/ viernes 18 de junio de 2021

Padres: festejo y esperanza

Columna por Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres


Todo festejo trae consigo alegría, confianza, esperanza. El del Día del Padre, a celebrarse este domingo, tiene una doble carga emocional. Por un lado, la natural celebración para los papás, y por el otro, el hecho de que esta sea la primera fiesta familiar de la etapa post pandemia.

Han sido 16 meses de contingencia sanitaria, de celebraciones pospuestas. Atrás quedaron el Día de las Madres o de los Abuelos. Ahora, con el semáforo epidemiológico en verde, con adultos mayores y de 40 a 59 años ya vacunados, el panorama es esperanzador.

Este domingo puede ser el punto de partida para una nueva forma de convivencia, basada en la construcción ciudadana en todos los sentidos, en la que impulsemos las necesidades de la ciudadanía al tiempo que seamos copartícipes de la reactivación de la economía.

Las expectativas son positivas en el sector empresarial. La apertura de las actividades, en el caso de la Ciudad de México desde hace ya dos semanas, da la confianza a la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), presidida por José Manuel López Campos, de registrar un aumento en las ventas.

El Día del Padre será también, para las familias, un punto de inflexión en el regreso a la nueva normalidad. Las actividades cotidianas no serán como antes de la pandemia. Es natural que, en algunas personas, aún exista temor a volver a las calles, a la oficina, a las plazas, a los restaurantes. Pero las condiciones sanitarias están dadas para la reactivación sin bajar la guardia.

Estos meses nos dejaron enseñanzas, como la importancia de preservar la salud en el sentido más amplio, desde lo físico —que bien lo aprendimos a hacer— hasta lo mental.

El bienestar emocional se evidencia como un derecho al que debe acceder la ciudadanía. En el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México registramos un incremento en las solicitudes de apoyo psicológico y jurídico que ofrece la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533-5533.

Los hombres, en un principio el género que menos ayuda solicita, expresó su necesidad de asesoría ante la violencia familiar, que también ellos padecen. Entre 2020 y 2021 llegaron 175 reportes, en los que se revela que la combinación de violencia física, emocional y patrimonial se triplicó de un año a otro, y la física y emocional aumentó en 24%.

Casi la mitad de los varones violentados dijeron que esa situación la enfrentan desde hace al menos un año.

La contingencia sanitaria nos ayudó a visibilizar necesidades y situaciones que anteriormente quedaban en el ámbito de lo privado, en particular cuando quien las padece es hombre, por un mal entendido concepto de hombría.

Hoy, los varones saben que no están solos y que también requieren de apoyo emocional.

La confianza y esperanza enmarcada en la celebración del Día del Padre debe ser extensiva hacia nuevas formas de entender nuestra vida en familia y en comunidad. Festejemos a los papás y la oportunidad que tenemos por delante.

Columna por Salvador Guerrero Chiprés

@guerrerochipres


Todo festejo trae consigo alegría, confianza, esperanza. El del Día del Padre, a celebrarse este domingo, tiene una doble carga emocional. Por un lado, la natural celebración para los papás, y por el otro, el hecho de que esta sea la primera fiesta familiar de la etapa post pandemia.

Han sido 16 meses de contingencia sanitaria, de celebraciones pospuestas. Atrás quedaron el Día de las Madres o de los Abuelos. Ahora, con el semáforo epidemiológico en verde, con adultos mayores y de 40 a 59 años ya vacunados, el panorama es esperanzador.

Este domingo puede ser el punto de partida para una nueva forma de convivencia, basada en la construcción ciudadana en todos los sentidos, en la que impulsemos las necesidades de la ciudadanía al tiempo que seamos copartícipes de la reactivación de la economía.

Las expectativas son positivas en el sector empresarial. La apertura de las actividades, en el caso de la Ciudad de México desde hace ya dos semanas, da la confianza a la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco), presidida por José Manuel López Campos, de registrar un aumento en las ventas.

El Día del Padre será también, para las familias, un punto de inflexión en el regreso a la nueva normalidad. Las actividades cotidianas no serán como antes de la pandemia. Es natural que, en algunas personas, aún exista temor a volver a las calles, a la oficina, a las plazas, a los restaurantes. Pero las condiciones sanitarias están dadas para la reactivación sin bajar la guardia.

Estos meses nos dejaron enseñanzas, como la importancia de preservar la salud en el sentido más amplio, desde lo físico —que bien lo aprendimos a hacer— hasta lo mental.

El bienestar emocional se evidencia como un derecho al que debe acceder la ciudadanía. En el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México registramos un incremento en las solicitudes de apoyo psicológico y jurídico que ofrece la Línea de Seguridad y Chat de Confianza 55 5533-5533.

Los hombres, en un principio el género que menos ayuda solicita, expresó su necesidad de asesoría ante la violencia familiar, que también ellos padecen. Entre 2020 y 2021 llegaron 175 reportes, en los que se revela que la combinación de violencia física, emocional y patrimonial se triplicó de un año a otro, y la física y emocional aumentó en 24%.

Casi la mitad de los varones violentados dijeron que esa situación la enfrentan desde hace al menos un año.

La contingencia sanitaria nos ayudó a visibilizar necesidades y situaciones que anteriormente quedaban en el ámbito de lo privado, en particular cuando quien las padece es hombre, por un mal entendido concepto de hombría.

Hoy, los varones saben que no están solos y que también requieren de apoyo emocional.

La confianza y esperanza enmarcada en la celebración del Día del Padre debe ser extensiva hacia nuevas formas de entender nuestra vida en familia y en comunidad. Festejemos a los papás y la oportunidad que tenemos por delante.