violencia de género y los feminicidios, centró la decisión en la urgente necesidad de enfrentar este terrible flagelo que desde el pasado han padecido las mujeres en México.

Los gobiernos estatales y federales anteriores carecían de interés por esclarecer y detener estos crímenes que mantienen en la zozobra a las mujeres. Ello propició que la escalada de violencia aumentase y con ello el número de casos de asesinatos de jóvenes, adultas y niñas se multiplicó.

Hoy sabemos que el grupo de élite está integrado por 100 mujeres capacitadas para realizar investigaciones, coadyuvar con los ministerios públicos, realizar trabajos de inteligencia y acciones encubiertas. Es así que con este arsenal de recursos se combate y responde a las exigencias de prevención y aplicación de esa justicia que fue negada por largo tiempo.

Es aplaudible el acierto de crear este grupo especializado que evidencia los buenos resultados del trabajo conjunto de la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública y Atención Ciudadana. Hay confianza en que se continuará fortaleciendo esta iniciativa, puesto que a lo largo del territorio nacional existe el reto de llevar a cabo esta labor titánica; una batalla a contra corriente frente al incesante clamor de los familiares de las víctimas.

Paralelamente a esos esfuerzos, también se tiene que contemplar la urgente necesidad de sensibilizarnos para seguir educando a toda la sociedad en los principios del respeto irrestricto a las mujeres, niñas, niños y jóvenes.

Visibilizar la normalización de la violencia de género, tan enraizada en las costumbres y hábitos de convivencia cotidiana, se da a través de iluminar todos esos lugares y ambientes donde se optó por callar o subestimar el dolor y las heridas físicas o emocionales de las víctimas.

En nuestras casas, lugares de trabajo o ambientes sociales diversos, se debe fortalecer el respeto a las mujeres y la no violencia.

No sólo en las calles solitarias o sin luminarias se encuentran los agresores confiados a ser impunes porque no haya quien los señale o los ponga en evidencia, ese es uno de los orígenes de los casos de violencia sufrida por mujeres como Fernanda Olivares “Poly”. Ahí, gracias a la indignación de mucha gente se pudo lograr dar con el feminicida y hacer justicia.

Mexico requiere cultivar en niños y niñas la cultura de la paz, provocar en los jóvenes el sentimiento de empatía y lograr que como adultos se elija conciliar en lugar de controlar, sojuzgar o violentar.

Es reconocible contar con una fuerza disuasiva, profesional y organizada, empero es mejor lograr una sociedad menos violenta.