Los datos no cuadran y los indicadores de casos confirmados, defunciones, activos, sospechosos y negativos que diariamente se dan a conocer se resisten a aplanarse y ser domados.
Aun así, el gobierno de la cuatro-te ya calienta motores para reanudar el primero de junio las actividades productivas, económicas y sociales, en la llamada “nueva normalidad”, bajo un sistema de semáforo que, actualmente marca en rojo como zona de alta trasmisión, la mayoría de las entidades del país.
La población se encuentra atrapada entre la espada y la pared. Por un lado, la falta de un mensaje eficaz y claro por parte de la autoridad sanitaria, con base en evidencia científica y datos contundentes, transparentes, evaluables y comprobables, ha generado incertidumbre, desconfianza, confusión e intranquilidad sobre el regreso a la llamada “nueva normalidad”.
Por otro lado, la parálisis económica provocada por el encierro de más de 60 días, con la consecuente pérdida masiva de empleos y dramática caída en el ingreso y el consumo, ya han hecho mella en las raquíticas finanzas familiares, lo que aumenta la presión social para reanudar actividades y salir a las calles a ganarse la vida, aunque paradójicamente, la vida misma se ponga en riesgo.
Los números de la pandemia, cual caballo bronco, muestran resistencia a ser domados, y los datos son contundentes: el 28 de mayo se reportaron 81,400 casos confirmados; 9,044 defunciones, 16,315 confirmados activos, 36,131 sospechosos y 137,263 negativos. El 27 de mayo el reporte fue de: 78,023 casos confirmados, 8,597 defunciones, 15,592 confirmados activos, 33,566 casos sospechosos y 133,269 negativos.
El día 26, la autoridad sanitaria informaba de 73,560 casos confirmados, 8,133 defunciones, 14,718 confirmados activos, 31,878 sospechosos y 128,691 negativos. El día 25, el reporte fue de: 71,105 casos confirmados, 7,633 defunciones, 14,020 confirmados activos, 29, 509 sospechosos y 125, 036 negativos.
A pesar del elevado número de defunciones y casos activos, el gobierno de la 4T asegura que se está domando la pandemia, prepara el retorno a la “nueva normalidad” e incurre en el pecado del autoelogio al presumir que el doctor Hugo López-Gatell, funcionario encargado de enfrentar la pandemia por COVID-19 fue invitado por la OMS a formar parte del equipo de expertos para participar en la creación del reglamento sanitario internacional, pero les faltó decir que la OMS abre esta convocatoria a los 194 países miembros y cada gobierno nombra su representante.
La OMS hizo la misma convocatoria en 2009 por la pandemia de Influenza H1N1. En ese entonces, el gobierno mexicano designó al doctor Rogelio Pérez Padilla, director general del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER).