/ miércoles 16 de junio de 2021

Precios altos de la canasta básica pulverizaron el salario mínimo: Congreso del Trabajo

El presidente del Congreso del Trabajo, Reyes Soberanis Moreno, demandó una regularización de precios en productos de la canasta básica, donde intervenga la Profeco, para que no se siga lastimando el bolsillo de los trabajadores

El aumento al salario mínimo que tanto ha publicitado el gobierno federal quedó pulverizado por el alza en los precios de la canasta básica, así como la supuesta recuperación del poder adquisitivo, aseguró el presidente del Congreso del Trabajo, Reyes Soberanis Moreno.

En una entrevista con La Prensa, el líder sindical calificó como un abuso la fijación de precios, que hacen los intermediarios en la Central de Abasto, quienes tasan los costos de frutas, verduras y hortalizas, sin que ninguna autoridad haga nada al respecto.

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Foto: Patricia Carrasco | La Prensa

Foto: Patricia Carrasco | La Prensa

Por lo que demandó una regularización de precios en productos de la canasta básica, donde intervenga la Profeco, para que no se siga lastimando el bolsillo de los trabajadores.

Ejemplificó que una caja de jitomate los productores la venden en 55 pesos y los intermediarios la fijan en 400 pesos, hecho que repercute en el consumidor final.

Es grave el alza de precios en alimentos como la tortilla, aguacate, jitomate, cebolla, chile, frijol, chiles, mangos, papaya, piña, entre otros alimentos, por la presencia de intermediarios, que son quienes especulan con los precios y dejan mínimas ganancias a los pequeños y medianos productores.

Soberanis Moreno manifestó que contrario a lo que reporta el gobierno, la realidad es otra, porque se confirman incrementos en alimentos como: la papa, lentejas, frijol, huevo, café; quesos, lo que afecta el incremento salarial.

El aumento del 15% al salario mínimo quedó virtualmente pulverizado por la escalada de aumentos en precios en los alimentos de primera necesidad que se han venido dando desde que inició este 2021, afirmó.

El líder sindical afirmó que los alimentos son mucho más caros por intermediarios del sector agrícola, que son quienes captan volúmenes amplios de productos que llegan a encarecerse, por lo que se hacen necesarios esquemas que beneficien también al productor y al consumidor.

Recordó que en la Central de Abasto de la capital mexicana se regulan los precios con elevados márgenes de ganancia para los comercializadores, por ejemplo, indicó el caso del limón pueden llegar a ser hasta de 86 por ciento. El margen de intermediación en la cebolla es de 80 por ciento y de 77 por ciento en el jitomate, productos de alto consumo.

En la CEDA, mercado de abasto más grande de América Latina, de un día para otro suben los precios y cómo se especula por la falta de productos. “Depende de la cantidad de productos que entra al día es cómo van fijando el precio, y no hay nada que regule esa situación”, precisó Soberanis Moreno.

Insistió que tiene que haber una regulación y eliminar el intermediarismo en los productos de la canasta básica que vienen del campo. Así como la cadena de traslado de alimentos a la capital mexicana.

El precio real del campesino, no lo ofrece a precios altos, y si llegara de manera directa a los consumidores sería más económico, indicó.

En su opinión, el gobierno federal, la Secretaría de Economía, la Profeco deben buscar esquemas de control para los intermediarios en beneficio tanto de productores como del consumidor, y con ello evitar la especulación.

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Recordó también que la sequía ha afectado, pues los precios se han elevado y afecta gravemente el bolsillo de los trabajadores.

Para los intermediarios es altamente rentable manejar los precios, ya que al contar con la liquidez financiera, transporte, información de mercados, infraestructura de acopio y distribución, le permite captar volúmenes considerables de mercancías a bajos precios y luego los revenden a precios altos.

