/ jueves 9 de noviembre de 2023

Alistan reapertura del mítico teatro Fru Fru

Actualmente, es administrado por el sobrino de la fallecida actriz chiapaneca, Luis Felipe Morales, quien platicó a La Prensa, que tienen planes de reabrir el teatro para hacer la presentación de obras y conciertos masivos

En la calle de Donceles 24 del Centro Histórico de la Ciudad de México, hay un teatro llamado Fru Fru, conocido por ser propiedad de la actriz, cantante y política Irma Serrano, el cual lo adquirió en 1973; sin embargo, ese lugar tiene detrás una gran historia, fue inaugurado en 1899 con el nombre de Teatro Renacimiento por el presidente Porfirio Díaz.

Actualmente, es administrado por el sobrino de la fallecida actriz chiapaneca, Luis Felipe Morales, quien platicó a La Prensa, que tienen planes de reabrir el teatro para hacer la presentación de obras y conciertos masivos, el próximo año, lo cual generaria varios empleos, ya que a la fecha está abierto para set de grabaciones, exposiciones, conciertos vía Streamtime y presentación de artículos de moda.

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Describió que desde el 2017 que recuperó el teatro, ha recibido diversas reparaciones, por lo que se mantiene en buen estado. Su excéntrica decoración luce impecable, las esculturas entre ellas varias de "la Tigresa", mesas de ónix poblano con silla de hierro forjado, el gran piano de cola, el bar, así como el recinto que se recuerda por haber sido sede de espectáculos controversiales y atrevidos, además de ser hogar de numerosos fantasmas y leyendas.

Morales comentó que el teatro no tienen ningún conflicto legal, hubo problemas con los inquilinos de los departamentos y locales comerciales, pero concluyeron los diversos juicios ya se salieron.

Durante la revelación de la pintura más prohibida de la vedette Lyn May, realizada por el reconocido artista Antonio Alvarez Morán, titulada "El jardín secreto de Lyn May", donde estuvo presente la actriz acapulqueña, Luis Felipe narró que le está poniendo "todo el corazón" para que pronto se puedan presentar shows, en el famoso Teatro Fru Fru, "pero como es un espacio muy antiguo se tiene que conservar; "la vara me la puso muy alta mi tía Irma. “Ha habido gente que se me ha acercado para invertir, pero no tengo algo formal con nadie, ya que es un tema familiar".

Foto Patricia Carrasco | La Prensa

Desde que Irma Serrano lo compró no ha habido ningún problema "sólo el tema del arrendamiento, con los locales comerciales y algunos departamentos, pero se realizó un desalojo. Él lo recuperó en el 2017, hasta que todo quedó en orden, afirmó.

El tema de la herencia está en orden, la familia está bien. Y dijo que desde 2010 a la actriz se le diagnóstico demencia senil, que le da las personas mayores y es un padecimiento progresivo, no es un tema diferente, "ella no estuvo secuestrada en Chiapas, la gente que la quiso ir a ver lo hizo. Más bien ya no salió a los medios de comunicación ella misma decidió estar en familia. Cuidar su imagen".

Este teatro, ubicado atrás del Museo Nacional de Arte a lo largo de su historia a tenido cierres intemitentes y este último no es la excepción recordó el heredero.

Foto Patricia Carrasco | La Prensa

Irma Serrano lo rescató

El Teatro Fru Fru ha sido un espacio intermitente para espectáculos de bandas emergentes u obras de bajo presupuesto. Fue una locación para películas como Spectre de la franquicia del agente James Bond.

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Lo cierto es que Irma Serrano, al tener un espacio propio se caracterizó a favor de la libertad de expresión, de los indígenas, los adultos mayores y sobretodo las mujeres, de temas sexuales, eroticos, homesexuales. Lo adquirió en 1973, cuando era un espacio antiguo y olvidado el cual ella remodeló, le dio vida y personalidad a lo que hoy conocemos como el Teatro Fru Fru, de estilo Napoleón III y un aforo de mil 300 espectadores.

Foto Patricia Carrasco | La Prensa

En su inauguración con el nombre del Teatro Renacimiento, fue el primero en contar con instalación de luz eléctrica que poco a poco sustituiría los sistemas de alumbrado con hidrógeno. Para su función inaugural se presentó la ópera Aída, a la que asistió toda la alta sociedad capitalina con la intención de escuchar a los italianos Linda Micucci y Cesare Cionnni.

En 1907 cambió de dueños y de nombre: Francisco Cardona y Virginia Fábregas, muy reconocidos en el mundo del teatro, lo compraron y lo rebautizaron como Teatro Virginia Fábregas, en honor a la trayectoria de la actriz.

En febrero de 1950, Virginia Fábregas enfermó, y se anunció que el teatro que llevara su nombre sería demolido. En su lugar construirán un edificio de departamentos cuya planta baja se instalaría un nuevo teatro, moderno y muy bien equipado, que conservaría el nombre de quien fuera su dueña por casi 50 años.

Foto Patricia Carrasco | La Prensa

En mayo de 1954 se inauguró el nuevo Teatro Virginia Fábregas, pilar importante en la vida nocturna de las décadas de los 50 y 60. En ese entonces el teatro de variedades tuvo su auge no solo en la Ciudad de México, sino también en otras de las grandes urbes de América Latina.

La historia cuenta que en la época en que Irma Serrano compró el teatro estaba en pleno apogeo la época del Teatro de Revista, por lo que decidió estrenar su teatro con la muy polémica obra Naná, de Emile Zola, de la que era protagonista, y en la que realizaba escenas con desnudos totales. Un escándalo en esa época, pero la obra estuvo casi siete año en cartelera.

