/ jueves 20 de junio de 2019

Tres reglas financieras para aplicarle a tus hijos

Aún no tengo hijos, pero me preguntó cómo será el momento en el que les enseñe el valor del dinero y que hay que trabajar, saber administrarse y ahorrar para lograr sus metas financieras.

Tengo dos ejemplos cercanos sobre cómo educar a los hijos y creo que no te sonarán distantes: Hay una vecina que no trabaja y al menos tres veces a la semana pide prestado para comer o pone de pretexto la salud de sus hijos, pero eso sí: siempre trae uñas postizas y anda bien arregladita. Tiene tres hijos, ninguno de los tres trabaja y no terminaron de estudiar. Iban en escuela de paga –aparentando una situación económica que no podían mantener-, no entraban a clase y si entraban, no ponían atención. Hoy es una familia que viven sus días pidiendo prestado, empeñando pertenencias y comprando a crédito.

El otro ejemplo, es una compañera del trabajo que pese a que se divorció después de tener a su segunda hija, siempre se caracterizó por ser bien administrada, nunca faltar a su trabajo, incluso hasta tener dos empleos para que sus hijas pudieran concluir sus estudios en universidades públicas. Aunque por mucho tiempo su manera de ahorro fueron las tandas, y muchas veces la llevaron al baile, nunca se endeudó y siempre pagó a tiempo sus prestamos. Ambas hijas tienen empleos formales y tranquilidad financiera, no aparentan lo que no son ni lo que no tienen; al contrario, trabajan y le comparten de su bienestar a su madre.

¿Qué puedes hacer para enseñarle a tus hijos buenos hábitos financieros? Primero poner el ejemplo. Sofía Macías, autora de libro Pequeño Cerdo Capitalista, recomienda tres cosas:

Planear en conjunto. Incluir a los hijos en la planeación del presupuesto familiar les da importantes herramientas que utilizarán el resto de sus vidas. No es necesario que estén involucrados en todas las decisiones de dinero que se toman en casa, pero el que los niños sepan que hay un plan financiero familiar que se respeta y se sigue, elimina mucho misterio e incertidumbre en ellos y les enseña buenos principios para el manejo del dinero.

El ahorro es prioridad. Muchas personas que no ahorran ponen como excusa que no tienen suficiente dinero para hacerlo y, sin embargo, cotidianamente gastan en cosas que no necesitan. Si realmente quieres predicar con el ejemplo, el ahorro debe ser una actividad fija, no negociable. Esto asegura que siempre apartes una cantidad de dinero, aunque no tengas una meta en específico, y que la familia estará cubierta para eventos inesperados que puedan presentarse.

Evita las compras impulsivas. Es muy fácil dejarse llevar por las compras de impulso, pero al hacerlo, le estamos dando un terrible mensaje a nuestros hijos: no hay problema si gastamos irresponsablemente, lo importante es la satisfacción inmediata. Sigue tres pasos: no vayas de compras con hambre, pagar en efectivo para que te des cuenta de cuánto estás gastando y si tienes el deseo de comprar algo, espérate 24 horas, quizás te des cuenta de que no lo necesitas.

Ladyvaro.fp@gmail.com

@Lady_varo

Aún no tengo hijos, pero me preguntó cómo será el momento en el que les enseñe el valor del dinero y que hay que trabajar, saber administrarse y ahorrar para lograr sus metas financieras.

Tengo dos ejemplos cercanos sobre cómo educar a los hijos y creo que no te sonarán distantes: Hay una vecina que no trabaja y al menos tres veces a la semana pide prestado para comer o pone de pretexto la salud de sus hijos, pero eso sí: siempre trae uñas postizas y anda bien arregladita. Tiene tres hijos, ninguno de los tres trabaja y no terminaron de estudiar. Iban en escuela de paga –aparentando una situación económica que no podían mantener-, no entraban a clase y si entraban, no ponían atención. Hoy es una familia que viven sus días pidiendo prestado, empeñando pertenencias y comprando a crédito.

El otro ejemplo, es una compañera del trabajo que pese a que se divorció después de tener a su segunda hija, siempre se caracterizó por ser bien administrada, nunca faltar a su trabajo, incluso hasta tener dos empleos para que sus hijas pudieran concluir sus estudios en universidades públicas. Aunque por mucho tiempo su manera de ahorro fueron las tandas, y muchas veces la llevaron al baile, nunca se endeudó y siempre pagó a tiempo sus prestamos. Ambas hijas tienen empleos formales y tranquilidad financiera, no aparentan lo que no son ni lo que no tienen; al contrario, trabajan y le comparten de su bienestar a su madre.

¿Qué puedes hacer para enseñarle a tus hijos buenos hábitos financieros? Primero poner el ejemplo. Sofía Macías, autora de libro Pequeño Cerdo Capitalista, recomienda tres cosas:

Planear en conjunto. Incluir a los hijos en la planeación del presupuesto familiar les da importantes herramientas que utilizarán el resto de sus vidas. No es necesario que estén involucrados en todas las decisiones de dinero que se toman en casa, pero el que los niños sepan que hay un plan financiero familiar que se respeta y se sigue, elimina mucho misterio e incertidumbre en ellos y les enseña buenos principios para el manejo del dinero.

El ahorro es prioridad. Muchas personas que no ahorran ponen como excusa que no tienen suficiente dinero para hacerlo y, sin embargo, cotidianamente gastan en cosas que no necesitan. Si realmente quieres predicar con el ejemplo, el ahorro debe ser una actividad fija, no negociable. Esto asegura que siempre apartes una cantidad de dinero, aunque no tengas una meta en específico, y que la familia estará cubierta para eventos inesperados que puedan presentarse.

Evita las compras impulsivas. Es muy fácil dejarse llevar por las compras de impulso, pero al hacerlo, le estamos dando un terrible mensaje a nuestros hijos: no hay problema si gastamos irresponsablemente, lo importante es la satisfacción inmediata. Sigue tres pasos: no vayas de compras con hambre, pagar en efectivo para que te des cuenta de cuánto estás gastando y si tienes el deseo de comprar algo, espérate 24 horas, quizás te des cuenta de que no lo necesitas.

Ladyvaro.fp@gmail.com

@Lady_varo

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