/ viernes 12 de mayo de 2023

Al estilo de la mafia, así asesinaron a Paco Stanley

Aquel 7 de junio de 1999, luego de desayunar, Pacorro recibió cuatro plomazos en la cabeza

Paco Stanley poseía la fascinación de provocar la risa, el aplauso y la aprobación del público, ese era su don. Su carisma lo volvió entrañable y un clásico de la televisión mexicana. Su destino estaba ligado a las multitudes y el espectáculo; su fallecimiento, ocurrido a las afueras de un restaurante, lo confirma: recibió una ráfaga de balas a pleno día, en su camioneta y el drama fue transmitido en vivo por televisión. La multitud se desbordó hasta el mismo lugar del crimen. Paco fue todo un showman hasta en su propia muerte.

Cuarenta minutos antes de morir, Stanley departió el almuerzo con sus compañeros de trabajo: costillas de cerdo en salsa pasilla, jugo de naranja y algo de fruta.

–¡Apúrate, inútil! Anda, ya vámonos –dijo a Mario en tono socarrón, mientras se levantaba de la mesa.

–Sí… señor, solo déjenme pasar al baño, parece que algo me cayó mal –dijo su compañero de programa mientras se dirigía al sanitario.

Paola Durante, la colaboradora guapa del grupo, se quedó a esperar a Bezares en la mesa.

Pacorro salió del restaurante, en compañía del periodista de espectáculos Jorge Gil, “El Güero”, y su chofer Jorge García Escandón; se dirigieron a la camioneta en la que siempre se desplazaba el conductor –una Lincoln negra, flamante con matrícula 482KHK del Distrito Federal.

Atrás de ellos, cuidando siempre las espaldas del showman, dos de sus guaruras a bordo de un Mercedes Benz con placas 238HYL-DF, ambos con gafas oscuras.

Paco y “El Güero Gil” abordaron la camioneta, avanzaron unos metros cumpliendo con la broma que frecuentaban hacia Bezares –y para no perder la costumbre–, hacerle creer que ya se habían ido: –¡Jajaja… caíste, inútil, pensaste que te ibas a ir en taxi! –solía rematar con burla Stanley.

De pronto, se dio una sucesión de hechos abruptos, pero realizados con un orden preciso, casi matemático por parte de los sicarios. Era momento de materializar las abundantes y prolongadas horas que estudiaron con detalle todos los movimientos del carismático conductor.

Tres tipos, dos ataviados con traje negro y uno de gris, mano lista para sacar el arma de sus bandoleras, cruzaron con rapidez el puente peatonal de Periférico, con cautela se acercaron hasta la Lincoln, un sujeto, calvo, moreno claro, de unos 45 años y bigote muy delgado, llegó hasta la ventanilla del copiloto donde viajaba el señor Paco Stanley, ídolo de las masas, quien despavorido trató de articular una frase:

–¿Quiénes son ust…?

Escucha aquí el podcast ⬇️

Pero el sicario elevó el cañón de su revólver a la altura de la cabeza del conductor, y sin titubear, accionó el gatillo; el cráneo de Stanley se sacudió con la primera bala, la segunda se incrustó en la cavidad ocular derecha, la tercera en el cuello y la cuarta otra vez en la zona craneal, zarandeando el cuerpo de la víctima y brotó de inmediato la sangre.

Mientras acribillaban a Stanley, un segundo gatillero detonaba su arma hacia “El Güero Gil”, quien se encontraba sentado en la parte trasera de la camioneta y al escuchar los disparos trató de agacharse para evadir la lluvia de plomo, pero no pudo esquivar dos balas que laceraron su pierna.

En medio de la confusión, el chofer también se agachó para salvar su vida, solo escuchó el zumbido de las balas y el crujir de los cristales de las ventanillas y dijo para sí: “¡Esto valió madres!”

El tercer pistolero cubrió a sus cómplices disparando contra los guardaespaldas de Paco, quienes se vieron madrugados. Como pudieron salieron del auto y trataron de repeler a los asesinos. El estruendo de las detonaciones causó pánico entre los clientes y personal del restaurante El Charco de las Ranas, como pudieron se tiraron al suelo; en el baño, Mayito se arrinconó en cuclillas, como si interpretara una nueva coreografía de su tan aclamado baile “el gallinazo”.

Cubiertos por la confusión, los matones recorrieron la misma ruta para escapar, cruzaron de nuevo el puente peatonal de Periférico y del otro lado, un vehículo compacto ya los esperaba, lo abordaron y rechinando llantas emprendieron la huida. El crimen se había perpetrado.

Pronto la noticia llegó a oídos de las autoridades policiacas más importantes del entonces Distrito Federal. El procurador General de Justicia, Samuel del Villar, dio órdenes para que Mauricio Tornero, director de la Policía Judicial, moviera a todos sus elementos para dar con los pistoleros; Alejandro Gertz Manero, secretario de Seguridad Pública, impuso que los Cóndores se movilizaran por aire para peinar la zona y tratar de identificar el auto en el que escaparon los verdugos de Stanley.

