Es preciso regular las aplicaciones en las que se ofertan viviendas en renta, principalmente para turistas extranjeros, ante el hecho de que el acelerado crecimiento de las plataformas digitales se ha basado, en buena medida, a la falta de un marco normativo que establezca derechos y obligaciones puntuales para las empresas.
Lo anterior fue reconocido por la diputada integrante de la bancada del PAN en el Congreso de la Ciudad de México, Frida Guillén Ortiz, quien mediante una iniciativa en torno a la Ley de Alojamiento Turístico, sobre plataformas digitales de la capital del país, propone que la Secretaría de Turismo (SECTUR) del gobierno citadino otorgue las autorizaciones a la persona que quiera prestar el servicio de alojamiento turístico por medio de sus casas, departamentos, condominios y todo tipo de instalaciones no hoteleras, pero aptas para alojar visitantes a la metrópoli tanto nacionales como extranjeros.
Refirió que para ello, deben cumplir con el pago del impuesto por la prestación de servicios de hospedaje por medio de plataformas y la SECTUR, es quien deberá́ valorar la viabilidad de incrementar la oferta de este servicio en zonas específicas de la urbe.
Y explicó que, si una persona tiene cuatro departamentos, uno lo podrá utilizar cómodamente para Airbnb y si quiere rentar los demás, necesita el permiso y autorización de la Secretaría de Turismo.
“Así evitamos que a las empresas se les ocurra seguir construyendo viviendas que solo puedan ser destinadas a las rentas por plataformas de hospedaje y habitadas nada más por extranjeros. Con este conjunto de acciones buscamos terminar con la absurda realidad imperante de tener gente sin vivienda y vivienda sin gente”, delineó al hacer declaraciones sobre el tema.
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En su calidad de presidenta de la Comisión de Turismo del recinto de Donceles y Allende, dijo que una ciudad innovadora y de derechos no puede permitir que sus propios habitantes no tengan derecho a la vivienda digna y por ello, sin duda, no es que el gobierno deba darle a cada capitalino una casa o departamento donde vivir, pero a lo que sí hay obligación, es a garantizar un piso parejo, para que todos puedan, con sus propios medios, esfuerzo y trabajo, acceder a un lugar dónde vivir.
Hizo notar que la renta promedio de una vivienda en zonas céntricas de la Ciudad de México pasó de 13 mil pesos mensuales a 26 mil en tan solo 3 años, con incrementos hasta de un 50 por ciento, promediando el alquiler en los 44 mil pesos.
Esto, añadió, mientras que el 35 por ciento de los trabajadores en México gana entre 5 mil y 10 mil 400 pesos mensuales, y tan solo el 1 por ciento de la población percibe un salario de más de 35 mil pesos.
Insistió que el acelerado crecimiento de las plataformas digitales se ha basado, en buena medida, a la falta de un marco normativo que establezca derechos y obligaciones puntuales para las empresas, permitiendo la evasión fiscal y el incumplimiento de otras cargas legales por parte de estos actores que ponen en desventaja a los prestadores de servicios de alojamiento tradicional.
Ejemplificó que para poder abrir un hotel, es necesario cumplir con aproximadamente 44 permisos en 7 dependencias distintas, con costo de casi 10 millones de pesos, mientras que las plataformas digitales como Airbnb no requieren ningún permiso, basta con cubrir requisitos básicos como contar con credencial de elector, una foto del anfitrión y al menos una imagen del inmueble, datos de contacto y el compromiso de asegurar que se cumpla con las fechas que se ofertan y las reservas que se contraten digitalmente.
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