Sin duda es un año diferente, a poco más de 12 meses del primer caso del nuevo coronavirus sars-cov-2 en el mundo, y en vísperas de las fiestas decembrinas, miles de familias en México pasarán una amarga Navidad.
Más de 120 mil fallecidos por Covid-19 en lo que va del año en el país. Papás, mamás, hijos, hijas, hermanos, hermanas, abuelos, abuelas, amigos, familiares, conocidos, compañeros de trabajo y muchos más que lamentablemente se quedaron en el camino y la cifra sigue en aumento.
El tío de Ale, “Abeja”, como le decían de cariño, falleció a principios de diciembre luego de varios días de martirio y trabas para ser hospitalizado.
De acuerdo con las declaraciones de Ale, su tío, tía y primo, comenzaron con síntomas, acudieron al doctor, pero solamente les dijeron que era gripa, les recetaron medicamento y mandaron a casa. Cinco días después la enfermedad de complicó, puesto que le costaba mucho trabajo respirar, por lo que lidiaron para que lo internaran, días después lamentablemente perdió la vida.
“Batallaron mucho para poder intentarlo, en el Hospital Ángeles no lo recibieron, solamente le hicieron una placa, encontraron otro hospital, donde lo dejaron esperando primero en la calle, y después lo obligaron a que caminara para lograr que lo internaran.
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Cuando lo internaron le informaron a mi tía que lo iban a intubar, y que no tenía caso que ella estuviera ahí porque no podía verlo, y además ella también corría riesgo. Eso fue un viernes, el sábado no le decían nada a mi tía, más que seguía vivo, pero muy delicado y falleció ese domingo a las 2 de la tarde.”, asegura Ale.
De igual manera relató que el servicio funerario fue algo que no ayudó en nada al notarse una falta de empatía para ella y su familia.
“La funeraria horrible, en todos sus procesos, desde que fueron por el cuerpo. Mi tío era un hombre muy grande y con mucho peso, no aguantaban el cuerpo y a cada rato lo tenían que dejar en el suelo para volver a cargarlo, cuando lo iban a subir a la carroza, no pudieron y mi prima, hija de mi tío tuvo que ayudarles a cargar el cuerpo más otro tío.
Después cuando ya estábamos en la funeraria, pues nos dijeron del reconocimiento del cuerpo. Bajamos mi prima y yo... y horrible en verdad. Nos dijeron que no lo habían puesto en su féretro (el cual ya estaba pagado porque mis tíos tenían un contrato con la funeraria), porque no tenían del tamaño de mi tío, y que entonces lo habían dejado en la plancha para no lastimar su cuerpo. Y todavía peor cuando nos lo enseñaron, ni siquiera se habían molestado en limpiar su cara que obviamente estaba súper diferente a cuando lo vimos en el hospital. Lleno de sangre, y helado.
Nosotros sentimos que fue una falta de respeto muy grande para mi tío. Que lo dejamos ahí solo en un refri. Y que la funeraria tuvo muy poco respeto y empatía por todos.”, recalcó Ale.
La familia de Ale no festejará Navidad o año nuevo, sin embargo, aseguró que buscarán salir adelante como a su tío “Abeja” hubiera querido.
No hay navidad este año. No tenemos interés, tampoco en Año Nuevo habrá nada. Vamos a comer como si fuera un día normal, pero no todos. Mi tía quiere estar sola con las cenizas de mi tío y nos pidió que respetáramos su duelo
Nos motiva el que tenemos que seguir adelante porque es algo que mi tío así hubiese querido, y que era tan alegre que en donde se encuentre, si nos ve sufrir él no está en paz, y todos queremos que así esté, porque es lo mínimo que merece.
Cabe recordar que el pasado viernes autoridades capitalinas anunciaron de nueva cuenta el semáforo rojo debido al aumento de contagios, por lo que han recalcado durante las últimas semanas la importancia de quedarse en casa, de no salir a menos de que sea estrictamente necesario. Evitar reuniones, fiestas, aglomeraciones, usar cubrebocas y tener todas las medidas de seguridad sanitarias.
Será una Navidad sin poder abrazar a tus seres queridos, sin eventos masivos, sin mercados o bazares navideños, sin ferias, sin posadas.
La familia Muciño-Ramos tampoco celebrará estas fechas con tanta emoción como años pasados. En este caso fue una situación que se pudo haber evitado, puesto que el tío de Fernanda acudió a una reunión familiar, lugar donde se esparció el virus que tuvo un fatal desenlace.
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“Estamos super tristes, mis tías también están contagiadas, por lo que este año las cenas de Navidad y año nuevo serán diferentes, cada quien en casa, nos animamos entre todos esperando que termine pronto.”
A pesar de esto México es un país resiliente, un país que sabe salir adelante en cualquier situación y en esta ocasión no será diferente. Tal vez será una atípica celebración de Navidad, sin embargo, que sirva para crear lazos más fuertes con seres queridos, pasar momentos de introspección, porque esa será la manera de sobreponernos a la difícil situación que se vive actualmente.
Cada uno tiene que poner su granito en estas fechas, apoyar a los más necesitados, acatar las recomendaciones de las autoridades, seguir las medidas sanitarias en todo momento. Se vienen días complicados en las que la unión del país es vital.
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