En cobertura nacional, las dos televisoras más importantes del país transmitían en vivo las imágenes en la escena del crimen, en la cual reinaba el caos, impuesto por cientos de admiradores que se arremolinaron para ver a su ídolo caído.

La policía, como pudo, acordonó las inmediaciones del restaurante. Un grupo de agentes de la Judicial resguardaba la camioneta baleada y los conductores de los noticieros resaltaban: “¡Fue un ataque certero, pero sobre todo, cobarde contra el señor Paco Stanley!”. “¡Ya no se aguanta más la inseguridad en esta ciudad!”. “¡Que renuncie el jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas!”, repetían una y otra vez para los millones de televidentes.

Cinco detenidos, un fallecido y "El Güero Gil", fuera de peligro

Alrededor de las siete de la noche, la PGR informó sobre la detención de cinco personas, presuntamente relacionadas con el homicidio del señor Stanley. Dos de ellos eran Zenaido Roberto Flores de 45 años y su hijo, Roberto Francisco, de 26, quienes fueron capturados en la esquina de Avenida del Trabajo y Caridad, en la colonia Morelos. Los detuvieron por circular a bordo de un auto plateado, de la misma marca en la que huyeron los matones y porque las características físicas del joven medio coincidían con el retrato hablado que la PGJ había elaborado, basándose en declaraciones de algunos testigos.

Sobre los testigos que la Procuraduría interrogó, la mayoría se trataba de personas que estuvieron en el Charco de las Ranas: los compañeros de Paco, acomodadores del estacionamiento, meseros, clientes y hasta una señora que llamó a un noticiero de TV Azteca afirmando que vio claramente el rostro del sujeto que asesinó al carismático conductor; todos ellos fueron retenidos por casi 20 horas en la Agencia 50 del Ministerio Público.

Mientras tanto, en el Hospital Médica Sur, el periodista Jorge Gil, herido por dos balas en una pierna, salía del quirófano, donde le extrajeron los proyectiles y su vida se reportó fuera de peligro, no obstante, el señor Juan Manuel de Jesús Núñez, agente de seguros, quien salía del restaurante con su esposa y resultó herido en la espalda durante el tiroteo, falleció en el Hospital Xoco. Ella fue reportada como estable, al igual que Pablo Hernández Pérez, acomodador de autos del establecimiento.

Crimen dirigido contra Stanley

Por la noche, el titular de la Procuraduría General de Justicia, Samuel del Villar, dio una conferencia de prensa para tratar de darle forma a los caóticos hechos en los cuales perdió la vida el risueño Pacorro.

-El crimen contra el señor Paco Stanley se trató de una operación dirigida y concertada para privarlo de la vida (…) Por la forma en cómo se dieron los lamentables hechos, se descarta un intento de secuestro, robo y cualquier daño patrimonial. Además, desconocemos si el famoso personaje había recibido previamente amenazas de muerte, por lo que esperamos, las versiones de los testigos nos ayuden a esclarecer las causas y dar con los asesinos.

Asimismo, el procurador en compañía del director de Servicios Periciales de la PGJDF, Pedro Estrada González, mostraron ante la aglutinación de periodistas el retrato hablado del principal asesino de Paco Stanley: un sujeto calvo, con bigote delgado, entre los 45 y 50 años.

Samuel del Villar precisó que más de 20 peritos forenses trabajaban en el caso, entre ellos, expertos en balística, fotografía, dactiloscopia, medicina y química forense, de quienes se esperaban resultados de sus análisis para así determinar los hechos, todas sus circunstancias y la identificación de los autores tanto materiales como intelectuales.

Y para cerrar la breve conferencia, el funcionario resaltó:

-Quiero decirles que no voy a renunciar a mi cargo, a pesar de las constantes presiones por parte de un sector de la ciudadanía, porque de hacerlo, estaría siendo un irresponsable y, por ello, asumo mi responsabilidad como funcionario y haré todo lo que esté a mi alcance para esclarecer este muy lamentable hecho, y que no es verdad que no estemos luchando contra la delincuencia en nuestra capital –dijo, se acomodó sus lentes y abandonó el lugar.

Se desborda multitud a la agencia funeraria

Eran cerca de las siete de la noche y a las afueras de agencia funeraria, ubicada en las calles de Félix Cuevas y Gabriel Mancera, una multitud ya esperaba el arribo de Pacorro, como solía llamarlo el ciudadano de a pie.

Mujeres, niños, abuelitos, jóvenes, personas de todas las edades atiborraron el acceso y hasta tuvieron a bien colocar una pantalla para que el público atestiguara el velorio de su ídolo, aquel que con sus ocurrencias le alegró las mañanas, tardes y noches durante décadas con sus programas.

