Las adversidades que madres inmiscuidas en la población callejera enfrentan diariamente en avenidas, plazas, cruceros, vagones o accesos del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de la Ciudad de México, son el despojo de sus hijos, discriminación, violencia o desamparo al ser expulsadas de sus hogares o de los sitios que decidieron habitar ante la pandemia por el Covid-19, denunciaron ante integrantes del Congreso capitalino personas en esa situación.
Un grupo de 20 mujeres que han hecho de la calle su hogar, compartió a congresistas las condiciones en las que se encuentran y buscan educar a sus hijos, con el compromiso del coordinador de la asociación parlamentaria Ciudadana, Royfid Torres González, de encontrar las opciones que pueden detonar en mejorar sus condiciones de vida, con la aclaración que primero se debe escuchar la situación en que se encuentran y saber lo que solicitan a la autoridad, a fin de ayudar con soluciones concretas.
En su momento, la presidenta de la Comisión de Atención al Desarrollo de la Niñez en el Poder Legislativo local, Polimnia Romana Sierra Bárcena, pugnó porque el gobierno capitalino presentó las condiciones para un mejor desarrollo de las mujeres que forman parte de la población callejera, pero que además se abarque a todos los que están en esa condición, sin discriminación alguna.
Durante la realización de la audiencia pública del parlamento abierto “Que la calle no lxs calle”, las mujeres relataron cuál fue el motivo que las orilló a vivir en la vía pública y los peligros a los que se enfrentaron, a la vez que acusaron que Las brigadas pertenecientes a la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social (SIBISO) les han arrebatado a sus hijos o amenazan con ello.
La que se identificó como Lorena, relató: “yo trabajo y tuve un descubrimiento al dejar a mi hijo con mi pareja, a quien en febrero se lo quitó y se llevó al DIF; sé que mi hijo es muy travieso, pero ahora no me lo quieren regresar, por eso vengo con ustedes para que me ayuden a tenerlo de nuevo conmigo, porque soy su mamá”.
También participó Belén quien llegó a los 16 años a vivir en las calles, tiene cuatro hijos y dos de ellos se los llevó a su papá, porque tenía para darles “una mejor vida”.
Ella, actualmente limpiaparabrisas acompañada de sus menores de 10 y 8 años. “Sabemos que la calle no es el mejor lugar para tener a nuestros hijos, pero si nos aferramos a tenerlos con nosotros es porque tampoco podemos dejarlos en albergues, donde pueden dañar más daño, golpearlos o hasta dañar otras cosas”, detalló la mujer.
Resulta que, en su momento, Susana, ante las carencias e inseguridades, solicitó a las autoridades capitalinas opciones para tener alguna vivienda, accedió a programas de empleo y apoyo a asociaciones civiles que trabajan para mejorar las condiciones de este sector.
La diputada perredista Polimnia Romana Sierra, dejó en claro que “cada quien es libre de vivir como quiera, pero el gobierno de la Ciudad de México debe proveer las condiciones para que esto preven; hoy las mujeres, todas, estamos en riesgo latente, pero ustedes lo están aún más. Aquí no habrá juicios, sino para escucharlas y derivar en un trabajo legislativo que a ustedes les sirva”.
En el ejercicio de parlamento abierto de tres días, organizado por el representante popular Royfid Torres, también adultos mayores, hombres y mujeres, acompañados de algunos menores de edad, relataron sus historias y experiencias, la mayoría de ellas al interior del Centro de Atención e Integración Social (CAIS), conocido como Albergue Coruña.
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Torres González y Daniela Álvarez Camacho, vicecoordinadora de la asociación parlamentaria Ciudadana, en conjunto con otros legisladores y representantes de El Caracol AC, escucharon quejas de la población callejera como abusos, maltratos, prepotencia, omisiones y hasta en algunos casos, la siembra de delitos . La idea fue dar voz y visibilizar las necesidades, demandas y propuestas de este sector.
El presidente de la asociación civil El Caracol, Luis Enrique Hernández, agradeció al Congreso capitalino por realizar este ejercicio, de dar voz a quienes habitan en la calle y, “de los que se investigan poco, pero se dice mucho y pocas veces se les escucha”.
La diputada Álvarez Camacho comentó que acudió al Albergue Coruña para comprobar las quejas que se han recibido del lugar y, encontró personas dormidas en la calle, baños sucios y condiciones indignas.
“Créanme que sus voces hoy nos dejan mucho a la reflexión, pero también nos invitan a luchar para que estas cosas dejen de pasar. Queremos crear un precedente para que esta situación se pueda erradicar. Nadie merece vivir así”, expresó.
Falta de acompañamiento, insensibilidad, y errores y omisiones por parte de las instituciones encargadas de brindar apoyo a las poblaciones callejeras de la urbe, fueron algunas de las fallas que señalaron el parlamento “Que la Calle no lxs calle”.
Luis Enrique Hernández, dijo que el Instituto de las Mujeres de la Ciudad, El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia local y la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social, son los encargados de brindar protección a la población callejera, no de manifestarse incompetentes.
El presidente de El Caracol sostuvo: “estas instancias no pueden decir no puedo, porque está dentro de sus obligaciones constitucionales darles seguridad y apoyo, pero al parecer hay una urgencia por crear una estrategia sistematizada contra la población callejera, por eso hacemos un llamado para sumarse a su rescate”.
A su vez, coordinadora de Atención de la misma asociación civil, Alexia Moreno, es fundamental incorporar la perspectiva de género en las acciones y políticas de instituciones las encargadas hacia quienes habitan en la calle, porque no deben vivir en exclusión y se constituyen sus derechos .
“Muchas son mujeres callejeras son madres y tenemos conocimiento de, por lo menos, 18 casos en los que sus hijos les fueron arrebatados, por falta de acompañamiento familiar, legal o conocimiento les marginan de la oportunidad de estar con ellos; hay quienes tienen hasta dos años sin saber de ellos o verlos”, reveló.
El director general de Administración de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Gerardo Sauri Suárez, habló de la construcción de políticas coordinadas para apoyar a este sector en temas como vivienda, inserción al campo laboral y acceso a servicios de salud.
“Estamos avanzando en una serie de acciones que combinan los protocolos de 2016 y 2018, para recuperar el tema de la prevención y poder articularse tanto en lo estructural, como en factores sociales y familiares, así como el empleo o capacitación dirigidos hacia personas que podrían estar en riesgo de habitar en la calle”, actualizado.
Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe, destacó la importancia de nombrar a la población callejera como tal, ya que al utilizar eufemismo la administración pública ha caído en una falta de empatía y conocimiento para desarrollar políticas públicas eficientes.
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