Los diversos grupos promotores del consumo de Cannabis que estaban afuera del Senado de la República se mudaron a la Plaza de la Información, en la esquina de las avenidas Paseo de la Reforma y México Tenochtitlan, pusieron un campamento y declararon el sitio como República Pacheca.
Ahí, afuera del Metro Hidalgo, llegan en grupos o solos los consumidores de marihuana, forjan sus cigarros, los prenden y disfrutan. Además de la hierba en greña se venden o intercambian productos derivados como el CBD o el THC, hay Cannabis Sativa y también Índica, hay mezclas y hasta experimentales, los precios van desde los 100 pesos hasta los 500, en algunos casos, los consumidores llegan con su propio producto, en otros hay quien los puede proveer en el sitio.
Los nuevos ocupantes de la plaza se encimaron de los tradicionales escuadrones de la muerte, alcohólicos que beben, duermen y sobreviven entre cartones, basura y comida conseguida en cualquier lado.
La plaza está llena de motos de bajo cilindraje con las marcas más comunes en el mercado, compradas a plazos o usadas, son utilizados por repartidores de empresas como Rappi, UberEat, Farmacias San Pablo, de mensajería o independientes, entre otros todo ellos con salarios que van de los 6 mil 500 a 10 mil pesos mensuales más propinas.
Los policías calculan que el movimiento de personas que hay ahí, incluyendo patinadores, skatos y ciclistas llega a ser de hasta mil 500 personas divididas con horarios medianamente definidos.
En realidad la Plaza de la Información se ha convertido en centro de hombres y mujeres fumadores de marihuana, quienes prácticamente las 24 horas, lo mismo se echan unas fumarolas que todo el que pasa se "da las tres" con el humo de la cannabis.
A este lugar importante de la Colonia Centro o Tabacalera se han sumado más desde el pasado fin de semana cuando un grupo de personas se encontraban en plantón afuera del Senado de la República en la Avenida Paseo de la Reforma e Insurgentes; lugar donde por mucho tiempo estuvieron ahí y donde, no solamente se dedicaban a fumar marihuana, sino que también tenían sembradas plantas de esta droga.
Hasta ahora, la llamada República Pacheca no tiene en las macetas de la plaza plantas crecidas, nos dicen que ya han dejado semillas plantadas y será en unos días cuando comiencen a salir.
La policía tolera la situación, nos explican, hay la instrucción de mantenerse atentos y no intervenir en el accionar diario de los grupos que conforman la República Pacheca. No hay reportes, hasta ahora, de violencia, sin embargo, se han detectado operaciones de narcomenudeo que incluyen compra, venta e intercambio de marihuana.
Oficialmente, la policía mantiene cercado el cuadrante y los principales problemas tienen que ver con la movilidad ya que las banquetas de los transeúntes está afectada por la invasión de los vehículos de los pachecos.
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La situación la ven como grave los usuarios del Metro en la estación Hidalgo y para quienes pasan por la banqueta de esa esquina sin querer, “se dan las tres” al inhalar el humo de la marihuana. Y, es que en la zona se percibe un olor penetrante a la hierba.
A lo largo de la semana los usuarios han buscado nuevos caminos para no tener que encontrarlos en el camino, sin embargo, los consumidores de cannabis se mueven demasiado y la pequeña mancha que empezó junto a las macetas ahora llega al callejón y se extiende por toda la calle que da a reforma norte.
Ahí, en esa importante plaza jóvenes y mujeres, deambulan y se comunican entre ellos en sus viajes por fumar marihuana; otros solo están sentados mirando a sus alrededores y con la mirada perdida por la droga que se han metido; otros más platican se comparten el carrujo o churro de mota.
En ese lugar, se dan “jalones de greñas” como le dicen al fumar la marihuana. “aquí le damos al viaje, aquí le jalamos las patas al diablo; aquí nos olvidamos de nuestros problemas y de lo que pasa en el mundo”, dice Juan, quien de repente voltea la mirada hacia su alrededor y grita “chido carnal, chido… Esto si es vida carnal”.
Al pasar o acercarse a la Plaza de la Información, no solamente inhalas el feo aroma de la planta quemada, dice la señora Esther al para por ahí “aquí huele a todo; a marihuana, a orines y hasta excremento humano. Las autoridades de la Alcaldía, del gobierno de la Ciudad de México e incluso el gobierno federal, deben hacer algo. Tan bonito el lugar y vea nada más como está. A esta gente deberían de ayudarla a salir de las adicciones y brindarles apoyo sicológico y trabajo”, agrego.
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