Si bien ha sido acertada la decisión del Gobierno federal de canalizar subsidios y apoyos de manera directa y sin intermediarios a los campesinos e indígenas más pobres del país, es necesario agregar una estrategia de política pública que fomente el desarrollo de sectores económicos rurales, hoy estancados; revertir la pérdida del mercado interno por parte de los productores mexicanos, y rescatar la soberanía alimentaria.

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El aumento al salario mínimo que tanto ha publicitado el gobierno federal quedó pulverizado por el alza en los precios de la canasta básica, así como la supuesta recuperación del poder adquisitivo, aseguró el presidente del Congreso del Trabajo, Reyes Soberanis Moreno.

En una entrevista con La Prensa, el líder sindical calificó como un abuso la fijación de precios, que hacen los intermediarios en la Central de Abasto, quienes tasan los costos de frutas, verduras y hortalizas, sin que ninguna autoridad haga nada al respecto.

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Foto: Patricia Carrasco | La Prensa

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Por lo que demandó una regularización de precios en productos de la canasta básica, donde intervenga la Profeco, para que no se siga lastimando el bolsillo de los trabajadores.

Ejemplificó que una caja de jitomate los productores la venden en 55 pesos y los intermediarios la fijan en 400 pesos, hecho que repercute en el consumidor final.

Es grave el alza de precios en alimentos como la tortilla, aguacate, jitomate, cebolla, chile, frijol, chiles, mangos, papaya, piña, entre otros alimentos, por la presencia de intermediarios, que son quienes especulan con los precios y dejan mínimas ganancias a los pequeños y medianos productores.

Soberanis Moreno manifestó que contrario a lo que reporta el gobierno, la realidad es otra, porque se confirman incrementos en alimentos como: la papa, lentejas, frijol, huevo, café; quesos, lo que afecta el incremento salarial.

El aumento del 15% al salario mínimo quedó virtualmente pulverizado por la escalada de aumentos en precios en los alimentos de primera necesidad que se han venido dando desde que inició este 2021, afirmó.

El líder sindical afirmó que los alimentos son mucho más caros por intermediarios del sector agrícola, que son quienes captan volúmenes amplios de productos que llegan a encarecerse, por lo que se hacen necesarios esquemas que beneficien también al productor y al consumidor.

Recordó que en la Central de Abasto de la capital mexicana se regulan los precios con elevados márgenes de ganancia para los comercializadores, por ejemplo, indicó el caso del limón pueden llegar a ser hasta de 86 por ciento. El margen de intermediación en la cebolla es de 80 por ciento y de 77 por ciento en el jitomate, productos de alto consumo.

En la CEDA, mercado de abasto más grande de América Latina, de un día para otro suben los precios y cómo se especula por la falta de productos. “Depende de la cantidad de productos que entra al día es cómo van fijando el precio, y no hay nada que regule esa situación”, precisó Soberanis Moreno.

Insistió que tiene que haber una regulación y eliminar el intermediarismo en los productos de la canasta básica que vienen del campo. Así como la cadena de traslado de alimentos a la capital mexicana.

El precio real del campesino, no lo ofrece a precios altos, y si llegara de manera directa a los consumidores sería más económico, indicó.

En su opinión, el gobierno federal, la Secretaría de Economía, la Profeco deben buscar esquemas de control para los intermediarios en beneficio tanto de productores como del consumidor, y con ello evitar la especulación.

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Recordó también que la sequía ha afectado, pues los precios se han elevado y afecta gravemente el bolsillo de los trabajadores.

Para los intermediarios es altamente rentable manejar los precios, ya que al contar con la liquidez financiera, transporte, información de mercados, infraestructura de acopio y distribución, le permite captar volúmenes considerables de mercancías a bajos precios y luego los revenden a precios altos.

Si bien ha sido acertada la decisión del Gobierno federal de canalizar subsidios y apoyos de manera directa y sin intermediarios a los campesinos e indígenas más pobres del país, es necesario agregar una estrategia de política pública que fomente el desarrollo de sectores económicos rurales, hoy estancados; revertir la pérdida del mercado interno por parte de los productores mexicanos, y rescatar la soberanía alimentaria.

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