/ sábado 27 de mayo de 2023

Trabajadoras se dividen entre la doble jornada, la informalidad laboral y precarios salarios

La investigadora del IMCO, Fernanda García, indicó además que las mujeres ganan 15% menos respecto a los hombres al realizar un trabajo igual

En México, el 45% de las mujeres en edad productiva, es decir, de 15 años y más, participan en el mercado laboral, cifra que está por debajo de la participación de los hombres, que es alrededor del 76%; 7 de cada 10 son madres, pero más de la mitad (55%) trabaja en la informalidad, por lo que carecen de prestaciones como servicios de salud y guardería para sus hijos.

Además, las mujeres ganan 15% menos respecto a los hombres al realizar un trabajo igual, indicó la investigadora Fernanda García, coordinadora de Mujer en la Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), quien precisó que esta brecha salarial es resultado de una serie de desigualdades estructurales para la mujer en el mercado laboral.

La investigadora habló con LA PRENSA sobre la situación laboral que enfrentan las madres mexicanas y la conveniencia de alentar la participación económica femenina para el país.

Este rezago, indicó Fernanda García, también se observa al comparar a México con economías similares, como es el caso de Brasil y Colombia, donde la tasa de participación femenina asciende a 52%.

Señaló que uno de los principales factores que limita la participación de las mujeres en la actividad productiva es el tema de cuidados, ya que ellas dedican 2.5 veces más tiempo al trabajo no remunerado.

Esto se traduce en tener menos tiempo disponible para el mercado laboral, dedicar menos tiempo al estudio para elevar la preparación educativa o laboral, e incluso, para descansar y atender su propia salud, destacó la especialista.

Incertidumbre y precariedad laboral

“El 55% de las mujeres que se desempeñan en el mercado laboral carecen de prestaciones, como servicios de salud y guardería. En las empresas vemos que ellas representan el 36% de la plantilla laboral, pero este porcentaje disminuye a 4% en puestos de dirección general”, indicó.

“Todavía hay mucho que hacer para que las mujeres no solo entren al mercado laboral, sino que también crezcan y permanezcan”, puntualizó la especialista del IMCO, al comentar que las madres trabajadoras tienen en promedio 1 o 2 hijos, y 67% de ellas ganan de 1 hasta 2 salarios mínimos.

Con los estudios realizados por el IMCO han podido detectar que las madres tienden a buscar empleos más flexibles para poder compaginar su vida laboral y familiar, por lo que estos puestos de trabajo generalmente están en la informalidad, tienen menor salario, son trabajos por cuenta propia, o requieren menos horas, lo cual repercute directamente en su ingreso.

Entre el trabajo, los hijos y el hogar

Fernanda García informó que en México, la principal fuente de cuidado de los niños y las niñas es la red familiar, lo que nos habla de la necesidad de impulsar un sistema público de cuidado infantil, que realmente permitan a las madres contar con un servicio profesional, seguro, accesible, de confianza y cerca de la zona donde trabajan o viven.

El IMCO midió la cobertura de servicios de cuidado infantil y detectó que, a nivel nacional, el 36% de las niñas y los niños de cero a 5 años tienen acceso a un servicio de guardería, centro de cuidados o preescolar, lo que significa que el 74% restante está bajo el cuidado de algún familiar.

Para el caso de la Ciudad de México, la cobertura es de 38% de niños y niñas de 0 a 5 años, por lo que ocupa la posición 14 de los 32 estados del país, informó Fernanda García.

Señaló que los estados que tienen las coberturas más altas son: Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí, Sinaloa y Yucatán, con porcentajes por arriba del 40%. Las entidades con las más bajas coberturas son: Veracruz, Tamaulipas, Estado de México y Morelos, con 30% o menos.

La investigadora del IMCO destacó que la cobertura de cuidados infantiles disminuyó en el último año, al pasar de 38% en 2022 a 36% en 2023; es decir, se redujo en 2 puntos porcentuales.

Con estos datos, la especialista comentó: “el hecho de que más del 50% de las mujeres trabajadoras se desempeñen en la informalidad, las excluye de facto para acceder a un sistema de guarderías institucional, toda vez que la mayor cobertura de este servicio está sujeto a las prestaciones laborales del empleo formal”.

Recordó que antes existían las estancias infantiles para las madres con empleo informal, y en esta situación también va muy de la mano la cancelación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo.

Desaparición del programa de escuelas de tiempo completo

En el último año de operación, el Programa de Escuelas de Tiempo Completo daba servicio en más de 25 mil planteles en beneficio de 3.6 millones de estudiantes. “No sabemos qué pasó con esos 3.6 millones de niños, niñas y sus mamás”.

