/ domingo 25 de septiembre de 2022

A 100 días del asesinato de curas jesuitas, crimen sigue impune: Iglesia Católica

El asesinato en Cerocahui se sumó a otros tantos miles de muertes violentas en México, pero este hecho en particular llamó la atención y la indignación de la sociedad mexicana

La iglesia católica capitalina recordó que han pasado 100 días del asesinato de un padre de familia y 2 jesuitas en Cerocahui (Chihuahua) y la impunidad amenaza con salir triunfante una vez más.

El asesinato en Cerocahui se sumó a otros tantos miles de muertes violentas en México, pero este hecho en particular llamó la atención y la indignación de la sociedad mexicana de manera sobresaliente.

Aunque tras esos 100 días, dijo sentir el llamado a seguir abriendo las puertas de los templos para acoger y consolar; “nos sentimos llamados a hablar fuerte, a unir y a dialogar, a orar con insistencia por la justicia y la paz”.

En su editorial titulado “100 días” publicado en su órgano informativo Desde la Fe, refirió que el 28 de septiembre se cumplen 100 días del asesinato de Pedro Palma y de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora.

“Se siente amenazante sobre nosotros la losa de la impunidad y la condena al olvido; pero la muerte de los justos nunca puede ser sellada por esa losa, porque su muerte siempre se transforma en reclamo de justicia y fermento de paz, porque sus vidas no se pueden olvidar, se vuelven todos sus actos y palabras un memorial”, resaltó.

La Arquidiócesis Primada de México describió que un hombre trabajador, padre y esposo, intentó escapar de su victimario en la Iglesia; un par de sacerdotes jesuitas, amados misioneros de aquella región, intentaron a su vez protegerlo y auxiliarlo sacramentalmente, y en ello encontraron la muerte violenta.

Sus cuerpos cayeron entre el altar y el Sagrario, el padre Joaquín empuñaba los santos oleos.

Sus cuerpos fueron sustraídos para correr la suerte de tantos y tantas: desaparecer. A los pocos días, gracias a Dios, se recuperaron los cuerpos de Pedro, Joaquín y Javier, cosa que no sucede desafortunadamente para miles de familias.

El pueblo de Cerocahui pudo sepultar a sus padres asesinados, pero la muerte de éstos ha sido fermento de paz, de indignación, y reclamo de justicia del pueblo ante las muertes violentas y la impunidad, que para este caso particular se cumplen 100 días, pero se suma a muchos más días de injusticia e impunidad, confirmó.

No llegamos a los 100 días sólo con saldos negativos por la falta de verdad y de acceso a la justicia, llegamos con una fuerza renovada y el deseo fortalecido para construir la paz

“Llevamos 100 días de lágrimas, encuentros, fiesta, acciones, oración, reflexión, conversas y muchas búsquedas para encaminarnos a construir esa paz, que, como dice el Papa Francisco, sabemos que es trabajosa y artesanal”.

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La paz se construye con el diálogo y la amistad social, que consiste en acercarse, conocerse, escucharse, mirarse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto; todo eso se resume en el verbo dialogar, dice el Pontífice.

La sede eclesiástica capitalina señaló que el pasado 21 de septiembre, fiesta del Apóstol Mateo y Día Mundial de la Paz, la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Religiosos y Religiosas de México y los Jesuitas, presentaron los Conversatorios por la Paz, una iniciativa que llama a dialogar a familias, vecinos, amigos, compañeros, escuelas.

Toda la comunidad está invitada a participar de esta iniciativa que se suma a otras tantas que han pasado en estos días.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

La iglesia católica capitalina recordó que han pasado 100 días del asesinato de un padre de familia y 2 jesuitas en Cerocahui (Chihuahua) y la impunidad amenaza con salir triunfante una vez más.

El asesinato en Cerocahui se sumó a otros tantos miles de muertes violentas en México, pero este hecho en particular llamó la atención y la indignación de la sociedad mexicana de manera sobresaliente.

Aunque tras esos 100 días, dijo sentir el llamado a seguir abriendo las puertas de los templos para acoger y consolar; “nos sentimos llamados a hablar fuerte, a unir y a dialogar, a orar con insistencia por la justicia y la paz”.

En su editorial titulado “100 días” publicado en su órgano informativo Desde la Fe, refirió que el 28 de septiembre se cumplen 100 días del asesinato de Pedro Palma y de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora.

“Se siente amenazante sobre nosotros la losa de la impunidad y la condena al olvido; pero la muerte de los justos nunca puede ser sellada por esa losa, porque su muerte siempre se transforma en reclamo de justicia y fermento de paz, porque sus vidas no se pueden olvidar, se vuelven todos sus actos y palabras un memorial”, resaltó.

La Arquidiócesis Primada de México describió que un hombre trabajador, padre y esposo, intentó escapar de su victimario en la Iglesia; un par de sacerdotes jesuitas, amados misioneros de aquella región, intentaron a su vez protegerlo y auxiliarlo sacramentalmente, y en ello encontraron la muerte violenta.

Sus cuerpos cayeron entre el altar y el Sagrario, el padre Joaquín empuñaba los santos oleos.

Sus cuerpos fueron sustraídos para correr la suerte de tantos y tantas: desaparecer. A los pocos días, gracias a Dios, se recuperaron los cuerpos de Pedro, Joaquín y Javier, cosa que no sucede desafortunadamente para miles de familias.

El pueblo de Cerocahui pudo sepultar a sus padres asesinados, pero la muerte de éstos ha sido fermento de paz, de indignación, y reclamo de justicia del pueblo ante las muertes violentas y la impunidad, que para este caso particular se cumplen 100 días, pero se suma a muchos más días de injusticia e impunidad, confirmó.

No llegamos a los 100 días sólo con saldos negativos por la falta de verdad y de acceso a la justicia, llegamos con una fuerza renovada y el deseo fortalecido para construir la paz

“Llevamos 100 días de lágrimas, encuentros, fiesta, acciones, oración, reflexión, conversas y muchas búsquedas para encaminarnos a construir esa paz, que, como dice el Papa Francisco, sabemos que es trabajosa y artesanal”.

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La paz se construye con el diálogo y la amistad social, que consiste en acercarse, conocerse, escucharse, mirarse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto; todo eso se resume en el verbo dialogar, dice el Pontífice.

La sede eclesiástica capitalina señaló que el pasado 21 de septiembre, fiesta del Apóstol Mateo y Día Mundial de la Paz, la Conferencia del Episcopado Mexicano, la Conferencia de Religiosos y Religiosas de México y los Jesuitas, presentaron los Conversatorios por la Paz, una iniciativa que llama a dialogar a familias, vecinos, amigos, compañeros, escuelas.

Toda la comunidad está invitada a participar de esta iniciativa que se suma a otras tantas que han pasado en estos días.

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