En 1516, Tomás Moro publicó su obra Utopía, donde recrea un mundo nuevo, ideal y perfecto, ubicado en un lugar inexistente.
A lo largo de la historia su escrito fue calificado como un “panfleto” consultado regularmente por la clase política.
Perseguido, castigado y tildado de traidor al rey de Inglaterra, Enrique VIII, tuvo como destino la decapitación.
Moro, fue santificado en 1935 y a quien la iglesia le asignó el patronaje de “políticos y hombres de Estado”.
Es decir, que en México no pocos políticos han visto a Tomás Moro como su santo patrono.
El tema viene al momento, cuando se habla de una transformación ubicada en ningún lado; un cambio que no se ve pero se presume a los cuatro vientos.
Todas las mañanas el Presidente Andrés Manuel López Obrador pinta un mundo diferente a partir de la era de la 4T pero inexistente. Tal vez se encuentra en otra dimensión.
¿Acaso tenemos un nuevo país? ¿Estamos en un mundo ideal y perfecto? ¿Es el país que desean todos los mexicanos? ¿O es la nación de las dádivas y el derroche? ¿En eso radica el cambio?
Alrededor de 22 millones de mexicanos -de aproximadamente 130 millones de habitantes-, están en las arcas de los programas sociales de la administración obradorista.
De ese total, 5 millones le dieron la espalda a Morena en las elecciones de 2021, puesto que el partido en el gobierno, sólo obtuvo 17 millones de sufragios.
Para los comicios del pasado 5 de junio, fueron convocados a las urnas 11.7 millones de ciudadanos de los seis estados que tuvieron proceso electoral.
Pero el abstencionismo de aproximadamente 60% arrojó una participación de 4.68 millones de mexicanos que votaron.
En consideración que Morena triunfó en cuatro estados y la Alianza Va Por México, estaría rondando los 3 millones de votos, el resto para la oposición.
Lo que está claro, es que Morena y los gobiernos federal, estatal y municipal, además de senadores, legisladores y dirigentes, se volcaron en apoyos a diestra y siniestra para comprar votos.
En los hechos toda la maquinaria 4T compró 3 millones de votos, una labor que se quedó corta para lo que acostumbran y saben hacer muy bien.
Por ejemplo, la consulta para enjuiciar a los ex presidentes costó 500 millones de pesos y participaron 7 millones para nada. No tuvo ningún fin. Resultó una farsa.
Para la consulta de Revocación de Mandato exigida por el propio Presidente se gastaron 502.6 millones de pesos, con 15.4 millones de participantes.
Se trató de un ejercicio innecesario, porque se despilfarraron 29 mil 692 pesos por casilla instalada.
La organización de la rifa del avión presidencial representó un derroche de 286 millones de pesos, lo que también resultó un acto por demás teatral.
Ni se rifó la aeronave y mucho menos se ha vendido. En pagos y mantenimiento el gobierno ha gastado 402 millones de pesos.
La Utopía de la 4T. Ni el mundo ideal ni feliz, pero sí el de la dádiva y el despilfarro.
PROSPECCIÓN… Hospitales privados de la alcaldía Miguel Hidalgo dan muestra de sensibilidad en la protección de mujeres víctimas de violencia, mediante un convenio para brindarles atención en caso de urgencia. Esa fue la propuesta de los concejales de la demarcación, Betty Hernández y Rolando Cortés, ella defensora de la igualdad de género y él médico de profesión. Ambos buscan evitar la re victimización si una mujer fuera rechazada de esos nosocomios. Aún hay más hospitales que pueden sumarse, mientras tanto la medida parece positiva para explorarse en toda la Ciudad de México. Honor a quien honor merece y que no se cuelguen otros la medalla de esa propuesta.
Twitter: @JoelSaucedo
