/ domingo 5 de noviembre de 2023

La pandemia cambió la forma de vivir el duelo ante la muerte de un ser querido

Erick Herrera, director general de Funeza, empresa de servicios funerarios, señaló que es muy importante entender que el funeral tiene vital relevancia en el proceso de duelo, como parte de la salud mental y emocional de familiares y amigos

A pesar de que los mexicanos tenemos una cultura que hace referencia constante a la muerte y, quizá es el único país en el mundo que tiene un día en específico para celebrarla, “no nos gusta hablar de este tema en serio”, considera Erick Herrera Porcallo, director general de Funeza, empresa de servicios funerarios.

En ocasión de la celebración del Día de Muertos, en entrevista con LA PRENSA, Erick Herrera recordó los momentos más críticos de la pandemia de Covid-19, que provocaron miles de fallecimientos y que dejó una huella imborrable en la memoria colectiva.

“A partir de la pandemia entendimos la relevancia social que tiene la parte de servicios funerarios y que debería encajar en las prestaciones del sector salud, porque es el eslabón que cierra el ciclo de la vida”, indicó Herrera Porcallo.

Lee también: ¿Cuándo un duelo se vuelve disfuncional? Especialistas te dicen

Recordó que en México, como en otros países, como fue el caso de Italia, España e incluso Estados Unidos, junto al colapso de los servicios de salud, también se registró un colapso en los servicios funerarios, que forman parte del cierre del ciclo vital.

“Desafortunadamente, aunque pareciera que ya pasó mucho tiempo de la pandemia, en realidad, fue apenas hace unos meses que se declaró oficialmente su término”, recordó, al destacar que esta crisis de salud no solo provocó una alta pérdida de vidas humanas, sino también detonó un problema de salud mental.

Hoy en día, organismos internacionales como la OMS, la ONU y el Foro Económico Mundial reconocen la salud mental como un tema prioritario en su agenda 2030, incluso, a la par de temas como el cambio climático y temas económicos.

El sector privado, junto con asociaciones civiles y dependencias gubernamentales, impulsan programas para concientizar y educar a la población con respecto al fin de la vida, ya que muchas personas ven los servicios funerarios como los encargados de la disposición final, a través de la inhumación o la cremación.

Sin embargo, destacó Erick Herrera, es muy importante entender que el funeral tiene vital relevancia en el proceso de duelo, como parte de la salud mental y emocional de familiares y amigos.

Incluso, comentó que actualmente Funeza tiene el podcast “Ritmo del Corazón”, donde se habla de temas generales sobre salud física, salud mental y cuidado emocional, así como temas de tanatología, y recientemente se integró una iniciativa con un binomio canino, que junto con un especialista en tanatología, brinda apoyo emocional a todas las personas que viven una pérdida o un momento complicado en su vida.

Es necesario impulsar programas que ayuden a la población a comprender el fin de la vida, pero también la importancia de tener “una vida bien vivida, del cuidado de la salud física y emocional”, puntualizó Erick Herrera al considerar que el mayor uso de tecnología ha provocado cambios en la sociabilización de las personas, especialmente entre los jóvenes, lo que ha provocado sentimientos de desánimo, aislamiento, depresión y, por ende, aumento de suicidios, lo que requiere un abordaje y atención diferente.

“Los decesos por suicidio son consecuencia de un cúmulo de emociones mal manejadas, que muchas veces pasan desapercibidas por las familias, lo que deja un profundo sentimiento de culpa en los padres y círculo cercano, provocando un impacto muy distinto al que tiene un deceso por otras causas”, indicó.

Independientemente de la religión que profese la familia es importante seguir cierto ritual de despedida

Ritual de despedida

El funeral es una parte fundamental para cerrar el proceso de duelo sano y tiene especial vinculación con la calidad de salud mental de la familia que vive una pérdida, indicó Herrera Porcallo.

Independientemente de la religión que profese la familia es importante seguir cierto ritual de despedida, indicó, al comentar que hasta hace algunos años, cuando existía una cremación, la Iglesia católica prohibía que la familia pudiera tener en su propio domicilio las cenizas.

“Esto ha tenido que evolucionar a partir de las necesidades reales de la sociedad, sobre todo, a raíz de la pandemia, donde las familias no pudieron despedir adecuadamente a sus seres queridos”.

Durante la pandemia la demanda de servicios funerarios se multiplicó por tres o cuatro veces, comentó Erick Herrera; antes de la crisis sanitaria, dijo, se atendían alrededor de 6 mil servicios en promedio al año, pero durante 2020 y 2021 esta cifra se incrementó en 18 mil y 14 mil servicios, respectivamente.

