/ domingo 6 de octubre de 2019

Familias musicales

Si alguna aspiración, querido bohemio lector, los hombres hemos tenido es la de no sólo formar una familia, sino lograr que ésta, a sus vez, siga nuestros pasos profesionales.

La tradición familiar de preservar legados con base en las raíces intergeneracionales se remonta a los más antiguos tiempos pero no siempre los hijos están tan de acuerdo ya sea por la natural rebeldía juvenil o por una evidente falta de vocación y aptitudes.

En el arte sucede lo mismo, a veces una pequeña parte porcentual de los legatarios heredan el talento, mientras que otra mayoría sólo vive de la gloria de su ascendencia, algunas veces sin mayores virtudes que el cariño sucedido. Hay otro grupo de herederos que a pesar de portar los dones y dotes artísticos, reniegan la figura de sus procreadores de alguna manera por alguna razón estrictamente personal y terminan alejados de todo lo relacionado con lo que despectivamente llaman “el medio”.

En la tradición familiar, muchas ocasiones son los padres, artistas o no, quienes amén de adivinar aptitudes en sus hijos, mejor optan por alejarlos de todo lo relacionado a las artes, anteponiendo su “mala experiencia” con los escenarios y toda esa cloaca de “impudicia” y “perdición”. Sin embargo, cuando el talento se lleva en las venas es muy difícil deshacerse del sueño de los escenarios y tarde o temprano el camino se retoma para bien o para mal.

Conozco muchos hijos de cantantes, herederos de autores y compositores, nietos y familiares de personajes que fueron glorias del mundo de la cultura y son muy pocos aquellos que realmente por méritos propios destacan de forma independiente, aunque siempre resulta interesante revivir a esos admirados seres humanos, sobre todo cuando ya no están, a través de el parecido físico y la sangre que no se niega aunque la aportación propia sea mínima o nula.

Por otra parte existen las familias musicales que por costumbres y tradición se dedican al estudio y profesionalización del arte en diversas áreas. Generalmente estas familias pertenecen al gremio de los músicos y es que desde los grandes clásicos de la música de concierto en europa tales como Bach, Mozart, Beethoven o Strauss, la transmisión del patrimonio cultural de la música fue producto de inculcar e infundir.

En México tenemos grandes ejemplos de que la transferencia cultural ha estado intimamente ligada a familias como

los Castro, en donde al menos cuatro diferentes generaciones han dejado un acervo significativo en los escenarios desde el compositor y cantante don Antonio Castro (papá de Gualberto), Arturo “El Bigotón” (papá de Benito), pasando por los populares hermanos Castro (Jorge, Gualberto, Arturo, Javier), sus hijos (Daniela, Romina, Debbie, Stephy o Jorge Jr).

Recordados por sus maravillosos ensambles multi-instrumentales, el coro de las 100 voces o los coros del festival OTI, los Zavala, Don Antonio Zavala Camarena (violinista) y Doña Carmen Rocha de Zavala (pianista, cantante, músico de oído absoluto) formaron una espléndida familia formada por sus doce hijos quienes se formaron en dos grupos: los seis grandes y los seis chicos. Todos artistas: María del Carmen, José Antonio, Miguel, Angelita, Martha, Pedro, Magdalena, Carlos, Margarita, Javier, Eugenio e Isabel.

Familia Nandayapa, de una tradición en el instrumento típico de Chiapas, la marimba, fue don Zeferino Nandayapa (†) quien heredara a sus hijos y consanguíneos la música y el amor por los instrumentos de percusión. Sus nombres Javier, Norberto, Óscar, Tania y Gustavo.

Familia Bojalil Gil, quién no recuerda a Alfredo ”el güero” (autor, compositor, requintista y fundador de los Panchos), Chucho Martínez Gil (cancionero y autor de los Dos Arbolitos), Los Hermanos Martínez Gil (Pablo y Carlos. Intérpretes y autores de “Chacha Linda”) o Felipe ”el charro” (fundador de los Caporales y autor de El piojo y la pulga), papá de Felipe Gil (antes Fabrizio, hoy Felicia Garza), papá de Eva Gi (Cantante en tercera generación).