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En la calle de Donceles 24 del Centro Histórico de la Ciudad de México, hay un teatro llamado Fru Fru, conocido por ser propiedad de la actriz, cantante y política Irma Serrano, el cual lo adquirió en 1973; sin embargo, ese lugar tiene detrás una gran historia, fue inaugurado en 1899 con el nombre de Teatro Renacimiento por el presidente Porfirio Díaz.

Actualmente, es administrado por el sobrino de la fallecida actriz chiapaneca, Luis Felipe Morales, quien platicó a La Prensa, que tienen planes de reabrir el teatro para hacer la presentación de obras y conciertos masivos, el próximo año, lo cual generaria varios empleos, ya que a la fecha está abierto para set de grabaciones, exposiciones, conciertos vía Streamtime y presentación de artículos de moda.

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Describió que desde el 2017 que recuperó el teatro, ha recibido diversas reparaciones, por lo que se mantiene en buen estado. Su excéntrica decoración luce impecable, las esculturas entre ellas varias de "la Tigresa", mesas de ónix poblano con silla de hierro forjado, el gran piano de cola, el bar, así como el recinto que se recuerda por haber sido sede de espectáculos controversiales y atrevidos, además de ser hogar de numerosos fantasmas y leyendas.

Morales comentó que el teatro no tienen ningún conflicto legal, hubo problemas con los inquilinos de los departamentos y locales comerciales, pero concluyeron los diversos juicios ya se salieron.

Durante la revelación de la pintura más prohibida de la vedette Lyn May, realizada por el reconocido artista Antonio Alvarez Morán, titulada "El jardín secreto de Lyn May", donde estuvo presente la actriz acapulqueña, Luis Felipe narró que le está poniendo "todo el corazón" para que pronto se puedan presentar shows, en el famoso Teatro Fru Fru, "pero como es un espacio muy antiguo se tiene que conservar; "la vara me la puso muy alta mi tía Irma. “Ha habido gente que se me ha acercado para invertir, pero no tengo algo formal con nadie, ya que es un tema familiar".

Foto Patricia Carrasco | La Prensa

Desde que Irma Serrano lo compró no ha habido ningún problema "sólo el tema del arrendamiento, con los locales comerciales y algunos departamentos, pero se realizó un desalojo. Él lo recuperó en el 2017, hasta que todo quedó en orden, afirmó.

El tema de la herencia está en orden, la familia está bien. Y dijo que desde 2010 a la actriz se le diagnóstico demencia senil, que le da las personas mayores y es un padecimiento progresivo, no es un tema diferente, "ella no estuvo secuestrada en Chiapas, la gente que la quiso ir a ver lo hizo. Más bien ya no salió a los medios de comunicación ella misma decidió estar en familia. Cuidar su imagen".

Este teatro, ubicado atrás del Museo Nacional de Arte a lo largo de su historia a tenido cierres intemitentes y este último no es la excepción recordó el heredero.

Foto Patricia Carrasco | La Prensa

Irma Serrano lo rescató

El Teatro Fru Fru ha sido un espacio intermitente para espectáculos de bandas emergentes u obras de bajo presupuesto. Fue una locación para películas como Spectre de la franquicia del agente James Bond.

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Lo cierto es que Irma Serrano, al tener un espacio propio se caracterizó a favor de la libertad de expresión, de los indígenas, los adultos mayores y sobretodo las mujeres, de temas sexuales, eroticos, homesexuales. Lo adquirió en 1973, cuando era un espacio antiguo y olvidado el cual ella remodeló, le dio vida y personalidad a lo que hoy conocemos como el Teatro Fru Fru, de estilo Napoleón III y un aforo de mil 300 espectadores.

Foto Patricia Carrasco | La Prensa

En su inauguración con el nombre del Teatro Renacimiento, fue el primero en contar con instalación de luz eléctrica que poco a poco sustituiría los sistemas de alumbrado con hidrógeno. Para su función inaugural se presentó la ópera Aída, a la que asistió toda la alta sociedad capitalina con la intención de escuchar a los italianos Linda Micucci y Cesare Cionnni.

En 1907 cambió de dueños y de nombre: Francisco Cardona y Virginia Fábregas, muy reconocidos en el mundo del teatro, lo compraron y lo rebautizaron como Teatro Virginia Fábregas, en honor a la trayectoria de la actriz.

En febrero de 1950, Virginia Fábregas enfermó, y se anunció que el teatro que llevara su nombre sería demolido. En su lugar construirán un edificio de departamentos cuya planta baja se instalaría un nuevo teatro, moderno y muy bien equipado, que conservaría el nombre de quien fuera su dueña por casi 50 años.

Foto Patricia Carrasco | La Prensa

En mayo de 1954 se inauguró el nuevo Teatro Virginia Fábregas, pilar importante en la vida nocturna de las décadas de los 50 y 60. En ese entonces el teatro de variedades tuvo su auge no solo en la Ciudad de México, sino también en otras de las grandes urbes de América Latina.

La historia cuenta que en la época en que Irma Serrano compró el teatro estaba en pleno apogeo la época del Teatro de Revista, por lo que decidió estrenar su teatro con la muy polémica obra Naná, de Emile Zola, de la que era protagonista, y en la que realizaba escenas con desnudos totales. Un escándalo en esa época, pero la obra estuvo casi siete año en cartelera.

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