El féretro ingresó a la funeraria con muchas complicaciones escoltado por patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes abrieron paso ante hombres y mujeres que estaban desechos en llanto, al ver el féretro del hombre que se ganó su corazón.

Cerca de las nueve de la noche, arribó Mario Bezares, compañero por muchos años de Paco Stanley, y quien salvó la vida porque se sintió mal y retardó su salida del restaurante por ir al baño.

Al creador de “el gallinazo” se le vio notablemente consternado y lucía desalineado por las largas y pesadas horas que pasó declarando ante el MP. Mientras alrededor del féretro se encontraban muchas personalidades del medio artístico, quienes trabajaron al lado del occiso: ahí estaban Jorge Ortiz de Pinedo, Coque Muñiz, Carmen Salinas, Silvia Pinal, Pat Chapoy, Omar Fierro, Armando Manzanero, y hasta varios integrantes del gremio luchístico se dieron cita: Octagón, Blue Demon Jr., Abismo Negro, Heavy Metal, entre otros, para expresar sus condolencias a los familiares.

La mayoría con rostros desencajados dándole “el último adiós” a su amigo del alma. Fue quizá, para todos los presentes, una de las noches más dolorosas en sus vidas.

Se volcó el pueblo al Panteón Español

El martes 8 de junio se vivió una de las despedidas más emotivas para un artista nacional, cuando la carroza partió con los restos de Paco Stanley, de la funeraria en Félix Cuevas hacia el Panteón Español, pues al dolor de los familiares se unió el de la multitud, quien durante todo el trayecto colmó de vivas, porras, aplausos y un sinfín de muestras de cariño hacia su entrañable ídolo.

Cerca de las tres de la tarde, la carroza arribó al Panteón Español y el caos volvió a proliferar, pues más de 10 mil personas recalaron en el camposanto y hubo hasta quienes treparon al techo de la cripta para no perder detalle del entierro, hubo mujeres desmayadas, mientras los mariachis tocaban “Las Golondrinas”.

Y frente al ataúd color plata, la señora Patricia Peñaloza, esposa del difunto, Paco Stanley, Jr., Mayito Bezares, su esposa y Benito Castro, lloraban desconsolados. Cuando los sepultureros cumplían su penosa tarea, las notas de “El Rey” comenzaron a sonar y entre aplausos y más llanto, metieron el féretro y luego un ladrillo tras otro fue sellando la morada eterna del ídolo de las multitudes.

"Fue una operación dirigida": PGJDF

A tan solo unas horas del emotivo sepelio a Paco Stanley, el procurador capitalino Samuel del Villar cimbró a la opinión pública al dar a conocer los resultados de los análisis periciales.

-El informe, elaborado por los peritos forenses después de analizar las pruebas físicas halladas en la escena del crimen, indica que el señor Paco Stanley portaba un envoltorio de cocaína en uno de sus bolsillos traseros del pantalón, asimismo, en la camioneta se encontró un triturador de acero inoxidable comúnmente conocido como “molino”, con residuos del mismo enervante.

El presentador también portaba una identificación como servidor público de la Dirección General de Normatividad y Supervisión en Seguridad Pública, expedida por la Secretaría de Gobernación, la cual le permitía traer consigo cualquier arma de fuego permitida por la ley para su uso personal.

Del Villar confirmó que en el ataque los sicarios utilizaron dos tipos de armas, una .40 y otra .45 milímetros. Al menos tres agresores participaron y se dio a conocer, que uno de ellos resultó herido en el tiroteo con los policías, cuyas manchas de sangre halladas en el puente peatonal de Periférico, lo confirmaron. En los alrededores del restaurante El Charco de las Ranas se hallaron también 24 casquillos percutidos de distintos calibres.

Por su parte, Mauricio Tornero Salinas, jefe de la Policía Judicial del DF, indicó que se incautó un vehículo Jetta plateado, en la colonia Progreso Tizapán, muy cerca de donde ocurrió el atentado, el cual era analizado por peritos, debido a que presentaba manchas hemáticas en el asiento del copiloto, las cuales podrían ser del atacante herido.

"Consumieron cocaína": PGJDF

Respecto a la necropsia realizada en el Servicio Médico Forense, esta arrojó que Paco presentaba una abertura de tres a cuatro milímetros en el tabique nasal, lo que demostró que era consumidor asiduo de cocaína, además, la prueba toxicológica que se le practicó, también resultó positiva a la misma droga.

El mismo estudio se le realizó al señor Mario Rodríguez Bezares, quien también salió positivo a cocaína, por lo cual no hubo dudas de que ambos presentadores habían consumido el estupefaciente horas antes del asesinato. En cuanto al periodista Jorge Gil, Paola Durante y los dos guardaespaldas, ellos salieron negativos.

Una vez más, la información revelada a los medios de comunicación, dejaba más dudas que respuestas y ambigüedades que se prestaron a un sinfín de conjeturas en torno al crimen del señor Stanley. Pero la versión que más cobró fuerza fue la de que se había tratado de un ajuste de cuentas, probablemente relacionado con el narcotráfico.

