Sumergidos en la crisis económica derivada de la pandemia los mexicanos luchan por conservar su empleo y, quienes lo perdieron sufren para encontrar uno. En el Día del Trabajo hay que recordar que fracasó, si existió, la estrategia laboral de los gobiernos federal y locales.
Presumirá la administración federal que el salario mínimo registró un aumento histórico en los últimos dos años, pero, nada hablará de quienes perdieron su empleo. Ahora que subieron el sueldo, cada vez menos gente tiene trabajo.
Además, seguimos regidos con el modelo neoliberal, aún no veo indicios de que eso vaya a cambiar, no veo el impulso a las cooperativas y al autoempleo, tampoco el rescate del campo.
Me queda claro que el mejor apoyo es crear las condiciones para que un mayor número de mexicanos tenga un empleo justamente remunerado, pero en la crisis jamás se cuidó las fuentes de empleo. Micros, pequeñas y medianas empresas quebraron, lo que provocó un número importante de desempleados.
Los sindicatos son sólo herramienta política de los grupos de poder que llegaron y, trinchera de los dejaron de ser gobierno.
De acuerdo con las cifras del Inegi la tasa anual de desocupación subió un punto porcentual en marzo a 3.9%, desde el 2.9% de un año atrás. El mayor desempleo lo registró Quintana Roo con 7.8%; seguido de Ciudad de México con 3.8%; Tlaxcala y Nuevo León con 3.7%.
Otro dato relevante es que el número de la Población Económicamente Activa (PEA) para marzo de este año fue de 57.2%, una caída de 2.6% contra el 59.8% de hace 12 meses, es decir, que hubo personas que dejaron de buscar empleo, por lo que la tasa de desocupación real es más alta.
La tasa de subocupación que mide a las personas que tienen trabajo pero que cuentan con menos horas que las que se consideran para una jornada completa y por consecuencia una menor paga, que aumentó a 13.2%, desde el 9.1% de marzo de 2020, lo que significa un aumento de 4.1%.
Textualmente hay que decirlo: La mejor forma de proteger el empleo es crear las condiciones para que la población económicamente activa tenga un trabajo dignamente remunerado. Los trabajadores aún esperan el cambio verdadero, a ya casi tres años.
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