Hechos son amores y no buenas razones; la histórica pérdida del empleo en México puede traer tiempos más complicados que los de la pandemia y, al Gobierno Federal no parece importarle o no lo entiende.
Si hay menos empleo habrá menos contribuyentes y, en consecuencia, no tendrá recursos para sus programas compensatorios o clientelares, como se les quiera llamar.
Pero el Gobierno Federal negó incluso a los pequeños empresarios, que vivían al día una prórroga en el pago de impuestos, por lo que se vieron en la necesidad de cerrar y dejar sin su trabajo a casi medio millón de personas. Esos impuestos se podrían haber cobrado en octubre o noviembre, cuando la reactivación económica empezara.
Cualquier gobierno de izquierda o progresista tendría como tarea fundamental proteger el trabajo, que es la fuente de la riqueza: empleos dignos y salarios justos son elementos fundamentales en el desarrollo social.
Las cifras del pasado mes abril reportadas por el IMSS dan fe de una pérdida de 555,247 puestos de trabajo en México, lo que representó una caía de menos 2.7%, el mayor descenso en un mes desde que hay registro.
El panorama se complica, porque de acuerdo con la Coparmex al terminar mayo se podría llegar a 1.3 millones de puestos de trabajo perdidos, en el acumulado de la contingencia sanitaria.
Urge instrumentar de inmediato acciones extraordinarias, como el Salario Solidario, para proteger el empleo y el ingreso de las familias.
Las acciones puestas en marcha son escasas e insuficientes, sólo se han registrado 20% de los posibles beneficiarios de los créditos a empresas con trabajadores asegurados al IMSS y, el monto de 25 mil pesos es insuficiente para una empresa formal ya que solo es suficiente para cubrir la nómina de dos trabajadores promedio (alrededor de 9mil pesos al mes por trabajador) durante un mes, indicó Coparmex.
Textualmente hay que decirlo: Urge tomar medidas que rescaten el empleo, porque junto con la salud es lo que saca adelante a las familias mexicanas; ahora hay más de medio millón de padres y madres que sufren porque hay que llevar de comer a los hijos.
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