/ miércoles 7 de octubre de 2020

¿Qué le pasa a López Gatell?

Cuando inició la pandemia era todo un rock-star, el gran descubrimiento de la 4T, el funcionario estrella, el consentido del Presidente, bueno, hasta el soltero más codiciado. Casi todo mundo idolatraba al burócrata federal.

Con explicaciones “científicas”, con un manejo adecuado de los temas en el inicio de la pandemia, cautivó al auditorio vespertino y a muchos medios de comunicación: “vaya, hasta que hay alguien que pueda explicar bien y comunicar mejor” decíamos muchos –me incluyo- del Subsecretario de Salud.

Conforme pasaron los meses las cosas empezaron a cambiar radicalmente. Ya no reiterar cuando en memes y videos, lo que resaltaba era un claro servilismo del funcionario a su jefe, que no es el Secretario de Salud, sino el Presidente de la República,

Los meses posteriores empeoró, al señalársele que nos había mentido a todos los mexicanos afirmando que sólo en un escenario “catastrófico” llegaríamos a los 70,000 muertos por COVID-19 en nuestro país. De agosto y septiembre ya ni le platicamos, porque ha sido de terror el manejo comunicacional de la pandemia. Y tan fiel al estilo, iniciamos octubre con lo que ya es costumbre y tradición en el actual gobierno: culparnos a los medios de comunicación.

Hugo López Gatell en meses, transfugó de científico/técnico a mal político/rudo. Y de un gran capital que había ganado en el reconocimiento público, ahora necesariamente se la pasan defendiéndolo sus compañeros de gobierno y solo algunos de MORENA (que no todos, porque ya lo ven como competencia).

Sin embargo, al sentirse protegido del Presidente, al Subsecretario le importa poco o nada lo que piense la opinión pública sobre su trabajo. Seguramente saldrá recompensado con algún cargo de elección popular en el 2024.

Lástima que cual quisiera el Presidente, no podamos entrar a las columnas que hablan bien sobre su gobierno, porque este tipo de funcionarios camaleónicos no le ayudan mucho. Nosotros no estamos encargados de la pandemia. Los medios solo estamos para comunicar. Nada más.


Cuando inició la pandemia era todo un rock-star, el gran descubrimiento de la 4T, el funcionario estrella, el consentido del Presidente, bueno, hasta el soltero más codiciado. Casi todo mundo idolatraba al burócrata federal.

Con explicaciones “científicas”, con un manejo adecuado de los temas en el inicio de la pandemia, cautivó al auditorio vespertino y a muchos medios de comunicación: “vaya, hasta que hay alguien que pueda explicar bien y comunicar mejor” decíamos muchos –me incluyo- del Subsecretario de Salud.

Conforme pasaron los meses las cosas empezaron a cambiar radicalmente. Ya no reiterar cuando en memes y videos, lo que resaltaba era un claro servilismo del funcionario a su jefe, que no es el Secretario de Salud, sino el Presidente de la República,

Los meses posteriores empeoró, al señalársele que nos había mentido a todos los mexicanos afirmando que sólo en un escenario “catastrófico” llegaríamos a los 70,000 muertos por COVID-19 en nuestro país. De agosto y septiembre ya ni le platicamos, porque ha sido de terror el manejo comunicacional de la pandemia. Y tan fiel al estilo, iniciamos octubre con lo que ya es costumbre y tradición en el actual gobierno: culparnos a los medios de comunicación.

Hugo López Gatell en meses, transfugó de científico/técnico a mal político/rudo. Y de un gran capital que había ganado en el reconocimiento público, ahora necesariamente se la pasan defendiéndolo sus compañeros de gobierno y solo algunos de MORENA (que no todos, porque ya lo ven como competencia).

Sin embargo, al sentirse protegido del Presidente, al Subsecretario le importa poco o nada lo que piense la opinión pública sobre su trabajo. Seguramente saldrá recompensado con algún cargo de elección popular en el 2024.

Lástima que cual quisiera el Presidente, no podamos entrar a las columnas que hablan bien sobre su gobierno, porque este tipo de funcionarios camaleónicos no le ayudan mucho. Nosotros no estamos encargados de la pandemia. Los medios solo estamos para comunicar. Nada más.