Fui detractor de Andrés Manuel López Obrador, cuando presidí el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, le conocí mejor y me impresionó su capacidad de trabajo y como además con Marcelo Ebrard que era Secretario de Seguridad Pública de la Ciudad de México, bajaban los índices delictivos en la ciudad, en ese tiempo se llevó a cabo la marcha blanca con casi 2 millones de manifestantes, marcha que en un principio sería por la paz y cuando otros grupos empezaron a sumarse, fue en contra de la delincuencia (gran diferencia). Por esos entonces la ultra derecha mexicana, intetaba que Martha Sagún encabezara la marcha, también querían voltear el movimiento en contra de AMLO, me opuse rotundamente. Además de que la responsabilidad era sobre todo de Vicente Fox, era un reclamo contra todos los gobiernos en sus tres niveles y en contra de los tres poderes que no hacían nada por corregir el fenómeno. Me hice ammigo de AMLO, cenó en mi casa, firme la presidencia legítima de México (fuimos 9), marché con él, acampé con él, me enfrenté a amigos y conocidos por él…
Tiempo después me invita Manuel Mondragón a colaborar con él en la seguridad pública federal, acepté por intentar ser conguente con lo que vivía exigiendo (mayor seguridad), y ahora tenía la oportunidad de corregir aquello que criticaba. Busqué sin éxito a AMLO para comentarle, luego de unos años de luchar contra el sistema y con frustraciones terribles. Sacan una órden de aprehensión en mi contra y me convierto en prófugo de la injusticia mexicana, el conductor de noticias en televisión más importante de esa época y su esposa, así como el entonces Jefe de Gobierno, estaban extorsionando a una amiga muy querida y por supuesto la ayudé en todo lo que pude, esto hizo que el gobierno de la ciudad se volviera en mi contra, muchos medios replicaron la nota enviada desde comunicación social del gobierno citadino, desprestigiándome. Varios meses fuera del país y un tribunal colegiado me declara inocente, con una nota especial, diciendo que nunca se me debió haber indiciado.
López Obrador jamás me llamó para saber si algo necesitaba, aún así seguí creyendo en él y escribiendo en su favor en distintos medios. Cuando ganó yo estaba feliz y suponía que todo mejoraría, empezó generando desabasto de gasolinas para enfrentar al huachicol, me pareció una medida extrema e insensata, antes de ello nombra a Manuel Espino ex líder del Yunque organización de ultra derecha, director de Proteción Federal, me pareció rarísimo, yo había defendido a AMLO de este y otros personajes y grupos similares. Cancela con cierta razón el aeropuerto de Texcoco, pero fue políticamente incorrecto. Quiere separar al Estado mexicano de los empresarios, pero los vuelve sus enemigos ¡que grave equivocación!, intenta separar a la polblación entre ricos y pobres, chairos y fifís, generando un resentimiento social inaceptable siendo el presidente de todos los mexicanos. El sistema de salud está fatal, la mega farmacia es una pifia, la inseguridad púbica es una tragedia, los homicidios y desapariciones son más que en otros sexenios, la opacidad en el gasto de los macro pryectos es inaceptable, los más 800 mil muertos por Covid y el daño a la economía de las familias son su responsabilidad, no la pandemia, sino la forma de enfrentarla; esconder o negar la contratación de deuda es un fraude a los mexicanos, la corrupción no disminuyó y los escándalos al respecto son brutales. De todo le echa la culpa a los gobernates del pasado, pero no hay denuncias. El hombre fuerte, honesto y resiliente que conocí, es hoy la víctima de todos, empresarios, intelectuales, periodistas, grupos y facciones, gobernates de otros países, etc… No puede ser, ¡que gran decepción!
Opinión por Fernando Schütte Elguero
@FSchutte