La investigadora Fernanda García señaló que esto significa que dicho programa beneficiaba a 1 de cada 5 estudiantes del país. “Esto es una cifra altísima y, la verdad, sí es lamentable que se haya cancelado este programa que brindaba diversos beneficios y que incluso fue evaluado a nivel internacional”.

Informó que, de acuerdo con dichas evaluaciones, se encontró que durante el período que operó el Programa Escuela de Tiempo Completo se logró reducir el rezago educativo grave en 9% y disminuyó el abandono escolar en 20%.

También mejoró el nivel de las pruebas estandarizadas y aumentó el acceso a alimentos para niños y niñas en situación de pobreza, lo que significó que para 7 de cada 10 alumnos que recibían un desayuno en el Programa de Escuela de Tiempo Completo era su primer alimento del día.

“Estos son algunos beneficios educativos y sociales que tenía el programa de Escuelas de Tiempo Completo, pero también sabemos que representaba un beneficio para las madres trabajadoras, a quienes permitía su permanencia en el mercado laboral”, comentó la especialista.

La investigadora también indicó que el programa de Escuela de Tiempo Completo estaba dentro del presupuesto federal y los recursos se destinaban a cada entidad. “Ahora, esos recursos pasaron al programa la Escuela es Nuestra, el cual tiene otro objetivo en sí mismo, no es brindar el apoyo de tiempo completo; más bien es un tema de infraestructura”.

Comentó que luego este programa se modificó para que pudiera tener un componente de “tiempo completo”, pero ese esquema queda a discrecionalidad del consejo consultivo de cada escuela, y “sí considera que no es una necesidad no se va a implementar…Todavía no vemos los resultados, sí ese dinero se ha gastado o no en un esquema de tiempo completo, pero lo que vemos es que se trata de una adaptación mezclada”.

Maternidad penalizada

Ante las condiciones laborales cada vez más adversas, las mujeres han decidido postergar más su maternidad, comentó Fernanda García, coordinadora de Mujer en la Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Desde hace una o dos décadas la tasa de natalidad va en disminución, es un hecho que tener hijos y la maternidad tiene una penalización, incluso, desde el momento del embarazo, comentó.

En México, está prohibido solicitar una prueba de embarazo para entrar a trabajar, pero esta práctica sigue ocurriendo, lo cual constituye una forma de discriminación y violencia contra las mujeres, señaló.

“Uno de los tipos de violencia laboral más reportados por las mujeres es la discriminación; 2 de cada 10 sufren la discriminación por razones de género a lo largo de su vida”.

Además, el 1% de las mujeres revela que se le pidió una prueba de embarazo para entrar a trabajar, cifra que en el Estado de México aumenta hasta un 10%, lo que representa un acto de discriminación y violencia.

Trabajo igual y ¿salario igual?

El 67% de las madres que tienen un empleo remunerado ganan máximo hasta 2 salarios mínimos, informó Fernanda García, al señalar que las mujeres dedican 40 horas a la semana al trabajo no remunerado, mientras los hombres solo dedican 16.

“Esas 40 horas constituyen prácticamente otra jornada de tiempo completo”, destacó la especialista, al precisar que las mujeres dedican el 64% de su tiempo a tareas del hogar y cuidado, y 34% al trabajo remunerado, mientras que los hombres dedican 27% de su tiempo a tareas del hogar y 70% al trabajo remunerado”.

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“La brecha salarial de 15% entre hombres y mujeres es el reflejo de una serie de desigualdades estructurales en el mercado laboral, donde las mujeres tienden a concentrarse en sectores productivos que tienen una remuneración más precaria y con menor número de horas dedicadas al trabajo remunerado”

Fernanda García destacó que el trabajo no remunerado de las mujeres alcanza un valor económico de 6.8 billones de pesos, lo que equivale al 26% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

“Si el trabajo no remunerado fuera un sector económico en el país estaría muy por encima de los sectores económicos más grandes, como son el comercio que tiene un valor de 20%, la industria manufacturera de 18% y los servicios inmobiliarios de 10%”, comentó.

La investigadora del IMCO explicó que este trabajo no remunerado que realizan las mujeres genera valor no solo para la familia, sino para toda la sociedad y el país, ya que permite a otras personas cumplir con sus actividades económicas, como ir a trabajar o estudiar.

Informó que de acuerdo con estimaciones del IMCO para 2030, el PIB del país podría ser 15% mayor si se suman 8 millones de mujeres a la economía formal.

“Esto es reflejo de la importancia que tiene sumar a más mujeres a la vida productiva, lo que les permite tener un ingreso propio, autonomía económica y un mayor ingreso para sus hogares”, indicó Fernanda García.