Hermanos Reyes: Insentivada por sus padres a principios del siglo XX, esta agrupación de talentosos músicos, guitarristas, violinistas, contrabajista y cantantes tapatíos estuvo integrada por Miguel, José Guadalupe, Francisco, Rubén, Federico y Teresita Reyes Salcedo. Exitosos desde la década de los años 50 y artistas exclusivos de la RCA Víctor mexicana, cosecharon grandes éxitos en el Bolero. A la fecha sus hijos continuan en el andar musical.

Los Babys, La Familia Ávila Aranda formada por Enrique, Carlos (Requinto y voz), Carlos Jr (Actual Baterista), †Armando Ávila Aranda (Bajo y Voz), † Emilio Ávila Aranda (Batería), Wilma Judith Ávila Aranda (Voz) y Graciela Ávila Aranda (Contrabajo), originarios de Yucatán, actualmente siguen en activo, mientras Armando Jr es uno de los productores más exitosos de México ante el mundo en la actualidad.

Hermanos Domínguez: Abel, Alberto, Ernesto, Armando, Francisco, Gustavo, Ramiro y Edmundo, siguen siendo referente mundial tanto en la ejecución instrumental desde la Lira de San Cristóbal como en la composición.

Mención aparte merecen las familias de músicos por tradición tales como Ríos, Zepeda, Perez Vázquez, Tlaxcaltécatl, Ramos, Cedillo, Cárdenas, Díaz, Villar, Flores, Valtierra, Guzmán, Trinidad, Ferrer, Zarzoza, Vargas, Martínez, López, Zarzoza, Enríquez, Zepeda, Plascencia etc...

Aunque no eran mexicanos hubieron dos grandes cuartetos que sí tuvieron como residencia y segunda patria a nuestro país Los Ruffino, de Cuba y los 4 hermanos Silva, de Chile.

Hoy, irredento bohemio lector, tengo en mis manos y mi alma el futuro de una gran familia musical, Los Miranda, mi descendencia escogida, los niños más talentosos de México, que están próximos a lanzar su primer sencillo y con quienes comparto escenario en La Cueva.

¿Qué otras familias recuerdas?

Escríbeme a <rodrigodelacadena@yahoo.com> yo siempre contesto.

¡Ni una línea más!

Si alguna aspiración, querido bohemio lector, los hombres hemos tenido es la de no sólo formar una familia, sino lograr que ésta, a sus vez, siga nuestros pasos profesionales.

La tradición familiar de preservar legados con base en las raíces intergeneracionales se remonta a los más antiguos tiempos pero no siempre los hijos están tan de acuerdo ya sea por la natural rebeldía juvenil o por una evidente falta de vocación y aptitudes.

En el arte sucede lo mismo, a veces una pequeña parte porcentual de los legatarios heredan el talento, mientras que otra mayoría sólo vive de la gloria de su ascendencia, algunas veces sin mayores virtudes que el cariño sucedido. Hay otro grupo de herederos que a pesar de portar los dones y dotes artísticos, reniegan la figura de sus procreadores de alguna manera por alguna razón estrictamente personal y terminan alejados de todo lo relacionado con lo que despectivamente llaman “el medio”.

En la tradición familiar, muchas ocasiones son los padres, artistas o no, quienes amén de adivinar aptitudes en sus hijos, mejor optan por alejarlos de todo lo relacionado a las artes, anteponiendo su “mala experiencia” con los escenarios y toda esa cloaca de “impudicia” y “perdición”. Sin embargo, cuando el talento se lleva en las venas es muy difícil deshacerse del sueño de los escenarios y tarde o temprano el camino se retoma para bien o para mal.

Conozco muchos hijos de cantantes, herederos de autores y compositores, nietos y familiares de personajes que fueron glorias del mundo de la cultura y son muy pocos aquellos que realmente por méritos propios destacan de forma independiente, aunque siempre resulta interesante revivir a esos admirados seres humanos, sobre todo cuando ya no están, a través de el parecido físico y la sangre que no se niega aunque la aportación propia sea mínima o nula.

Por otra parte existen las familias musicales que por costumbres y tradición se dedican al estudio y profesionalización del arte en diversas áreas. Generalmente estas familias pertenecen al gremio de los músicos y es que desde los grandes clásicos de la música de concierto en europa tales como Bach, Mozart, Beethoven o Strauss, la transmisión del patrimonio cultural de la música fue producto de inculcar e infundir.