Minutos más tarde, en el noticiero Hechos, conducido por Javier Alatorre, el hijo del afamado conductor negaba la versión de la Procuraduría capitalina, además de resaltar que su padre no tenía nexos con el narcotráfico, que era un buen samaritano el cual sólo consumía tabaco y alcohol, pero no otras drogas.

-Mi padre siempre luchó contra la violencia y la impunidad, era muy bueno y ayudaba a muchas personas, no entiendo por qué lo mataron –dijo el junior indignado ante millones de televidentes.

Por su parte, Mario Bezares, compañero de Pacorro, también negó las acusaciones en su contra por parte de la Procuraduría.

-No se vale que manchen nuestra integridad (…) Por qué involucrarnos con el narcotráfico, ¿por qué destruirnos de esa manera? Se trata de resolver un asesinato, no de mancharnos –concluyó consternado.

Para el día 10 de junio, la Procuraduría capitalina comenzó a tratar el atentado como una obra perpetrada por el narcotráfico y de forma extraoficial, corrió la versión de que el asesinato contra Paco Stanley pudo ser obra de Vicente Carrillo Fuentes, hermano de Amado, mejor conocido como “El Señor de los Cielos”, líder fundador del Cártel Guadalajara, no obstante, no dejaban de ser meras conjeturas y nada certero.

Prestanombres ligado a la mafia

La averiguación previa del caso Paco Stanley pasó a instancias de la Procuraduría General de la República, por tener plena certeza de que detrás del crimen estaba la mano del narco, pero sobre todo porque las pesquisas tendieron una línea de investigación, que relacionaba al showman con la mafia.

Esta indicaba que el señor Stanley fungía como prestanombres de narcotraficantes, además de estar vinculado en un proyecto para crear una compañía disquera, financiada por capos de la droga. El hilo que unía esta hipótesis eran la cocaína y el triturador que se encontraron entre las pertenencias del famoso conductor.

Los días trascurrieron entre operativos de las corporaciones policiacas, quienes infructuosamente buscaron a los sicarios de Pacorro por colonias como la Guerrero, El Barrio Bravo de Tepito, y hasta la versión de que uno de los matones habría escapado a Perú circuló por los medios de comunicación.

¡Complot contra Paco Stanley!

Por otro lado, Mario Rodríguez Bezares, compañero inseparable de Stanley, cayó en contradicciones al presentar su declaración ante el Ministerio Público y fue señalado junto con Paola Durante, el chofer Jorge García Escandón, Luis Rosendo Martínez Delgado y Erasmo Pérez Garnica, alias “El Cholo”, como artífices de un complot contra el señor Paco Stanley.

Por lo cual, el 27 de agosto, fueron detenidos en distintos e impresionantes operativos y presentados ante el juez 55 penal, Rafael Guerra, adscrito al Reclusorio Oriente, donde ingresaron a los cinco detenidos.

Una vez dentro del penal, en el área de ingreso se les acusó formalmente de ser los autores intelectuales y materiales del crimen en agravio del señor Francisco Jorge Stanley Albaitero, conductor carismático e ídolo de la televisión mexicana.

De acuerdo con la indagatoria de la PGJDF, Mario Rodríguez Bezares y los otros cuatro implicados habrían planeado el asesinato instigados por Luis Ignacio Amezcua Contreras, un narcotraficante, líder del Cártel de Colima, y solicitado en extradición por el gobierno de los Estados Unidos por delitos contra la salud y contrabando de estupefacientes.

Al día siguiente, en la rejilla de prácticas, los cinco detenidos rindieron su declaración preparatoria ante el juez Rafael Guerra, mientras la sociedad mexicana se consternaba por la noticia.

Se habrían reunido en el DF para fraguar el crimen

Por otra parte, sobre el paradero de los tres sicarios y las armas involucradas en el atentado, no se tenían pistas ni el menor rastro. Después de la reconstrucción de hechos realizada el 30 de agosto, “El Cholo” fue señalado por la Procuraduría como el principal asesino del señor Stanley, además de sostener que Luis Ignacio Amezcua, Paola Durante y Erasmo Pérez Garnica se reunieron días antes en el Distrito Federal para fraguar el asesinato.

De este modo, el caso dio un giro inesperado y la sociedad mexicana se mostró incrédula pues no concebía que los mejores y más cercanos colaboradores de Stanley fueran quienes le dieran la estocada mortal a traición.

No obstante, en el trágico cuadro una situación sí estaba muy clara, que Pacorro no temía un ataque de tales dimensiones, aun teniendo consigo una credencial que lo acreditaba para portar un arma de fuego, desde el momento mismo que él se desplazaba con absoluta naturalidad y sin cambiar su rutina diaria.

Y otro aspecto muy claro fue que los matones estudiaron muy bien todos sus movimientos hasta descartar el mínimo riesgo y así, encontrar el lugar perfecto para ejecutar única y exclusivamente a Paco Stanley.