Es un tema que nos conviene a todos, que tiene un beneficio económico para las mujeres, las empresas y todo el país, concluyó.

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En México, el 45% de las mujeres en edad productiva, es decir, de 15 años y más, participan en el mercado laboral, cifra que está por debajo de la participación de los hombres, que es alrededor del 76%; 7 de cada 10 son madres, pero más de la mitad (55%) trabaja en la informalidad, por lo que carecen de prestaciones como servicios de salud y guardería para sus hijos.

Además, las mujeres ganan 15% menos respecto a los hombres al realizar un trabajo igual, indicó la investigadora Fernanda García, coordinadora de Mujer en la Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), quien precisó que esta brecha salarial es resultado de una serie de desigualdades estructurales para la mujer en el mercado laboral.

La investigadora habló con LA PRENSA sobre la situación laboral que enfrentan las madres mexicanas y la conveniencia de alentar la participación económica femenina para el país.

Este rezago, indicó Fernanda García, también se observa al comparar a México con economías similares, como es el caso de Brasil y Colombia, donde la tasa de participación femenina asciende a 52%.

Señaló que uno de los principales factores que limita la participación de las mujeres en la actividad productiva es el tema de cuidados, ya que ellas dedican 2.5 veces más tiempo al trabajo no remunerado.

Esto se traduce en tener menos tiempo disponible para el mercado laboral, dedicar menos tiempo al estudio para elevar la preparación educativa o laboral, e incluso, para descansar y atender su propia salud, destacó la especialista.

Incertidumbre y precariedad laboral

“El 55% de las mujeres que se desempeñan en el mercado laboral carecen de prestaciones, como servicios de salud y guardería. En las empresas vemos que ellas representan el 36% de la plantilla laboral, pero este porcentaje disminuye a 4% en puestos de dirección general”, indicó.

“Todavía hay mucho que hacer para que las mujeres no solo entren al mercado laboral, sino que también crezcan y permanezcan”, puntualizó la especialista del IMCO, al comentar que las madres trabajadoras tienen en promedio 1 o 2 hijos, y 67% de ellas ganan de 1 hasta 2 salarios mínimos.

Con los estudios realizados por el IMCO han podido detectar que las madres tienden a buscar empleos más flexibles para poder compaginar su vida laboral y familiar, por lo que estos puestos de trabajo generalmente están en la informalidad, tienen menor salario, son trabajos por cuenta propia, o requieren menos horas, lo cual repercute directamente en su ingreso.

Entre el trabajo, los hijos y el hogar

Fernanda García informó que en México, la principal fuente de cuidado de los niños y las niñas es la red familiar, lo que nos habla de la necesidad de impulsar un sistema público de cuidado infantil, que realmente permitan a las madres contar con un servicio profesional, seguro, accesible, de confianza y cerca de la zona donde trabajan o viven.

El IMCO midió la cobertura de servicios de cuidado infantil y detectó que, a nivel nacional, el 36% de las niñas y los niños de cero a 5 años tienen acceso a un servicio de guardería, centro de cuidados o preescolar, lo que significa que el 74% restante está bajo el cuidado de algún familiar.

Para el caso de la Ciudad de México, la cobertura es de 38% de niños y niñas de 0 a 5 años, por lo que ocupa la posición 14 de los 32 estados del país, informó Fernanda García.

Señaló que los estados que tienen las coberturas más altas son: Guerrero, Zacatecas, San Luis Potosí, Sinaloa y Yucatán, con porcentajes por arriba del 40%. Las entidades con las más bajas coberturas son: Veracruz, Tamaulipas, Estado de México y Morelos, con 30% o menos.

La investigadora del IMCO destacó que la cobertura de cuidados infantiles disminuyó en el último año, al pasar de 38% en 2022 a 36% en 2023; es decir, se redujo en 2 puntos porcentuales.

Con estos datos, la especialista comentó: “el hecho de que más del 50% de las mujeres trabajadoras se desempeñen en la informalidad, las excluye de facto para acceder a un sistema de guarderías institucional, toda vez que la mayor cobertura de este servicio está sujeto a las prestaciones laborales del empleo formal”.

Recordó que antes existían las estancias infantiles para las madres con empleo informal, y en esta situación también va muy de la mano la cancelación del Programa de Escuelas de Tiempo Completo.

Desaparición del programa de escuelas de tiempo completo

En el último año de operación, el Programa de Escuelas de Tiempo Completo daba servicio en más de 25 mil planteles en beneficio de 3.6 millones de estudiantes. “No sabemos qué pasó con esos 3.6 millones de niños, niñas y sus mamás”.

