/ viernes 28 de mayo de 2021

Pobreza laboral

Negarán los administradores del país, una y otra vez la realidad. La pobreza laboral empezó en México antes del inicio de la pandemia, la cual aceleró la caída, resultado de la ausencia de una política de protección y fomento al empleo, así como de estímulos fiscales que permitieran sobrevivir a las micro, pequeñas y medianas empresas.

La pobreza laboral aumentó en 26 de las 32 entidades federativas. Destacan Ciudad de México con un incremento de 14.9 puntos porcentuales; Quintana Roo con 10.1 y Baja California Sur con 8.3 puntos, de acuerdo con un estudio del Coneval.

En lugar de asumir su responsabilidad las autoridades empezarán a matizar cifras y reinterpretarlas, pero, lo cierto es que las tres entidades que sufren más son las que basan su economía en los servicios y el turismo, como era de esperarse.

Habrá que recordar que el CONEVAL cuenta con información de la evolución de la pobreza laboral y el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) en forma trimestral desde el 2005, con base en la información proveniente de la Encuesta Nacional de Ocupación de Empleo (ENOE) realizada por el INEGI.

La pobreza laboral (porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria) aumentó 3.8 puntos porcentuales a nivel nacional, al pasar de 35.6% a 39.4% entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre 2021.

Entre los factores que explican el incremento anual de la pobreza laboral se encuentran la disminución anual de 4.8% en el ingreso laboral real y el aumento de las líneas de pobreza extrema por ingresos (valor monetario de la canasta alimentaria), de 3.7% en zonas urbanas y de 4.0% en zonas rurales.

La disminución del ingreso laboral real promedio se concentra en el primer y segundo quintil de ingreso, con disminuciones del 40.8% y 11.5%, respectivamente, mientras que en el 20.0% de la población con mayores ingresos (quinto quintil) esta disminución es de 1.5%. Esto se tradujo en un aumento de la desigualdad del ingreso laboral que, medido a partir del coeficiente de Gini, el cual pasó de 0.490 a 0.512 en el mismo periodo. En el primer trimestre 2021, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de $4,456.58 al mes.

Textualmente hay que decirlo: Los números no son favorables en materia de empleo, porque ni antes, ni durante la pandemia se tomaron las medidas para proteger a la clase laboral, el gobierno debe asumir la responsabilidad de sus decisiones.

En Twitter @TXTUALes

Negarán los administradores del país, una y otra vez la realidad. La pobreza laboral empezó en México antes del inicio de la pandemia, la cual aceleró la caída, resultado de la ausencia de una política de protección y fomento al empleo, así como de estímulos fiscales que permitieran sobrevivir a las micro, pequeñas y medianas empresas.

La pobreza laboral aumentó en 26 de las 32 entidades federativas. Destacan Ciudad de México con un incremento de 14.9 puntos porcentuales; Quintana Roo con 10.1 y Baja California Sur con 8.3 puntos, de acuerdo con un estudio del Coneval.

En lugar de asumir su responsabilidad las autoridades empezarán a matizar cifras y reinterpretarlas, pero, lo cierto es que las tres entidades que sufren más son las que basan su economía en los servicios y el turismo, como era de esperarse.

Habrá que recordar que el CONEVAL cuenta con información de la evolución de la pobreza laboral y el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) en forma trimestral desde el 2005, con base en la información proveniente de la Encuesta Nacional de Ocupación de Empleo (ENOE) realizada por el INEGI.

La pobreza laboral (porcentaje de la población con un ingreso laboral inferior al valor de la canasta alimentaria) aumentó 3.8 puntos porcentuales a nivel nacional, al pasar de 35.6% a 39.4% entre el primer trimestre de 2020 y el primer trimestre 2021.

Entre los factores que explican el incremento anual de la pobreza laboral se encuentran la disminución anual de 4.8% en el ingreso laboral real y el aumento de las líneas de pobreza extrema por ingresos (valor monetario de la canasta alimentaria), de 3.7% en zonas urbanas y de 4.0% en zonas rurales.

La disminución del ingreso laboral real promedio se concentra en el primer y segundo quintil de ingreso, con disminuciones del 40.8% y 11.5%, respectivamente, mientras que en el 20.0% de la población con mayores ingresos (quinto quintil) esta disminución es de 1.5%. Esto se tradujo en un aumento de la desigualdad del ingreso laboral que, medido a partir del coeficiente de Gini, el cual pasó de 0.490 a 0.512 en el mismo periodo. En el primer trimestre 2021, el ingreso laboral real promedio de la población ocupada a nivel nacional fue de $4,456.58 al mes.

Textualmente hay que decirlo: Los números no son favorables en materia de empleo, porque ni antes, ni durante la pandemia se tomaron las medidas para proteger a la clase laboral, el gobierno debe asumir la responsabilidad de sus decisiones.

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