“Muchos de los servicios que brindamos durante la pandemia fueron bajo un principio de responsabilidad y compromiso social, por lo que estuvimos trabajando de manera conjunta con gobiernos locales y el gobierno federal para donar servicios a familias de personas fallecidas por Covid-19 que no tenían para cubrir este pago”, informó.

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Señaló que la crisis sanitaria provocó un cambio radical en la contratación de los servicios funerarios, con la desestigmatización y popularización de la cremación en ciertos segmentos de la población.

Comentó que, durante la pandemia, la mayoría de los servicios funerarios no tuvieron costo, porque se proporcionaron a la población a través de programas sociales en un trabajo conjunto, entre gobierno y empresas de la iniciativa privada.

Sin embargo, señaló que “como sucede siempre en cualquier tragedia hubo algunos oportunistas que vieron la manera de lucrar con la situación y el dolor de las familias, e incrementaron los precios de manera abusiva.

“Todavía a finales de 2021, cuando se empezó a normalizar el número de fallecimientos, ya post-pandemia, ha habido incremento en los precios, pero esto ha sido con apego a la inflación, por lo que no ha habido un aumento significativo ni tampoco una alza relacionada con el tema de la pandemia”, informó.

Cuando un duelo se vuelve crónico

“A través del acompañamiento que dimos a diversas familias en tiempos de pandemia, lo que detectamos es que el no tener una ceremonia para despedir a un ser querido, incluso, abrazarse como familia y darle el último adiós, dejó una herida abierta y muy dolorosa”, recordó.

“Desgraciadamente, durante ese periodo vimos familias que no perdieron a uno o a dos de sus integrantes, sino que tuvieron una pérdida de muchos miembros en muy poco tiempo”, indicó Christian Mirelle Terrón Navarrete, al señalar que esto en muchos casos provocó un duelo prolongado.

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A raíz de esa devastadora experiencia, Funeza implementó desde este año un programa de Recuperación Emocional, que integran especialistas en tanatología y perros de terapia, entrenados específicamente para acompañar en estos momentos a las familias.

“Esta atención tiene el propósito de vivir este proceso de duelo, de reconocer el dolor y aprender a vivir con él, sin que duela tanto”, explicó Christian Terrón, al precisar que este proceso debe pasar por todas las etapas de un duelo para poder sanar y aceptar que “aunque los seres queridos ya no están, nos siguen acompañando en nuestros corazones”, precisó.

Lo importante es generar una cultura de preparación para el último adiós, que las familias tengan previstos estos acontecimientos, sepan qué trámites se necesitan hacer y qué documentos se deben de tener, entre otros aspectos.

El Día de Muertos debe ser una fecha para que se reflexione sobre este tema.

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A pesar de que los mexicanos tenemos una cultura que hace referencia constante a la muerte y, quizá es el único país en el mundo que tiene un día en específico para celebrarla, “no nos gusta hablar de este tema en serio”, considera Erick Herrera Porcallo, director general de Funeza, empresa de servicios funerarios.

En ocasión de la celebración del Día de Muertos, en entrevista con LA PRENSA, Erick Herrera recordó los momentos más críticos de la pandemia de Covid-19, que provocaron miles de fallecimientos y que dejó una huella imborrable en la memoria colectiva.

“A partir de la pandemia entendimos la relevancia social que tiene la parte de servicios funerarios y que debería encajar en las prestaciones del sector salud, porque es el eslabón que cierra el ciclo de la vida”, indicó Herrera Porcallo.

Lee también: ¿Cuándo un duelo se vuelve disfuncional? Especialistas te dicen

Recordó que en México, como en otros países, como fue el caso de Italia, España e incluso Estados Unidos, junto al colapso de los servicios de salud, también se registró un colapso en los servicios funerarios, que forman parte del cierre del ciclo vital.

“Desafortunadamente, aunque pareciera que ya pasó mucho tiempo de la pandemia, en realidad, fue apenas hace unos meses que se declaró oficialmente su término”, recordó, al destacar que esta crisis de salud no solo provocó una alta pérdida de vidas humanas, sino también detonó un problema de salud mental.

Hoy en día, organismos internacionales como la OMS, la ONU y el Foro Económico Mundial reconocen la salud mental como un tema prioritario en su agenda 2030, incluso, a la par de temas como el cambio climático y temas económicos.

El sector privado, junto con asociaciones civiles y dependencias gubernamentales, impulsan programas para concientizar y educar a la población con respecto al fin de la vida, ya que muchas personas ven los servicios funerarios como los encargados de la disposición final, a través de la inhumación o la cremación.

Sin embargo, destacó Erick Herrera, es muy importante entender que el funeral tiene vital relevancia en el proceso de duelo, como parte de la salud mental y emocional de familiares y amigos.

