En las 16 alcaldías de la capital del país hay al menos 470 mil 413 pozos de visita, rejillas de piso y coladeras pluviales, que son objeto de robo y ese delito ha ido en aumento, pese a que desde hace unos años se usa polímero reciclado, según datos del propio Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACMEX).
Ante esa situación, a la que se suma que el peso de una tapa de coladera puede alcanzar los 50 kilogramos y cada pieza extraída llega a venderse ilícitamente hasta en 4 mil 500 pesos, según el mercado de fierro viejo que puede ir desde 5 pesos por kilo, la fracción parlamentaria de Morena en el Congreso capitalino propone sanciones mayores al robo de mobiliario urbano de la metrópoli, así como su comercialización ilegal.
Resulta que SACMEX, en lo que va del presente año, ha reportado el robo de 361 pozos de visita y 187 rejillas, un total de 548 piezas, lo que da un aumento del 416 por ciento en comparación a cifras manejadas en el 2018.
Con la representación de la diputación morenista en el Poder Legislativo local, Alberto Martínez Urincho, formalizó la presentación de una iniciativa para que el robo de inmobiliario urbano capitalino sea sancionado con tres o seis años de prisión y de seiscientos a novecientos días multa.
El congresista de Morena expuso que para dicho fin, se propone reformar el Artículo 224 del Código Penal para el Distrito Federal, al tiempo que explicó que el equipamiento urbano son el conjunto de inmuebles, instalaciones, construcciones y mobiliario, destinados a prestar a la población servicios públicos, de administración pública, de educación y cultura; de comercio, de salud y asistencia; de deporte y de recreación, de traslado y de transporte y otros, para satisfacer sus necesidades y su bienestar.
La iniciativa que fue enviada para su análisis y dictaminación a la Comisión de Administración y Procuración de Justicia, tiene la intensión de implementar sanciones mayores al robo del mobiliario urbano, además de tipificar la comercialización ilícita de los bienes de la nación.
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Martínez Urincho difundió que también se considera los elementos complementarios al equipamiento urbano, ya sean fijos, móviles, permanentes o temporales, ubicados en la vía pública o en espacios públicos que forman parte de la imagen de la ciudad, los que, según su función, se aplican para el descanso, comunicación, información, necesidades fisiológicas, comercio, seguridad, higiene, servicio, jardinería, además de aquellos otros muebles que determinen la autoridad competente.
La sanción se aumentará hasta en una mitad de las penas previstas cuando el bien robado o comercializado ilícitamente ponga en riesgo la vida, la seguridad o la integridad física de las personas.
Todo ello se da para evitar accidentes lamentables como el fallecimiento de las hermanas Esmeralda y Sofía, quienes cayeron a una coladera abierta como consecuencia del robo de la tapa de metal, cuando se dirigían a un concierto.
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