Paco Stanley poseía la fascinación de provocar la risa, el aplauso y la aprobación del público, ese era su don. Su carisma lo volvió entrañable y un clásico de la televisión mexicana. Su destino estaba ligado a las multitudes y el espectáculo; su fallecimiento, ocurrido a las afueras de un restaurante, lo confirma: recibió una ráfaga de balas a pleno día, en su camioneta y el drama fue transmitido en vivo por televisión. La multitud se desbordó hasta el mismo lugar del crimen. Paco fue todo un showman hasta en su propia muerte.

Cuarenta minutos antes de morir, Stanley departió el almuerzo con sus compañeros de trabajo: costillas de cerdo en salsa pasilla, jugo de naranja y algo de fruta.

–¡Apúrate, inútil! Anda, ya vámonos –dijo a Mario en tono socarrón, mientras se levantaba de la mesa.

–Sí… señor, solo déjenme pasar al baño, parece que algo me cayó mal –dijo su compañero de programa mientras se dirigía al sanitario.

Paola Durante, la colaboradora guapa del grupo, se quedó a esperar a Bezares en la mesa.

Pacorro salió del restaurante, en compañía del periodista de espectáculos Jorge Gil, “El Güero”, y su chofer Jorge García Escandón; se dirigieron a la camioneta en la que siempre se desplazaba el conductor –una Lincoln negra, flamante con matrícula 482KHK del Distrito Federal.

Atrás de ellos, cuidando siempre las espaldas del showman, dos de sus guaruras a bordo de un Mercedes Benz con placas 238HYL-DF, ambos con gafas oscuras.

Paco y “El Güero Gil” abordaron la camioneta, avanzaron unos metros cumpliendo con la broma que frecuentaban hacia Bezares –y para no perder la costumbre–, hacerle creer que ya se habían ido: –¡Jajaja… caíste, inútil, pensaste que te ibas a ir en taxi! –solía rematar con burla Stanley.

De pronto, se dio una sucesión de hechos abruptos, pero realizados con un orden preciso, casi matemático por parte de los sicarios. Era momento de materializar las abundantes y prolongadas horas que estudiaron con detalle todos los movimientos del carismático conductor.

Tres tipos, dos ataviados con traje negro y uno de gris, mano lista para sacar el arma de sus bandoleras, cruzaron con rapidez el puente peatonal de Periférico, con cautela se acercaron hasta la Lincoln, un sujeto, calvo, moreno claro, de unos 45 años y bigote muy delgado, llegó hasta la ventanilla del copiloto donde viajaba el señor Paco Stanley, ídolo de las masas, quien despavorido trató de articular una frase:

–¿Quiénes son ust…?

Escucha aquí el podcast ⬇️

Pero el sicario elevó el cañón de su revólver a la altura de la cabeza del conductor, y sin titubear, accionó el gatillo; el cráneo de Stanley se sacudió con la primera bala, la segunda se incrustó en la cavidad ocular derecha, la tercera en el cuello y la cuarta otra vez en la zona craneal, zarandeando el cuerpo de la víctima y brotó de inmediato la sangre.

Mientras acribillaban a Stanley, un segundo gatillero detonaba su arma hacia “El Güero Gil”, quien se encontraba sentado en la parte trasera de la camioneta y al escuchar los disparos trató de agacharse para evadir la lluvia de plomo, pero no pudo esquivar dos balas que laceraron su pierna.

En medio de la confusión, el chofer también se agachó para salvar su vida, solo escuchó el zumbido de las balas y el crujir de los cristales de las ventanillas y dijo para sí: “¡Esto valió madres!”

El tercer pistolero cubrió a sus cómplices disparando contra los guardaespaldas de Paco, quienes se vieron madrugados. Como pudieron salieron del auto y trataron de repeler a los asesinos. El estruendo de las detonaciones causó pánico entre los clientes y personal del restaurante El Charco de las Ranas, como pudieron se tiraron al suelo; en el baño, Mayito se arrinconó en cuclillas, como si interpretara una nueva coreografía de su tan aclamado baile “el gallinazo”.

Cubiertos por la confusión, los matones recorrieron la misma ruta para escapar, cruzaron de nuevo el puente peatonal de Periférico y del otro lado, un vehículo compacto ya los esperaba, lo abordaron y rechinando llantas emprendieron la huida. El crimen se había perpetrado.

Pronto la noticia llegó a oídos de las autoridades policiacas más importantes del entonces Distrito Federal. El procurador General de Justicia, Samuel del Villar, dio órdenes para que Mauricio Tornero, director de la Policía Judicial, moviera a todos sus elementos para dar con los pistoleros; Alejandro Gertz Manero, secretario de Seguridad Pública, impuso que los Cóndores se movilizaran por aire para peinar la zona y tratar de identificar el auto en el que escaparon los verdugos de Stanley.

