Estamos entre el deseo de que los niños regresen a clases presenciales y la obligación moral de velar por su salud. Encuestas van y vienen, hipótesis y teorías, pero a ciencia cierta no se sabe qué pasará en medio de la tercera ola de contagios de la pandemia.
Una encuesta de Coparmex CDMX indica que el 70% de padres de familia indecisos o no quieren enviar a sus hijos a la escuela, en contraste con la consulta “Caminito de la escuela” de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), en la que siete de cada diez niños dice que quiere regresar a la escuela.
De manera tal que nos encontramos entre el deseo y el deber.
La decisión de la administración federal fue inamovible, se estableció como fecha para la reapertura de las escuelas el lunes 30 de agosto y, no se movió ni unas horas.
Otros datos, son los que da una encuentra de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) el 81% de los padres o tutores no está de acuerdo en el regreso a clases presenciales, además que 51% considera que las escuelas no cuentan con la infraestructura, materiales y personal para la adecuada higiene.
Patricia Gánem, presidenta de la Comisión de Educación de Coparmex Ciudad de México, se pronunció por un regreso seguro a la escuela.
Indicó que en un sondeo al ser cuestionados padres de familia sobre si enviarán o no a sus hijos a la escuela, el 38% de los padres de familia respondió que no, el 32% dijo que sí y 30% dijo estar todavía indeciso.
Profesores de las diferentes secciones de la CNTE comentaron que regresarán a clases el 30 de agosto, pero no de manera presencial, ya que no existen condiciones para un regreso seguro. En la Ciudad de México aseguran que, van a regresar a clases, pero no de manera presencial.
Profesores aseguran que “no es un acto de desobediencia el no acudir a las escuelas, sino de responsabilidad”, al destacar que en medio de la tercera ola de contagios no se puede exponer a los menores a un contagio.
Textualmente hay que decirlo: Entre el deseo y la responsabilidad será una decisión de los padres de familia, así lo planteó el Gobierno federal. Viene la gran prueba.
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