/ domingo 8 de marzo de 2020

Cruz Azul golea a Tijuana 4-2 en el Azteca

La Máquina sigue dando cátedra con el balón; su próximo duelo es contra el América

La Máquina cementera ya agarró velocidad y nadie logra detenerla. Ayer se aprovechó de un moribundo can cachanilla, que intentó morder, pero no lastimó ni un poco.

El Estadio Azteca protagonizó una feria de goles. Ignacio Rivero sorprendió y abrió el marcador. Jonathan Rodríguez y Roberto Alvarado, con un doblete, le dieron la voltereta. Érick Torres ladró y asustó, pero el Cata Domínguez sentenció a los Xolos. Al final, 4-2.

La quinta victoria consecutiva de Cruz Azul en el Clausura 2020 se concretó de forma perfecta y los celestes, como auténticos líderes del torneo, se declararon listos para viajar a Los Ángeles en su compromiso de Concachampions y a su regreso en el Clásico Joven ante América. Tijuana ya es colero y su única esperanza es clasificar a la final de la Copa MX.

EL JUEGO

Sensaciones disparejas se vivieron en el Coloso de Santa Úrsula. Por el lado cementero, las lesiones nuevamente aparecieron y Robert Siboldi fue obligado a realizar cambios en su cuadro inicial. Orbelín Pineda ocupó el lugar del peruano Yoshimar Yotún en el mediocampo y Alex Castro cumplió con su primera titularidad. El volante colombiano apenas un día antes mostró su inconformidad por ser suplente, el técnico charrúa lo escuchó y le dio oportunidad.

Los fronterizos tomaron el duelo con mucha calma y aparente tranquilidad. Eran 11 jugadores en el campo, pero con el pensamiento en la semifinal de vuelta del certamen copero, donde ostentan una amplia ventaja ante los Diablos Rojos.

Por ello, el timonel Gustavo Quinteros guardó a sus mejores hombres como Miler Bolaños y Bryan Angulo. Érick Torres y Ángel Sepúlveda se hicieron cargo del ataque visitante, pero pasaron completamente desapercibidos.

La Máquina inició el duelo con el liderato en juego y con la premura de revalidarlo por segunda jornada consecutiva. De inmediato se fueron al frente y no especularon. El reloj todavía no marcaba los dos minutos y los pocos asistentes al Azteca se levantaron de sus asientos. Los dos mejores hombres cementeros se juntaron y por poco capitalizaron su oportunidad. Jonathan Rodríguez realizó una asistencia de lujo y Elías Hernández sorprendió de primera intención con un Gibran Lajud adelantado de su portería. El balón rozó el poste derecho y sólo le sacó pintura ante el lamento del Patrullero.

Los celestes eran amplios dominadores, pero una desatención les costó muy caro. Los canes aztecas tuvieron una y fue suficiente para una mordedura dolorosa.

Mauro Lainez demostró que la habilidad es de familia y metió centro preciso al corazón del área. El capitán tijuanense se desprendió de su marca y de forma solitaria envió el balón a la red ante la mirada atónita de los defensores Cata Domínguez y Luis Romo.

A partir de ese momento y con la lesión del centrocampista Kevin Balanta, los fronterizos alzaron un muro y se dedicaron a defender su tanto con gran ímpetu. Pero Tijuana no contaba con la creatividad y paciencia cementera. Elías Hernández destruyó la muralla con una excelsa asistencia que el Cabecita remató a sangre fría.

El líder de goleo del torneo y mejor jugador del mes de febrero no perdonó y marcó su octavo tanto que dio inicio al mejor juego de Cruz Azul.

Síguenos en Facebook: La Prensa Oficial y en Twitter: @laprensaoem

La Máquina cementera ya agarró velocidad y nadie logra detenerla. Ayer se aprovechó de un moribundo can cachanilla, que intentó morder, pero no lastimó ni un poco.

El Estadio Azteca protagonizó una feria de goles. Ignacio Rivero sorprendió y abrió el marcador. Jonathan Rodríguez y Roberto Alvarado, con un doblete, le dieron la voltereta. Érick Torres ladró y asustó, pero el Cata Domínguez sentenció a los Xolos. Al final, 4-2.

La quinta victoria consecutiva de Cruz Azul en el Clausura 2020 se concretó de forma perfecta y los celestes, como auténticos líderes del torneo, se declararon listos para viajar a Los Ángeles en su compromiso de Concachampions y a su regreso en el Clásico Joven ante América. Tijuana ya es colero y su única esperanza es clasificar a la final de la Copa MX.

EL JUEGO

Sensaciones disparejas se vivieron en el Coloso de Santa Úrsula. Por el lado cementero, las lesiones nuevamente aparecieron y Robert Siboldi fue obligado a realizar cambios en su cuadro inicial. Orbelín Pineda ocupó el lugar del peruano Yoshimar Yotún en el mediocampo y Alex Castro cumplió con su primera titularidad. El volante colombiano apenas un día antes mostró su inconformidad por ser suplente, el técnico charrúa lo escuchó y le dio oportunidad.

Los fronterizos tomaron el duelo con mucha calma y aparente tranquilidad. Eran 11 jugadores en el campo, pero con el pensamiento en la semifinal de vuelta del certamen copero, donde ostentan una amplia ventaja ante los Diablos Rojos.

Por ello, el timonel Gustavo Quinteros guardó a sus mejores hombres como Miler Bolaños y Bryan Angulo. Érick Torres y Ángel Sepúlveda se hicieron cargo del ataque visitante, pero pasaron completamente desapercibidos.

La Máquina inició el duelo con el liderato en juego y con la premura de revalidarlo por segunda jornada consecutiva. De inmediato se fueron al frente y no especularon. El reloj todavía no marcaba los dos minutos y los pocos asistentes al Azteca se levantaron de sus asientos. Los dos mejores hombres cementeros se juntaron y por poco capitalizaron su oportunidad. Jonathan Rodríguez realizó una asistencia de lujo y Elías Hernández sorprendió de primera intención con un Gibran Lajud adelantado de su portería. El balón rozó el poste derecho y sólo le sacó pintura ante el lamento del Patrullero.

Los celestes eran amplios dominadores, pero una desatención les costó muy caro. Los canes aztecas tuvieron una y fue suficiente para una mordedura dolorosa.

Mauro Lainez demostró que la habilidad es de familia y metió centro preciso al corazón del área. El capitán tijuanense se desprendió de su marca y de forma solitaria envió el balón a la red ante la mirada atónita de los defensores Cata Domínguez y Luis Romo.

A partir de ese momento y con la lesión del centrocampista Kevin Balanta, los fronterizos alzaron un muro y se dedicaron a defender su tanto con gran ímpetu. Pero Tijuana no contaba con la creatividad y paciencia cementera. Elías Hernández destruyó la muralla con una excelsa asistencia que el Cabecita remató a sangre fría.

El líder de goleo del torneo y mejor jugador del mes de febrero no perdonó y marcó su octavo tanto que dio inicio al mejor juego de Cruz Azul.

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