En cobertura nacional, las dos televisoras más importantes del país transmitían en vivo las imágenes en la escena del crimen, en la cual reinaba el caos, impuesto por cientos de admiradores que se arremolinaron para ver a su ídolo caído.

La policía, como pudo, acordonó las inmediaciones del restaurante. Un grupo de agentes de la Judicial resguardaba la camioneta baleada y los conductores de los noticieros resaltaban: “¡Fue un ataque certero, pero sobre todo, cobarde contra el señor Paco Stanley!”. “¡Ya no se aguanta más la inseguridad en esta ciudad!”. “¡Que renuncie el jefe de Gobierno, Cuauhtémoc Cárdenas!”, repetían una y otra vez para los millones de televidentes.

Cinco detenidos, un fallecido y "El Güero Gil", fuera de peligro

Alrededor de las siete de la noche, la PGR informó sobre la detención de cinco personas, presuntamente relacionadas con el homicidio del señor Stanley. Dos de ellos eran Zenaido Roberto Flores de 45 años y su hijo, Roberto Francisco, de 26, quienes fueron capturados en la esquina de Avenida del Trabajo y Caridad, en la colonia Morelos. Los detuvieron por circular a bordo de un auto plateado, de la misma marca en la que huyeron los matones y porque las características físicas del joven medio coincidían con el retrato hablado que la PGJ había elaborado, basándose en declaraciones de algunos testigos.

Sobre los testigos que la Procuraduría interrogó, la mayoría se trataba de personas que estuvieron en el Charco de las Ranas: los compañeros de Paco, acomodadores del estacionamiento, meseros, clientes y hasta una señora que llamó a un noticiero de TV Azteca afirmando que vio claramente el rostro del sujeto que asesinó al carismático conductor; todos ellos fueron retenidos por casi 20 horas en la Agencia 50 del Ministerio Público.

Mientras tanto, en el Hospital Médica Sur, el periodista Jorge Gil, herido por dos balas en una pierna, salía del quirófano, donde le extrajeron los proyectiles y su vida se reportó fuera de peligro, no obstante, el señor Juan Manuel de Jesús Núñez, agente de seguros, quien salía del restaurante con su esposa y resultó herido en la espalda durante el tiroteo, falleció en el Hospital Xoco. Ella fue reportada como estable, al igual que Pablo Hernández Pérez, acomodador de autos del establecimiento.

Crimen dirigido contra Stanley

Por la noche, el titular de la Procuraduría General de Justicia, Samuel del Villar, dio una conferencia de prensa para tratar de darle forma a los caóticos hechos en los cuales perdió la vida el risueño Pacorro.

-El crimen contra el señor Paco Stanley se trató de una operación dirigida y concertada para privarlo de la vida (…) Por la forma en cómo se dieron los lamentables hechos, se descarta un intento de secuestro, robo y cualquier daño patrimonial. Además, desconocemos si el famoso personaje había recibido previamente amenazas de muerte, por lo que esperamos, las versiones de los testigos nos ayuden a esclarecer las causas y dar con los asesinos.

Asimismo, el procurador en compañía del director de Servicios Periciales de la PGJDF, Pedro Estrada González, mostraron ante la aglutinación de periodistas el retrato hablado del principal asesino de Paco Stanley: un sujeto calvo, con bigote delgado, entre los 45 y 50 años.

Samuel del Villar precisó que más de 20 peritos forenses trabajaban en el caso, entre ellos, expertos en balística, fotografía, dactiloscopia, medicina y química forense, de quienes se esperaban resultados de sus análisis para así determinar los hechos, todas sus circunstancias y la identificación de los autores tanto materiales como intelectuales.

Y para cerrar la breve conferencia, el funcionario resaltó:

-Quiero decirles que no voy a renunciar a mi cargo, a pesar de las constantes presiones por parte de un sector de la ciudadanía, porque de hacerlo, estaría siendo un irresponsable y, por ello, asumo mi responsabilidad como funcionario y haré todo lo que esté a mi alcance para esclarecer este muy lamentable hecho, y que no es verdad que no estemos luchando contra la delincuencia en nuestra capital –dijo, se acomodó sus lentes y abandonó el lugar.

Se desborda multitud a la agencia funeraria

Eran cerca de las siete de la noche y a las afueras de agencia funeraria, ubicada en las calles de Félix Cuevas y Gabriel Mancera, una multitud ya esperaba el arribo de Pacorro, como solía llamarlo el ciudadano de a pie.

Mujeres, niños, abuelitos, jóvenes, personas de todas las edades atiborraron el acceso y hasta tuvieron a bien colocar una pantalla para que el público atestiguara el velorio de su ídolo, aquel que con sus ocurrencias le alegró las mañanas, tardes y noches durante décadas con sus programas.

El féretro ingresó a la funeraria con muchas complicaciones escoltado por patrullas de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes abrieron paso ante hombres y mujeres que estaban desechos en llanto, al ver el féretro del hombre que se ganó su corazón.

