Pese a que en los registros de la Ciudad de México se han tenido hasta 197 pueblos y barrios originarios de la capital, a mayo pasado la Secretaría de Pueblos, Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (SEPI) del gobierno local, solo reconoció a 50 de ellos, cifra que apenas está por arriba del 26 por ciento del total y, pone en peligro su derecho a la auto adscripción.
Lo anterior fue dado a conocer por el presidente de la Mesa Directiva del Congreso de la Ciudad de México, el legislador priísta Fausto Manuel Zamorano Esparza, quien se pronunció a favor de que las autoridades de la metrópoli declaren como patrimonio cultural inmaterial a los pueblos, barrios originarios y comunidades indígenas residentes en la ciudad.
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Su proposición que presentó como punto de acuerdo y que se turnó para su análisis y dictaminar a la Comisión de Derechos Culturales del recinto de Donceles y Allende, va dirigida a exhortar al jefe de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama y a la titular de la Secretaría de Cultura local, Claudia Stella Curiel de Icaza, para que en el ámbito de sus competencias, analicen la viabilidad de hacer la declaratoria como patrimonio cultural inmaterial a los pueblos, barrios originarios y comunidades indígenas residentes en la capital.
El integrante de la bancada del PRI en el Poder Legislativo local, al presentar la propuesta ante la Comisión Permanente del Congreso, fundamentó que el objetivo es reconocer a esos grupos la importancia que tienen sus culturas, expresiones y manifestaciones.
Además, abundó, se trata de contrarrestar, al mismo tiempo, los problemas que haya o puedan derivar de la falta de su reconocimiento en el Sistema de Registro y Documentación de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas residentes en esta ciudad.
Zamorano Esparza delineó que con esta omisión, se les violenta otros derechos fundamentales como el acceso al agua, porque al no considerar sus territorios como lugares de preservación, las empresas inmobiliarias hacen grandes construcciones, como es el caso de edificios con albercas, con lo que se acapara el agua y se deja en desprotección a los pueblos y barrios que originalmente habitan en la zona.
Refirió que cada uno de estos pueblos, barrios y comunidades tienen y preservan su propia cultura, idioma, tradiciones y cosmovisión.
Sin embargo, pueden enfrentar desafíos relacionados con la discriminación y la preservación de su identidad cultural en el entorno urbano.
Precisó que en conjunto, los pueblos, barrios originarios y comunidades indígenas residentes de la Ciudad de México son una parte esencial de la diversidad cultural y la herencia histórica de la ciudad.
El diputado del Revolucionario Institucional señaló que reconocer y valorar su presencia, promover su inclusión y respetar sus derechos, es fundamental para una ciudad más inclusiva y equitativa.
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