La investigadora Fernanda García señaló que esto significa que dicho programa beneficiaba a 1 de cada 5 estudiantes del país. “Esto es una cifra altísima y, la verdad, sí es lamentable que se haya cancelado este programa que brindaba diversos beneficios y que incluso fue evaluado a nivel internacional”.

Informó que, de acuerdo con dichas evaluaciones, se encontró que durante el período que operó el Programa Escuela de Tiempo Completo se logró reducir el rezago educativo grave en 9% y disminuyó el abandono escolar en 20%.

También mejoró el nivel de las pruebas estandarizadas y aumentó el acceso a alimentos para niños y niñas en situación de pobreza, lo que significó que para 7 de cada 10 alumnos que recibían un desayuno en el Programa de Escuela de Tiempo Completo era su primer alimento del día.

“Estos son algunos beneficios educativos y sociales que tenía el programa de Escuelas de Tiempo Completo, pero también sabemos que representaba un beneficio para las madres trabajadoras, a quienes permitía su permanencia en el mercado laboral”, comentó la especialista.

La investigadora también indicó que el programa de Escuela de Tiempo Completo estaba dentro del presupuesto federal y los recursos se destinaban a cada entidad. “Ahora, esos recursos pasaron al programa la Escuela es Nuestra, el cual tiene otro objetivo en sí mismo, no es brindar el apoyo de tiempo completo; más bien es un tema de infraestructura”.

Comentó que luego este programa se modificó para que pudiera tener un componente de “tiempo completo”, pero ese esquema queda a discrecionalidad del consejo consultivo de cada escuela, y “sí considera que no es una necesidad no se va a implementar…Todavía no vemos los resultados, sí ese dinero se ha gastado o no en un esquema de tiempo completo, pero lo que vemos es que se trata de una adaptación mezclada”.

Maternidad penalizada

Ante las condiciones laborales cada vez más adversas, las mujeres han decidido postergar más su maternidad, comentó Fernanda García, coordinadora de Mujer en la Economía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

Desde hace una o dos décadas la tasa de natalidad va en disminución, es un hecho que tener hijos y la maternidad tiene una penalización, incluso, desde el momento del embarazo, comentó.

En México, está prohibido solicitar una prueba de embarazo para entrar a trabajar, pero esta práctica sigue ocurriendo, lo cual constituye una forma de discriminación y violencia contra las mujeres, señaló.

“Uno de los tipos de violencia laboral más reportados por las mujeres es la discriminación; 2 de cada 10 sufren la discriminación por razones de género a lo largo de su vida”.

Además, el 1% de las mujeres revela que se le pidió una prueba de embarazo para entrar a trabajar, cifra que en el Estado de México aumenta hasta un 10%, lo que representa un acto de discriminación y violencia.

Trabajo igual y ¿salario igual?

El 67% de las madres que tienen un empleo remunerado ganan máximo hasta 2 salarios mínimos, informó Fernanda García, al señalar que las mujeres dedican 40 horas a la semana al trabajo no remunerado, mientras los hombres solo dedican 16.

“Esas 40 horas constituyen prácticamente otra jornada de tiempo completo”, destacó la especialista, al precisar que las mujeres dedican el 64% de su tiempo a tareas del hogar y cuidado, y 34% al trabajo remunerado, mientras que los hombres dedican 27% de su tiempo a tareas del hogar y 70% al trabajo remunerado”.

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“La brecha salarial de 15% entre hombres y mujeres es el reflejo de una serie de desigualdades estructurales en el mercado laboral, donde las mujeres tienden a concentrarse en sectores productivos que tienen una remuneración más precaria y con menor número de horas dedicadas al trabajo remunerado”

Fernanda García destacó que el trabajo no remunerado de las mujeres alcanza un valor económico de 6.8 billones de pesos, lo que equivale al 26% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

“Si el trabajo no remunerado fuera un sector económico en el país estaría muy por encima de los sectores económicos más grandes, como son el comercio que tiene un valor de 20%, la industria manufacturera de 18% y los servicios inmobiliarios de 10%”, comentó.

La investigadora del IMCO explicó que este trabajo no remunerado que realizan las mujeres genera valor no solo para la familia, sino para toda la sociedad y el país, ya que permite a otras personas cumplir con sus actividades económicas, como ir a trabajar o estudiar.

Informó que de acuerdo con estimaciones del IMCO para 2030, el PIB del país podría ser 15% mayor si se suman 8 millones de mujeres a la economía formal.

“Esto es reflejo de la importancia que tiene sumar a más mujeres a la vida productiva, lo que les permite tener un ingreso propio, autonomía económica y un mayor ingreso para sus hogares”, indicó Fernanda García.

Es un tema que nos conviene a todos, que tiene un beneficio económico para las mujeres, las empresas y todo el país, concluyó.

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