/ miércoles 28 de abril de 2021

El Big Brother 2021

¿Sabías que las compañías de telefonía celular actualizarán tus datos con tu huella digital, el iris ocular y reconocimiento facial? Y que además si no lo haces se te retirará el servicio de inmediato y se te podría imponer una multa o inclusive fincar delito.

Pues esa es la buena nueva de nuestros “flamantes” legisladores avalados por este gobierno, con el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Panaut) que ya entró en vigor esta semana y conocida como la ley big brother.

El argumento que dieron para semejante violación a nuestra privacidad, es supuestamente evitar que sigan los delitos de extorsión, que como todos conocemos, principalmente provienen de los reclusorios. Así, debemos pagar con nuestros datos privadísimos, la incapacidad de la Secretaria de Seguridad Ciudadana, para evitar que nos sigan extorsionando.

Pero, en la lógica del ya habitual sospechosismo, saltan dos realidades: primero, la solicitud de datos biométricos para este tipo de servicio, solo se da en estados autoritarios o regímenes totalitarios, y segundo, la desconfianza que hay en el gobierno.

O que podríamos pensar, si el actual Subsecretario de Seguridad Federal, Ricardo Mejía, cuando era Diputado Federal en el 2014, acusaba que esta mismo Padrón que se acaba de aprobar (defendida con vehemencia por él mismo) era violatoria a los Derechos Humanos y una política persecutoria del Estado.

Ya no decirle (porque según fue exonerado) que el mismo Ricardo Mejía, fue señalado de haber descuidado nuestros datos personales que le dimos al INE para que después fueran ofrecidos al mejor postor, ¿se acuerda cuando se encontró a la venta en internet el padrón completo?

¡Imagínese lo que pasaría si su huella digital y su iris ocular cayeran en manos de funcionarios corruptos y de la delincuencia!

Es muy sencillo, no confiamos en el gobierno, así sea el que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Dará para más esto que ya tendrá su primera acción de inconstitucionalidad contra el padrón de datos biométricos, por parte del INAI. Esto no termina aquí.

¿Sabías que las compañías de telefonía celular actualizarán tus datos con tu huella digital, el iris ocular y reconocimiento facial? Y que además si no lo haces se te retirará el servicio de inmediato y se te podría imponer una multa o inclusive fincar delito.

Pues esa es la buena nueva de nuestros “flamantes” legisladores avalados por este gobierno, con el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (Panaut) que ya entró en vigor esta semana y conocida como la ley big brother.

El argumento que dieron para semejante violación a nuestra privacidad, es supuestamente evitar que sigan los delitos de extorsión, que como todos conocemos, principalmente provienen de los reclusorios. Así, debemos pagar con nuestros datos privadísimos, la incapacidad de la Secretaria de Seguridad Ciudadana, para evitar que nos sigan extorsionando.

Pero, en la lógica del ya habitual sospechosismo, saltan dos realidades: primero, la solicitud de datos biométricos para este tipo de servicio, solo se da en estados autoritarios o regímenes totalitarios, y segundo, la desconfianza que hay en el gobierno.

O que podríamos pensar, si el actual Subsecretario de Seguridad Federal, Ricardo Mejía, cuando era Diputado Federal en el 2014, acusaba que esta mismo Padrón que se acaba de aprobar (defendida con vehemencia por él mismo) era violatoria a los Derechos Humanos y una política persecutoria del Estado.

Ya no decirle (porque según fue exonerado) que el mismo Ricardo Mejía, fue señalado de haber descuidado nuestros datos personales que le dimos al INE para que después fueran ofrecidos al mejor postor, ¿se acuerda cuando se encontró a la venta en internet el padrón completo?

¡Imagínese lo que pasaría si su huella digital y su iris ocular cayeran en manos de funcionarios corruptos y de la delincuencia!

Es muy sencillo, no confiamos en el gobierno, así sea el que encabeza Andrés Manuel López Obrador. Dará para más esto que ya tendrá su primera acción de inconstitucionalidad contra el padrón de datos biométricos, por parte del INAI. Esto no termina aquí.