Su historia se ha divulgado por las circunstancias en las que nació el 19 de septiembre de 1985. Hay quienes dicen que es un sobreviviente del sismo, pero algunos consideran que no es sobreviviente, sino que nació del terremoto. Su nombre es Jesús Francisco Flores Medina y se le conoce como "El Niño Terremoto" o "El Niño Milagro".
A 37 años del sismo que cimbró el edificio de la Plaza de San Camilito, en Garibaldi, donde nació de entre los muertos, dice tener miedo cada vez que tiembla, por lo que pueda suceder, además afirma que presiente los movimientos de la tierra.
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Vive en Tlatelolco, desde hace 30 años, una de las zonas que más se sacuden cuando tiembla en la capital. Está acostumbrado a los sismos, pero nunca deja de temerles, por lo que en algún momento le gustaría cambiarse de casa y ya está en construcción una vivienda en Huehuetoca.
En entrevista con LA PRENSA, recordó que algunos le han dicho que nació de entre los muertos. Hoy ya es un adulto, con la aspiración de convertirse en un político. Este 19 de septiembre cumple 37 años de edad y trabaja en un partido político, por el que ha sido diputado suplente. "Gracias a mi abuela y a Dios estoy aquí. Ella me sacó del vientre del cadáver de mi madre".
El conocido joven terremoto, melancólico platica: "Mi abuela salió a las siete de la mañana a la leche ese 19 de septiembre. Cuando regresó vio derrumbado el edificio en el que vivía en la Plaza de San Camilito, en Garibaldi”.
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Las palabras lo ahogan, pero nos dice: "Ahí fallecieron 24 familiares, 12 eran mariachis, los hermanos Medina. Mi abuela, desesperada, no quiso dejar que la retiraran del lugar hasta ver el cuerpo de su hija de 17 años y de sus demás familiares”.
Flores Medina describió que nacer de entre los muertos es una situación que te hace pensar diferente de la vida y sus bendiciones.
“Mi madre, ese imborrable y doloroso 19 de septiembre de 1985, cuando la tierra se cimbró y mostró su grandeza, falleció aplastada al derrumbarse el edificio en la Plaza de San Camilito, pero en su vientre mantenía la vida…. ¡mi vida!”, narró.
NACER DE ENTRE LOS ESCOMBROS Y EL DOLOR
Gracias a su valiente abuela, Brenda Medina Colín, a la fecha con 91 años de edad, quien buscó a su hija desesperadamente entre las losas, tabiques, varillas retorcidas y montones de polvo, la reconoció por el vestido que traía puesto y sus manos cubriéndose el vientre.
Con una navaja de rasurar le abrió el estómago al cadáver de su madre y sacó a Jesús, “yo nací entre los escombros y el dolor de miles de personas que perdieron a sus seres queridos”. Él fue uno de los niños que rescataron el 19 de septiembre de 1985, subrayó.
Doña Brenda lo crió, es su madre y su padre, aunque no le mostró mucho cariño, dijo, pues nunca aprendió a leer ni escribir. Luego enfermó de los nervios y se volvió esquizofrénica, debido a que nunca superó el dolor en su corazón de perder a 24 integrantes de su familia; durante mucho tiempo se negó a hablar del tema de los sismos de 1985.
Chuchito, como también se le conoce, refiere que para olvidar el sismo en el que nació, se enteró como a los 4 años, y al paso del tiempo analizó la grave situación, pero para olvidarlo se volvió coleccionista de trenes.
“Me han ayudado a olvidar, ya que a través de su gran colección he hecho una recorrido del tiempo, donde se alejan los malos recuerdos y regresa lo bueno”.
A los 4 años descubre que es un niño milagro gracias a una entrevista que le realizó una conocida periodista de televisión, aunque ya le habían hecho otras, pero no se acuerda de ellas. A los 6 años comienza a leer y escribir, pero sufrió muchas discriminaciones en la escuela, “donde le hacían burla porque le decían que no tenía papá, eso me afectaba”.
"EL NIÑO TERREMOTO"
“El Niño Terremoto” desde 2006 a la fecha trabaja en el PRI, donde tiene el cargo de secretario adjunto del comité de ese partido en la Ciudad de México, aunque gana pocos pesos a la quincena. Una de sus pasiones es la política y conoce a grandes personajes del instituto político.
Su vida, como la de cualquier ser humano, ha tenido altibajos. Si bien tuvo apoyo económico en las presidencias de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, también vivió grandes carencias, porque su tutora no supo administrar ese dinero, por lo que tuvo que trabajar vendiendo dulces, chicles y limpiando parabrisas.
Estudió solamente la primaria en la nocturna, en doctor Belisario Domínguez, cerca del Metro Hidalgo, y en la secundaria Fray Melchor de Talamantes, en Tlatelolco.
Como es sabido que la zona Metropolitana de la Ciudad de México es un área altamente sísmica, propone que haya más simulacros y cultura de la prevención
LOS SIMULACROS DEBEN TOMARSE EN SERIO
Ha trabajado en el tema de Protección Civil desde que entró al PRI, desde 2006 a la fecha. “Debemos estar mucho más alertas, todas las medidas que el gobierno federal hace son correctas, pero deberíamos hacer más simulacros, donde la gente realmente actué como si estuviera temblando, para salvar la vida”.
Por ello, recomendó a la ciudadanía que los simulacros se los tomen con seriedad, con respeto, “pues no puedes combatir a la naturaleza, y que la gente tenga sus papeles más importantes a la mano, una lámpara, vela y cerillos, por si se acaba la batería, y una bolsa de sobrevivencia”.
Él siempre tiene sus documentos y una lámpara a la mano…
También recomienda tener un silbato a la mano, ya que en caso de tener un percance o estar atrapados, “con éste se puede hacer ruido para pedir auxilio, y que los perros puedan escuchar, ya que ellos tienen un oído muy fino”.
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En su edificio, Allende, en la Unidad Tlatelolco, ha propuesto atender todas las indicaciones del gobierno local y de Protección Civil.
Hoy que se conmemoran 37 años de los sismos de 1985, insiste que aún falta mucho, la gente debe informarse más, debe haber más atención a la educación en ese sentido, y tomar las medidas recomendadas.
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