/ martes 22 de junio de 2021

El efímero verde

El retroceso a color amarillo después del efímero color verde del semáforo epidemiológico que apenas duró dos semanas (del 7 de junio al 21 de junio) es un hecho que a nadie debe sorprender, y, que quizá, ya muchos capitalinos esperaban.

Los temores, en este caso, no fueron infundados y muchos lo habían ya alertado, al considerar que la pandemia no estaba controlada y se mantenía activa; que la vacunación tampoco alcanzaba niveles de cobertura significativos y que sería riesgoso el regreso presencial de los niños a las escuelas.

Incluso, algunos alertaron que el cambio a semáforo verde y el llamado a los padres de familia para que llevarán a sus hijos a las escuelas era irresponsable, por lo que pidieron a las autoridades postergar el regreso a las aulas hasta el siguiente ciclo escolar, pues no tenía ningún caso arriesgar a los niños un mes antes de que concluyera formalmente el curso.

Sin embargo, el gobierno de la 4T no escuchó a nadie, mantuvo su postura y el 4 de junio, prácticamente un día antes del proceso electoral, declaró el semáforo verde en la Ciudad de México y el regreso presencial a las aulas, en un intento de dibujar “el mundo feliz” que tanto gusta a sus simpatizantes y aplaudidores o tratando –quizá- de obligar a la realidad a ajustarse a “sus otros datos”.

La respuesta ciudadana no se hizo esperar y durante la semana y media que duró el efímero semáforo verde, la mayoría de los planteles educativos públicos y privados reportaron un alto ausentismo, que empeoró al paso de los días cuando se empezaron a detectar los primeros casos positivos de Covid-19 en alumnos y maestros.

Muchos señalaron que no había condiciones, otros más consideraron que era precipitado regresar a clases, pero nadie fue escuchado y aquí ya están las consecuencias de esa decisión, hasta la noche del 20 de junio –según datos oficiales- la pandemia de Covid-19 en la Ciudad de México reporta 673,343 casos acumulados, 7,700 activos, 44,185 defunciones y una tasa de incidencia 4.48.

Se han vacunado hasta el 20 de junio, 3,228,336 personas con primera dosis, y 1,394,933 personas han recibido la segunda dosis.

Quienes hicieron su apuesta electoral con la manipulación de estrategia sanitaria para enfrentar la pandemia de Covid-19 se equivocaron y ahora enfrentan dos problemas: el castigo electoral en las urnas y el crecimiento de contagios.

El retroceso a color amarillo después del efímero color verde del semáforo epidemiológico que apenas duró dos semanas (del 7 de junio al 21 de junio) es un hecho que a nadie debe sorprender, y, que quizá, ya muchos capitalinos esperaban.

Los temores, en este caso, no fueron infundados y muchos lo habían ya alertado, al considerar que la pandemia no estaba controlada y se mantenía activa; que la vacunación tampoco alcanzaba niveles de cobertura significativos y que sería riesgoso el regreso presencial de los niños a las escuelas.

Incluso, algunos alertaron que el cambio a semáforo verde y el llamado a los padres de familia para que llevarán a sus hijos a las escuelas era irresponsable, por lo que pidieron a las autoridades postergar el regreso a las aulas hasta el siguiente ciclo escolar, pues no tenía ningún caso arriesgar a los niños un mes antes de que concluyera formalmente el curso.

Sin embargo, el gobierno de la 4T no escuchó a nadie, mantuvo su postura y el 4 de junio, prácticamente un día antes del proceso electoral, declaró el semáforo verde en la Ciudad de México y el regreso presencial a las aulas, en un intento de dibujar “el mundo feliz” que tanto gusta a sus simpatizantes y aplaudidores o tratando –quizá- de obligar a la realidad a ajustarse a “sus otros datos”.

La respuesta ciudadana no se hizo esperar y durante la semana y media que duró el efímero semáforo verde, la mayoría de los planteles educativos públicos y privados reportaron un alto ausentismo, que empeoró al paso de los días cuando se empezaron a detectar los primeros casos positivos de Covid-19 en alumnos y maestros.

Muchos señalaron que no había condiciones, otros más consideraron que era precipitado regresar a clases, pero nadie fue escuchado y aquí ya están las consecuencias de esa decisión, hasta la noche del 20 de junio –según datos oficiales- la pandemia de Covid-19 en la Ciudad de México reporta 673,343 casos acumulados, 7,700 activos, 44,185 defunciones y una tasa de incidencia 4.48.

Se han vacunado hasta el 20 de junio, 3,228,336 personas con primera dosis, y 1,394,933 personas han recibido la segunda dosis.

Quienes hicieron su apuesta electoral con la manipulación de estrategia sanitaria para enfrentar la pandemia de Covid-19 se equivocaron y ahora enfrentan dos problemas: el castigo electoral en las urnas y el crecimiento de contagios.

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