Cerca de las nueve de la noche, arribó Mario Bezares, compañero por muchos años de Paco Stanley, y quien salvó la vida porque se sintió mal y retardó su salida del restaurante por ir al baño.

Al creador de “el gallinazo” se le vio notablemente consternado y lucía desalineado por las largas y pesadas horas que pasó declarando ante el MP. Mientras alrededor del féretro se encontraban muchas personalidades del medio artístico, quienes trabajaron al lado del occiso: ahí estaban Jorge Ortiz de Pinedo, Coque Muñiz, Carmen Salinas, Silvia Pinal, Pat Chapoy, Omar Fierro, Armando Manzanero, y hasta varios integrantes del gremio luchístico se dieron cita: Octagón, Blue Demon Jr., Abismo Negro, Heavy Metal, entre otros, para expresar sus condolencias a los familiares.

La mayoría con rostros desencajados dándole “el último adiós” a su amigo del alma. Fue quizá, para todos los presentes, una de las noches más dolorosas en sus vidas.

Se volcó el pueblo al Panteón Español

El martes 8 de junio se vivió una de las despedidas más emotivas para un artista nacional, cuando la carroza partió con los restos de Paco Stanley, de la funeraria en Félix Cuevas hacia el Panteón Español, pues al dolor de los familiares se unió el de la multitud, quien durante todo el trayecto colmó de vivas, porras, aplausos y un sinfín de muestras de cariño hacia su entrañable ídolo.

Cerca de las tres de la tarde, la carroza arribó al Panteón Español y el caos volvió a proliferar, pues más de 10 mil personas recalaron en el camposanto y hubo hasta quienes treparon al techo de la cripta para no perder detalle del entierro, hubo mujeres desmayadas, mientras los mariachis tocaban “Las Golondrinas”.

Y frente al ataúd color plata, la señora Patricia Peñaloza, esposa del difunto, Paco Stanley, Jr., Mayito Bezares, su esposa y Benito Castro, lloraban desconsolados. Cuando los sepultureros cumplían su penosa tarea, las notas de “El Rey” comenzaron a sonar y entre aplausos y más llanto, metieron el féretro y luego un ladrillo tras otro fue sellando la morada eterna del ídolo de las multitudes.

"Fue una operación dirigida": PGJDF

A tan solo unas horas del emotivo sepelio a Paco Stanley, el procurador capitalino Samuel del Villar cimbró a la opinión pública al dar a conocer los resultados de los análisis periciales.

-El informe, elaborado por los peritos forenses después de analizar las pruebas físicas halladas en la escena del crimen, indica que el señor Paco Stanley portaba un envoltorio de cocaína en uno de sus bolsillos traseros del pantalón, asimismo, en la camioneta se encontró un triturador de acero inoxidable comúnmente conocido como “molino”, con residuos del mismo enervante.

El presentador también portaba una identificación como servidor público de la Dirección General de Normatividad y Supervisión en Seguridad Pública, expedida por la Secretaría de Gobernación, la cual le permitía traer consigo cualquier arma de fuego permitida por la ley para su uso personal.

Del Villar confirmó que en el ataque los sicarios utilizaron dos tipos de armas, una .40 y otra .45 milímetros. Al menos tres agresores participaron y se dio a conocer, que uno de ellos resultó herido en el tiroteo con los policías, cuyas manchas de sangre halladas en el puente peatonal de Periférico, lo confirmaron. En los alrededores del restaurante El Charco de las Ranas se hallaron también 24 casquillos percutidos de distintos calibres.

Por su parte, Mauricio Tornero Salinas, jefe de la Policía Judicial del DF, indicó que se incautó un vehículo Jetta plateado, en la colonia Progreso Tizapán, muy cerca de donde ocurrió el atentado, el cual era analizado por peritos, debido a que presentaba manchas hemáticas en el asiento del copiloto, las cuales podrían ser del atacante herido.

"Consumieron cocaína": PGJDF

Respecto a la necropsia realizada en el Servicio Médico Forense, esta arrojó que Paco presentaba una abertura de tres a cuatro milímetros en el tabique nasal, lo que demostró que era consumidor asiduo de cocaína, además, la prueba toxicológica que se le practicó, también resultó positiva a la misma droga.

El mismo estudio se le realizó al señor Mario Rodríguez Bezares, quien también salió positivo a cocaína, por lo cual no hubo dudas de que ambos presentadores habían consumido el estupefaciente horas antes del asesinato. En cuanto al periodista Jorge Gil, Paola Durante y los dos guardaespaldas, ellos salieron negativos.

Una vez más, la información revelada a los medios de comunicación, dejaba más dudas que respuestas y ambigüedades que se prestaron a un sinfín de conjeturas en torno al crimen del señor Stanley. Pero la versión que más cobró fuerza fue la de que se había tratado de un ajuste de cuentas, probablemente relacionado con el narcotráfico.

