/ jueves 21 de mayo de 2020

¿Será mejor dejar la bata de médico?

Un sector que hoy por hoy está en la mira de todo mundo, es el de los médicos, enfermeras, camilleros y todo aquel que traiga uniforme de trabajo en un hospital, que lo mismo reciben aplausos que agresiones en México.

Las historias son muchas, están las de aquellas enfermeras a quienes han lanzado cloro, café e insultos porque creen que pueden contagiar a las personas.

En otros casos, hasta les han impedido llegar a su domicilio, claro es gente que desconoce los protocolos de estas profesionales de la salud, quienes mantienen medidas de sanidad, por estar conscientes del daño que puede causar el contagiarse de Covod-19, lo que no alcanzan a comprender aquellos que las han agredido en bancos, cafés, tiendas y hasta en sus edificios.

Así este personal que, sin importar nacionalidad, trabajan algunos en extremas condiciones. Son ellos quienes lo han denunciado de manera anónima, por temor a ser despedidos, mientras que otros definitivamente subieron sus videos a las redes sociales, sin importar que luego salgan funcionarios de instituciones a tratar de desmentir lo que es evidente.

Incluso, los llegados desde Cuba, que se han sumado a las filas de galenos mexicanos para luchar contra el Covid-19, trabajan con muy bajo perfil, sobre todo cuando la agencia Reuters ha indicado que el gobierno cubano envía su personal, cobra una cuota y una pequeña parte le toca a cada médico.

Según esta agencia, la isla trabaja este esquema con 70 países y revela que en 2018 La Habana cobraba 4,300 dólares mensuales por cada médico enviado, de lo que a ellos le correspondía alrededor del 20%, aunque los médicos aseguran que se unen voluntariamente.

Quienes si la pasaron mal fueron los médicos de Nuevo León, que durante su estancia en la Ciudad de México sufrieron un secuestro virtual, hasta que fueron rescatados en dos hoteles de la alcaldía Miguel Hidalgo, donde fueron alojados mientras que sus familias eran extorsionadas. Al final no pasó a mayores.

Y esto de la emergencia sanitaria por Covid-19 no ha terminado ¿será que deben dejar la bata en el trabajo?

Sígueme en twitter @Antoniodemarcel
Escríbeme a antonio.marcelo@oem.com.mx

Un sector que hoy por hoy está en la mira de todo mundo, es el de los médicos, enfermeras, camilleros y todo aquel que traiga uniforme de trabajo en un hospital, que lo mismo reciben aplausos que agresiones en México.

Las historias son muchas, están las de aquellas enfermeras a quienes han lanzado cloro, café e insultos porque creen que pueden contagiar a las personas.

En otros casos, hasta les han impedido llegar a su domicilio, claro es gente que desconoce los protocolos de estas profesionales de la salud, quienes mantienen medidas de sanidad, por estar conscientes del daño que puede causar el contagiarse de Covod-19, lo que no alcanzan a comprender aquellos que las han agredido en bancos, cafés, tiendas y hasta en sus edificios.

Así este personal que, sin importar nacionalidad, trabajan algunos en extremas condiciones. Son ellos quienes lo han denunciado de manera anónima, por temor a ser despedidos, mientras que otros definitivamente subieron sus videos a las redes sociales, sin importar que luego salgan funcionarios de instituciones a tratar de desmentir lo que es evidente.

Incluso, los llegados desde Cuba, que se han sumado a las filas de galenos mexicanos para luchar contra el Covid-19, trabajan con muy bajo perfil, sobre todo cuando la agencia Reuters ha indicado que el gobierno cubano envía su personal, cobra una cuota y una pequeña parte le toca a cada médico.

Según esta agencia, la isla trabaja este esquema con 70 países y revela que en 2018 La Habana cobraba 4,300 dólares mensuales por cada médico enviado, de lo que a ellos le correspondía alrededor del 20%, aunque los médicos aseguran que se unen voluntariamente.

Quienes si la pasaron mal fueron los médicos de Nuevo León, que durante su estancia en la Ciudad de México sufrieron un secuestro virtual, hasta que fueron rescatados en dos hoteles de la alcaldía Miguel Hidalgo, donde fueron alojados mientras que sus familias eran extorsionadas. Al final no pasó a mayores.

Y esto de la emergencia sanitaria por Covid-19 no ha terminado ¿será que deben dejar la bata en el trabajo?

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