En México tenemos grandes ejemplos de que la transferencia cultural ha estado intimamente ligada a familias como

los Castro, en donde al menos cuatro diferentes generaciones han dejado un acervo significativo en los escenarios desde el compositor y cantante don Antonio Castro (papá de Gualberto), Arturo “El Bigotón” (papá de Benito), pasando por los populares hermanos Castro (Jorge, Gualberto, Arturo, Javier), sus hijos (Daniela, Romina, Debbie, Stephy o Jorge Jr).

Recordados por sus maravillosos ensambles multi-instrumentales, el coro de las 100 voces o los coros del festival OTI, los Zavala, Don Antonio Zavala Camarena (violinista) y Doña Carmen Rocha de Zavala (pianista, cantante, músico de oído absoluto) formaron una espléndida familia formada por sus doce hijos quienes se formaron en dos grupos: los seis grandes y los seis chicos. Todos artistas: María del Carmen, José Antonio, Miguel, Angelita, Martha, Pedro, Magdalena, Carlos, Margarita, Javier, Eugenio e Isabel.

Familia Nandayapa, de una tradición en el instrumento típico de Chiapas, la marimba, fue don Zeferino Nandayapa (†) quien heredara a sus hijos y consanguíneos la música y el amor por los instrumentos de percusión. Sus nombres Javier, Norberto, Óscar, Tania y Gustavo.

Familia Bojalil Gil, quién no recuerda a Alfredo ”el güero” (autor, compositor, requintista y fundador de los Panchos), Chucho Martínez Gil (cancionero y autor de los Dos Arbolitos), Los Hermanos Martínez Gil (Pablo y Carlos. Intérpretes y autores de “Chacha Linda”) o Felipe ”el charro” (fundador de los Caporales y autor de El piojo y la pulga), papá de Felipe Gil (antes Fabrizio, hoy Felicia Garza), papá de Eva Gi (Cantante en tercera generación).

Hermanos Reyes: Insentivada por sus padres a principios del siglo XX, esta agrupación de talentosos músicos, guitarristas, violinistas, contrabajista y cantantes tapatíos estuvo integrada por Miguel, José Guadalupe, Francisco, Rubén, Federico y Teresita Reyes Salcedo. Exitosos desde la década de los años 50 y artistas exclusivos de la RCA Víctor mexicana, cosecharon grandes éxitos en el Bolero. A la fecha sus hijos continuan en el andar musical.

Los Babys, La Familia Ávila Aranda formada por Enrique, Carlos (Requinto y voz), Carlos Jr (Actual Baterista), †Armando Ávila Aranda (Bajo y Voz), † Emilio Ávila Aranda (Batería), Wilma Judith Ávila Aranda (Voz) y Graciela Ávila Aranda (Contrabajo), originarios de Yucatán, actualmente siguen en activo, mientras Armando Jr es uno de los productores más exitosos de México ante el mundo en la actualidad.

Hermanos Domínguez: Abel, Alberto, Ernesto, Armando, Francisco, Gustavo, Ramiro y Edmundo, siguen siendo referente mundial tanto en la ejecución instrumental desde la Lira de San Cristóbal como en la composición.

Mención aparte merecen las familias de músicos por tradición tales como Ríos, Zepeda, Perez Vázquez, Tlaxcaltécatl, Ramos, Cedillo, Cárdenas, Díaz, Villar, Flores, Valtierra, Guzmán, Trinidad, Ferrer, Zarzoza, Vargas, Martínez, López, Zarzoza, Enríquez, Zepeda, Plascencia etc...

Aunque no eran mexicanos hubieron dos grandes cuartetos que sí tuvieron como residencia y segunda patria a nuestro país Los Ruffino, de Cuba y los 4 hermanos Silva, de Chile.

Hoy, irredento bohemio lector, tengo en mis manos y mi alma el futuro de una gran familia musical, Los Miranda, mi descendencia escogida, los niños más talentosos de México, que están próximos a lanzar su primer sencillo y con quienes comparto escenario en La Cueva.

¿Qué otras familias recuerdas?

Escríbeme a <rodrigodelacadena@yahoo.com> yo siempre contesto.

¡Ni una línea más!