Incluso, comentó que actualmente Funeza tiene el podcast “Ritmo del Corazón”, donde se habla de temas generales sobre salud física, salud mental y cuidado emocional, así como temas de tanatología, y recientemente se integró una iniciativa con un binomio canino, que junto con un especialista en tanatología, brinda apoyo emocional a todas las personas que viven una pérdida o un momento complicado en su vida.

Es necesario impulsar programas que ayuden a la población a comprender el fin de la vida, pero también la importancia de tener “una vida bien vivida, del cuidado de la salud física y emocional”, puntualizó Erick Herrera al considerar que el mayor uso de tecnología ha provocado cambios en la sociabilización de las personas, especialmente entre los jóvenes, lo que ha provocado sentimientos de desánimo, aislamiento, depresión y, por ende, aumento de suicidios, lo que requiere un abordaje y atención diferente.

“Los decesos por suicidio son consecuencia de un cúmulo de emociones mal manejadas, que muchas veces pasan desapercibidas por las familias, lo que deja un profundo sentimiento de culpa en los padres y círculo cercano, provocando un impacto muy distinto al que tiene un deceso por otras causas”, indicó.

Independientemente de la religión que profese la familia es importante seguir cierto ritual de despedida

Ritual de despedida

El funeral es una parte fundamental para cerrar el proceso de duelo sano y tiene especial vinculación con la calidad de salud mental de la familia que vive una pérdida, indicó Herrera Porcallo.

Independientemente de la religión que profese la familia es importante seguir cierto ritual de despedida, indicó, al comentar que hasta hace algunos años, cuando existía una cremación, la Iglesia católica prohibía que la familia pudiera tener en su propio domicilio las cenizas.

“Esto ha tenido que evolucionar a partir de las necesidades reales de la sociedad, sobre todo, a raíz de la pandemia, donde las familias no pudieron despedir adecuadamente a sus seres queridos”.

Durante la pandemia la demanda de servicios funerarios se multiplicó por tres o cuatro veces, comentó Erick Herrera; antes de la crisis sanitaria, dijo, se atendían alrededor de 6 mil servicios en promedio al año, pero durante 2020 y 2021 esta cifra se incrementó en 18 mil y 14 mil servicios, respectivamente.

“Muchos de los servicios que brindamos durante la pandemia fueron bajo un principio de responsabilidad y compromiso social, por lo que estuvimos trabajando de manera conjunta con gobiernos locales y el gobierno federal para donar servicios a familias de personas fallecidas por Covid-19 que no tenían para cubrir este pago”, informó.

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Señaló que la crisis sanitaria provocó un cambio radical en la contratación de los servicios funerarios, con la desestigmatización y popularización de la cremación en ciertos segmentos de la población.

Comentó que, durante la pandemia, la mayoría de los servicios funerarios no tuvieron costo, porque se proporcionaron a la población a través de programas sociales en un trabajo conjunto, entre gobierno y empresas de la iniciativa privada.

Sin embargo, señaló que “como sucede siempre en cualquier tragedia hubo algunos oportunistas que vieron la manera de lucrar con la situación y el dolor de las familias, e incrementaron los precios de manera abusiva.

“Todavía a finales de 2021, cuando se empezó a normalizar el número de fallecimientos, ya post-pandemia, ha habido incremento en los precios, pero esto ha sido con apego a la inflación, por lo que no ha habido un aumento significativo ni tampoco una alza relacionada con el tema de la pandemia”, informó.

Cuando un duelo se vuelve crónico

“A través del acompañamiento que dimos a diversas familias en tiempos de pandemia, lo que detectamos es que el no tener una ceremonia para despedir a un ser querido, incluso, abrazarse como familia y darle el último adiós, dejó una herida abierta y muy dolorosa”, recordó.

“Desgraciadamente, durante ese periodo vimos familias que no perdieron a uno o a dos de sus integrantes, sino que tuvieron una pérdida de muchos miembros en muy poco tiempo”, indicó Christian Mirelle Terrón Navarrete, al señalar que esto en muchos casos provocó un duelo prolongado.

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A raíz de esa devastadora experiencia, Funeza implementó desde este año un programa de Recuperación Emocional, que integran especialistas en tanatología y perros de terapia, entrenados específicamente para acompañar en estos momentos a las familias.

“Esta atención tiene el propósito de vivir este proceso de duelo, de reconocer el dolor y aprender a vivir con él, sin que duela tanto”, explicó Christian Terrón, al precisar que este proceso debe pasar por todas las etapas de un duelo para poder sanar y aceptar que “aunque los seres queridos ya no están, nos siguen acompañando en nuestros corazones”, precisó.

Lo importante es generar una cultura de preparación para el último adiós, que las familias tengan previstos estos acontecimientos, sepan qué trámites se necesitan hacer y qué documentos se deben de tener, entre otros aspectos.

El Día de Muertos debe ser una fecha para que se reflexione sobre este tema.

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