/ viernes 2 de agosto de 2019

Trabajadores pobres

Deberíamos tener claro que, quien trabaja no debería ser pobre, sin embargo, en México, las personas no cubren sus necesidades elementales con un sueldo. Es necesario tener dos y hasta tres ingresos para vivir decorosamente. Lo que lleva a la necesidad de replantear las reglas de la repartición de la riqueza, pero desde una perspectiva que estimule la inversión, tanto privada como estatal en proyectos productivos.

Los recientes datos del INEGI sobre el crecimiento negativo en términos reales con respecto al mismo trimestre del 2018, reflejan una acción esperada para el cambio de modelo que se pretende hacer desde el Gobierno federal, los empresarios consideran que en el segundo semestre del año la perspectiva será otra, pero los servidores públicos, deben fortalecer la confianza para que esto se dé.

Ahora estamos muy lejos del México de los años 40, cuando “éramos pobres, pero honrados”, en la actualidad vemos un clima de inseguridad insostenible, por lo cual es necesario replantear muchos temas.

La organización Acción Ciudadana frente a la Pobreza, apunta que en este país, para salir de la pobreza no basta trabajar y “echarle ganas”, con base en su análisis de la ENIGH 2018 del INEGI, la cual revela que los 3.5 millones de hogares con menor ingreso perciben $2,351 al mes.

El ingreso promedio por trabajo es de $12 mil pesos al mes; en tanto que los más pobres ganan por su trabajo 1,500 pesos y los hogares con mayores ingresos: $39 mil pesos. La diferencia es de 25 a 1.

Vemos lo que ya sabíamos, la enorme diferencia salarial que existe. El mismos Presidente de la República cuestiona los altos salarios de las administraciones pasadas, pero el punto no está en bajar los sueldos de los de arriba, sino en subir los ingresos de los de abajo.

Encima hay más de 8 millones de hogares con bajos ingresos que no reciben transferencias de programas gubernamentales.

Textualmente hay que decirlo: Los ingresos por trabajo no son suficientes para superar la pobreza. Se puede trabajar y ser pobre. Es una realidad que hay que cambiar, pero habrá que emprender acciones que estimulen la producción, el empleo digno y el salario justo. Pero siento que ronda el fantasma de echar a andar la maquinita de imprimir billetes, eso sería catastrófico.

En Twitter @TXTUALes

Deberíamos tener claro que, quien trabaja no debería ser pobre, sin embargo, en México, las personas no cubren sus necesidades elementales con un sueldo. Es necesario tener dos y hasta tres ingresos para vivir decorosamente. Lo que lleva a la necesidad de replantear las reglas de la repartición de la riqueza, pero desde una perspectiva que estimule la inversión, tanto privada como estatal en proyectos productivos.

Los recientes datos del INEGI sobre el crecimiento negativo en términos reales con respecto al mismo trimestre del 2018, reflejan una acción esperada para el cambio de modelo que se pretende hacer desde el Gobierno federal, los empresarios consideran que en el segundo semestre del año la perspectiva será otra, pero los servidores públicos, deben fortalecer la confianza para que esto se dé.

Ahora estamos muy lejos del México de los años 40, cuando “éramos pobres, pero honrados”, en la actualidad vemos un clima de inseguridad insostenible, por lo cual es necesario replantear muchos temas.

La organización Acción Ciudadana frente a la Pobreza, apunta que en este país, para salir de la pobreza no basta trabajar y “echarle ganas”, con base en su análisis de la ENIGH 2018 del INEGI, la cual revela que los 3.5 millones de hogares con menor ingreso perciben $2,351 al mes.

El ingreso promedio por trabajo es de $12 mil pesos al mes; en tanto que los más pobres ganan por su trabajo 1,500 pesos y los hogares con mayores ingresos: $39 mil pesos. La diferencia es de 25 a 1.

Vemos lo que ya sabíamos, la enorme diferencia salarial que existe. El mismos Presidente de la República cuestiona los altos salarios de las administraciones pasadas, pero el punto no está en bajar los sueldos de los de arriba, sino en subir los ingresos de los de abajo.

Encima hay más de 8 millones de hogares con bajos ingresos que no reciben transferencias de programas gubernamentales.

Textualmente hay que decirlo: Los ingresos por trabajo no son suficientes para superar la pobreza. Se puede trabajar y ser pobre. Es una realidad que hay que cambiar, pero habrá que emprender acciones que estimulen la producción, el empleo digno y el salario justo. Pero siento que ronda el fantasma de echar a andar la maquinita de imprimir billetes, eso sería catastrófico.

En Twitter @TXTUALes