Minutos más tarde, en el noticiero Hechos, conducido por Javier Alatorre, el hijo del afamado conductor negaba la versión de la Procuraduría capitalina, además de resaltar que su padre no tenía nexos con el narcotráfico, que era un buen samaritano el cual sólo consumía tabaco y alcohol, pero no otras drogas.

-Mi padre siempre luchó contra la violencia y la impunidad, era muy bueno y ayudaba a muchas personas, no entiendo por qué lo mataron –dijo el junior indignado ante millones de televidentes.

Por su parte, Mario Bezares, compañero de Pacorro, también negó las acusaciones en su contra por parte de la Procuraduría.

-No se vale que manchen nuestra integridad (…) Por qué involucrarnos con el narcotráfico, ¿por qué destruirnos de esa manera? Se trata de resolver un asesinato, no de mancharnos –concluyó consternado.

Para el día 10 de junio, la Procuraduría capitalina comenzó a tratar el atentado como una obra perpetrada por el narcotráfico y de forma extraoficial, corrió la versión de que el asesinato contra Paco Stanley pudo ser obra de Vicente Carrillo Fuentes, hermano de Amado, mejor conocido como “El Señor de los Cielos”, líder fundador del Cártel Guadalajara, no obstante, no dejaban de ser meras conjeturas y nada certero.

Prestanombres ligado a la mafia

La averiguación previa del caso Paco Stanley pasó a instancias de la Procuraduría General de la República, por tener plena certeza de que detrás del crimen estaba la mano del narco, pero sobre todo porque las pesquisas tendieron una línea de investigación, que relacionaba al showman con la mafia.

Esta indicaba que el señor Stanley fungía como prestanombres de narcotraficantes, además de estar vinculado en un proyecto para crear una compañía disquera, financiada por capos de la droga. El hilo que unía esta hipótesis eran la cocaína y el triturador que se encontraron entre las pertenencias del famoso conductor.

Los días trascurrieron entre operativos de las corporaciones policiacas, quienes infructuosamente buscaron a los sicarios de Pacorro por colonias como la Guerrero, El Barrio Bravo de Tepito, y hasta la versión de que uno de los matones habría escapado a Perú circuló por los medios de comunicación.

¡Complot contra Paco Stanley!

Por otro lado, Mario Rodríguez Bezares, compañero inseparable de Stanley, cayó en contradicciones al presentar su declaración ante el Ministerio Público y fue señalado junto con Paola Durante, el chofer Jorge García Escandón, Luis Rosendo Martínez Delgado y Erasmo Pérez Garnica, alias “El Cholo”, como artífices de un complot contra el señor Paco Stanley.

Por lo cual, el 27 de agosto, fueron detenidos en distintos e impresionantes operativos y presentados ante el juez 55 penal, Rafael Guerra, adscrito al Reclusorio Oriente, donde ingresaron a los cinco detenidos.

Una vez dentro del penal, en el área de ingreso se les acusó formalmente de ser los autores intelectuales y materiales del crimen en agravio del señor Francisco Jorge Stanley Albaitero, conductor carismático e ídolo de la televisión mexicana.

De acuerdo con la indagatoria de la PGJDF, Mario Rodríguez Bezares y los otros cuatro implicados habrían planeado el asesinato instigados por Luis Ignacio Amezcua Contreras, un narcotraficante, líder del Cártel de Colima, y solicitado en extradición por el gobierno de los Estados Unidos por delitos contra la salud y contrabando de estupefacientes.

Al día siguiente, en la rejilla de prácticas, los cinco detenidos rindieron su declaración preparatoria ante el juez Rafael Guerra, mientras la sociedad mexicana se consternaba por la noticia.

Se habrían reunido en el DF para fraguar el crimen

Por otra parte, sobre el paradero de los tres sicarios y las armas involucradas en el atentado, no se tenían pistas ni el menor rastro. Después de la reconstrucción de hechos realizada el 30 de agosto, “El Cholo” fue señalado por la Procuraduría como el principal asesino del señor Stanley, además de sostener que Luis Ignacio Amezcua, Paola Durante y Erasmo Pérez Garnica se reunieron días antes en el Distrito Federal para fraguar el asesinato.

De este modo, el caso dio un giro inesperado y la sociedad mexicana se mostró incrédula pues no concebía que los mejores y más cercanos colaboradores de Stanley fueran quienes le dieran la estocada mortal a traición.

No obstante, en el trágico cuadro una situación sí estaba muy clara, que Pacorro no temía un ataque de tales dimensiones, aun teniendo consigo una credencial que lo acreditaba para portar un arma de fuego, desde el momento mismo que él se desplazaba con absoluta naturalidad y sin cambiar su rutina diaria.

Y otro aspecto muy claro fue que los matones estudiaron muy bien todos sus movimientos hasta descartar el mínimo riesgo y así, encontrar el lugar perfecto para ejecutar única y exclusivamente a Paco Stanley.